Viviendo en el palacio

Elena…

Desperté, cuando me iba a levantar lo primero que vi fue a Sebastián dormido y abrazándome, lo miré por un rato, noté que estaba semidesnudo, luego trate de levantarme sin despertarlo, pero me tomó con más fuerza que di un pequeño grito. Vaya sí que tiene el sueño pesado, tuve que golpearlo en el pecho para que me soltará. El abrió los ojos y me vio algo desorientado.

- Al fin despertaste - me dijo con una gran sonrisa en su cara, sus ojos daban un gran esplendor.

- Supongo que si ¿Cuántos días estuve inconsciente? - le pregunté.

- Alrededor de 7 días, Génesis y los lobos estuvieron aquí hasta esperar que despertaras. Llamaré al doctor.

- No es necesario, ya me siento mejor.

- ¡Al diablo! Acabas de despertar - dijo mientras iba por el doctor.

Al rato entraron, el doctor, Génesis, Erik y Sebastián.

- Buenos días, señorita Elena Gilli, voy a revisar como esta su salud - dijo el anciano doctor, mientras tomaba sus herramientas.

- No es necesario, me encuentro bien - le dije.

- No seas testaruda, deja que el doctor te revise - dijo Sebastián.

Génesis se me acercó y me abrazo tan fuerte, luego dijo con lágrimas en sus ojos:

- Pensé que te perdía.

Acaricié su pelo y le dije.

- Jamás te dejaría sola, además mi manada sabrá cuidarte cuando yo no esté.

- No digas eso, yo quiero estar contigo.

Quise llorar con ella, pero no me quería derrumbar ante tanta gente.

Erik vio como nos abrazábamos y dijo.

- Espero que estés bien Elena.

- He estado peor - le respondí.

- No hay duda, son tal para cual – dijo Erik mirando a Sebastián.

Cuando el doctor término de revisarme dijo.

- La herida a sellado, pero no del todo, así que te daré medicamentos para que te recuperes y tienes que guardar reposo por un mes.

- ¡Un mes! Es mucho tiempo - le dije - bueno veo que no hay de otra, entonces empacaré y me iré hoy a mi mansión.

Todos se miraron como si estuvieron ocultado algo, luego Sebastián dijo.

- Por favor salgan todos de la habitación.

Escucharon la voz de Sebastián y se marcharon. Cuando estábamos solos se acercó y me dijo.

- Elena, el día que te hirieron, fueron a tu casa y la quemaron. Lo sé, porque mande a unos hombres y lo único que encontraron fueron ruinas.

Me derrumbé cuando lo escuche decir eso, una lagrima salió de mi, rodando hasta mi mejilla, la limpié de inmediato. Luego dije

- Malditos, quiero que cada uno de ellos sufra, no tendré piedad alguna.

- Así se hará - dijo Sebastián.

- Amaba esa casa, era de mis padres. Prométeme que los vas a encontrar, prométemelo..

- Te lo prometo. Por lo pronto te quedarás conmigo hasta tu recuperación - asentí con la cabeza.

Me quedaría por un tiempo aquí hasta estar totalmente recuperada, luego iniciaría una caza con quienes me agredieron y se atrevieron a quemar mi hogar.

Sebastián...

Me alegró mucho de que haya despertado, intento pararse y cayó al suelo, llame al doctor en seguida. No quería darle la mala noticia, pero al verla decidida a irse a su mansión no tuve de otra.

Vi enojo y venganza en su mirada. De sus ojos rodó una lagrima la cual se la limpio de inmediato. Me hizo prometerle que encontraría a sus agresores y se lo prometí, de todos modos, lo iba hacer porque yo también quería venganza, hacer justicia por tratar de matarla. No tengo claro lo que siento por ella, sólo se que la quiero a mi lado, tal vez sea egoísta, pero no soporto la idea de que se vaya y mucho menos verla con otro ¿Qué es esto que estoy sintiendo por ella?

Pedí que traigan el desayuno a la recamara y se lo termino en un segundo.

- Has tenido mucha hambre - le dije.

- 7 días sin comer, debo de recuperar fuerzas para hacer justicia ¿no crees? – respondió con esa ironía que sólo ella sabe hacer.

- Mandaré a pedir más comida.

Estaba saliendo de la habitación y ella dijo.

- Espera, quiero pedirte un favor.

- claro.

- Quiero que dejes entrar a un lobo, sólo dale permiso y ella me buscara.

- Le diré que lo dejen pasar.

Un sirviente se acercó a la puerta, uno de los lobos se acercó a él, le dio permiso de entrar y el entró como relámpago, con su olfato busco a Elena.

Cuando llego a la habitación, el lobo empezó a lamerla y a acariciarla. Ella estaba muy feliz de verlo.

- Estoy bien, tranquila, gracias por traerme - le dijo Elena - nos tenemos que quedar por un tiempo aquí, al parecer esas personas incendiaron nuestro hogar, después de un mes, subiremos a la montaña a buscar respuestas.

El lobo obedeció y salió como una fiera a donde sus amigos, luego todos juntos aullaron en un unisonó, dando a entender la alegría que sentían por la recuperación de Elena.

Vi aquella escena, como ella amaba a su manada y ellos a ella. Le tenían respetó y obedecían fielmente a sus decisiones.

Le dije a Elena.

- Tienes que descansar, fueron muchas visitas por hoy, mañana hablaremos de lo que te sucedió.

- Sí lo hare y no porque tú lo digas es porque realmente me siento cansada - cerro los ojos y se durmió.

Baje a la oficina para ver si mis hombres tenían alguna noticia de lo que le paso a Elena, me dijeron que es algo familiar. Me puse muy dudoso porque ella no tenía familia, eso pensaba. Llamé a Génesis y le pregunté.

- Te he llamado para preguntarte ¿Elena tiene algún familiar que quiera hacerle daño?

- Elena es huérfana y jamás me hablo si tenía familia - dijo Génesis algo sorprendida por mi pregunta.

-De acuerdo, puedes retirarte.

Como ya era tarde y no podía darle vueltas al asunto me fui a dormir, como de costumbre me metí en la cama con Elena, ella ya estaba dormida, aproveche ese momento y le susurré mientras la abrazaba, todo estará bien pequeña salvaje. Luego me quede dormido a su lado.

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