El Despertar De Una Venganza (Entre Lobos)

¿Quién fue?

Mientras iba cabalgando pensaba en aquel baile, sentía muchas mariposas en mi estómago, estaba fascinada, era como una eléctrica que corría por todo mi cuerpo. Cuando estábamos a punto de llegar unas personas salieron del bosque montadas a caballo, todas ellas estaban cubiertas las caras. Yo estaba preparada para pelear junto a mi manada que no paraba de gruñir. Ellos comenzaron a atacarnos, yo tomé mi espada y me defendí. Veía como mis lobos los atacaban sin piedad, cuando pensé que todo había terminado, uno de ellos salió de la nada tomó su arco y la lanzó una flecha, la flecha me dio en el hombro, vi como la sangre fluia de mí. Noté que era una mujer porque me hablo diciéndome.

- Esto es un mensaje del Señor Stepan - luego se marchó y desapareció junto con los hombres que habían sobrevivido en el enfrentamiento.

Mis lobos no fueron tras ella, se quedaron a mi lado al ver que estaba herida. Yo di la orden de que me llevaron donde Sebastián, luego perdí la conciencia.

Sebastián….

Llegamos a la mansión y nos dirigimos a la oficina, mientras me sentaba recordaba aquel baile, una sonrisa se me escapó.

- Veo que te encuentras muy bien - dijo Erik sonriéndome.

- Creo que no te conviene - le dije muy serio, borrando esa sonrisa que hice hace un instante.

De repente escuchamos un aullido muy cerca de la mansión, entonces supe que algo le había pasado a Elena. Salí a toda prisa y vi como los lobos tenían una actitud desesperada, estaban en mi jardín dando vueltas y chillando, alcé la mirada y observé que el caballo de Elena esta inmóvil y sobre él estaba Elena. Corrí desesperado hacia donde estaba, la bajé con cuidado y la tomé sobre mis brazos, tenía mucha sangre y en su hombro tenía clavada una flecha. La llevé a mi habitación y pedí que trajeran un doctor de inmediato. Erik lo llamó y al rato lo trajo. El doctor pidió que saliéramos que la iba a revisar yo me negué rotundamente pero Erik me dijo.

- Deja que el doctor haga su trabajo, después podrás entrar - mientras reposaba su mano sobre mi hombro.

Asentí y esperé afuera. Sentí como si fuera una eternidad. Alguien la había herido y ahora estaba luchando por su vida, yo no sabía quién era, pero sabía que lo iba a agarrar e iba a pagar todo lo que le hizo. Mi corazón se desesperaba, estaba muy nervioso y el maldito doctor no sale.

Después de una hora salió y dijo.

- He podido parar la hemorragia, pero como ella ya había perdido mucha sangre se encuentra inconsciente, ahora depende de ella despertar. Déjenla descansar y observen que ella no se lastime así misma - se tocó la frente con un pañuelo tratando de limpiar su sudor y se despidió.

Entre desesperado a la habitación y ahí estaba ella, inocente y pálida, incapaz de hacer algo por si misma. Al rato llegó Génesis llorando y pedía verla, entró y se derrumbó, se culpaba así misma por no haberla acompañado. La calme y le dije que no era su culpa, quien le hizo eso pagaría muy caro. Como no se quiso ir, le di una habitación y se fue a descansar. Erik me dijo que no fue un asalto, sus cosas y el dinero estaban en el caballo, lo más probable es que haya sido una emboscada. Decidí quedarme toda la noche con ella. Me quite la ropa y sólo quede en ropa interior. Yo estaba acostumbrado a dormir así. Me recosté en la cama y dormí a su lado sin lastimarla y la abracé con mucho cuidado, luego susurré a su oído: no puedes morirte pequeña salvaje, no me dejes.

Pasó inconsciente 7 días, en todo ese tiempo Génesis se quedó a su lado. Los lobos se hospedaron en el jardín, todas las noches chillaban por la falta de su alfa. Yo como la primera noche dormía abrazado a ella esperando que despertara.