Visita

Llegué corriendo cuando los vi llegar, eran muchos hombres y yo no me acordaba que estaba en bragas hasta que vi la cara de Génesis. Detrás mío salió Sebastián y se acercó a ellos, sus hombres miraron rápidamente a otro lado. Mi manada rodeó toda la zona y comenzaron a gruñir. Del carruaje bajó un joven y le preguntó al conde.

- ¿Estás bien?

- Sí, he estado peor, pero esto no es nada Erik - respondió muy serio.

- ¿Pero qué te pasó en el hombro? - Preguntó Erik.

- Al parecer me tenían una emboscada y me atacaron. Por suerte Elena estaba muy cerca de aquel lugar - respondió Sebastián y luego me vio.

Erik no podía creer que la mujer loba lo ayudará y se quedó muy asombrado.

- No fue nada, solo estaba cazando y apareció Sebastián y como no tenía nada que hacer le he ayudado - dije mientras me acercaba a ellos acariciando mi cabello semi húmedo.

Sebastián al notar que yo seguía mojada y con mi ropa interior visible ante los ojos de los demás me dijo.

- Señorita Elena, creo que lo mejor es que se vaya a cambiar, no vaya hacer que se enferme.

- No hace falta, he sobrevivido desde la mismísima muerte y hasta he resucitado en una mujer loba. Un simple resfriado no podrá conmigo - respondí con ironía.

La verdad si quería salir de ahí y cambiarme porque tantas miradas me estaban haciendo sentir incomoda.

Sebastián sacó del carruaje un camisón negro mucho más grande que el mío y me cubrió diciendo.

- Se lo insisto.

Tomé el enorme camisón y me lo puse encima.

Erik Preguntó.

- ¿Saben quiénes eran sus atacantes?

Yo respondí a esa pregunta.

- Al parecer el gran conde tiene enemigos y le han venido a dar una calurosa bienvenida.

- ¿Cómo lo sabes? - Pregunto Erik.

- Mis lobos atraparon al hombre quien lo hirió. Sí gustan, él está en el establo, solo no se vayan a asustar de su estado. Él está bien me encargué que siga vivo, aún que le falta algunas partes - dije con una sonrisa belicosa.

- ¿Sabe por qué lo hicieron? - Preguntó Sebastián.

- Dijo que era una cuenta por pagar. Que había matado a los hijos de un rey y él quería su cabeza como venganza ¿Qué gustos tan sostificados tiene aquel rey no cree?

Sebastián me observó por un momento y luego dijo

- Me llevaré a mi agresor.

- Claro yo ya le he sacado la información, y como no es nada en contra mío se lo puede llevar. Aah otra cosa el hombre dijo que eran 12 pero yo sólo vi a 11 de ellos, eso quiere decir que uno escapó y le fue con el chisme. Se me olvidaba, también dijo que él tenía información de su salida porque existen espías en medio de ustedes.

Sebastián agradeció mi información y fueron a los establos a buscar al hombre. Yo fui con ellos.

Al entrar, encontraron al hombre muy golpeado, se sorprendieron cuando les faltaban sus extremidades. Yo solo reí de placer al ver sus rostros. Lo cargaron y lo subieron al carruaje, al parecer lo iban a torturar más.

Sebastián agradeció que lo haya hospedado, subió al carruaje y se marchó. Cuando vi que estaban saliendo de mi territorio di la orden a mis lobos de perseguirlos sin que los lastimaran, con el único objetivo de que no vuelvan a entrar.

Génesis entró conmigo a la mansión y dijo.

- ¿No te pareció que el conde estaba celoso cuando todos te quedaron viendo?

- La verdad que no - le respondí.

- Jajaja él les dio una mirada fulminante y todos miraron a otro lado.

- Al parecer le temen.

- También te temen a ti. Solo cuando se enteraron que venían de visita, se pusieron muy pálidos y cuando vieron el estado de aquel hombre se quedaron inmóviles.

- Me encanta que los demás me teman.

- Cambiando de tema - dijo Génesis – ¿te pareció guapo el asistente del conde?

- ¿No crees que eres muy pequeña para fijarte en hombres? - le pregunté mirándola sorprendida.

- La verdad que no, mis padres dicen que estoy en edad para casarme y que tengo que elegir un buen prometido.

- ¿Por qué te saliste de la habitación cuándo el conde estaba inconsciente, no dijiste que también te parecía guapo?

- Sí, es muy guapo pero es algo mayor. Además vi como lo observabas - dijo Génesis con esos ojos dilatados y tocándome el pecho.

Solo hice una mueca y retorcí mis ojos por el comentario de Génesis, luego le dije

- ¿Y por qué crees que el asistente del conde sería buen esposo?

- Es guapo y se preocupa mucho por los demás, suficiente para mí - dijo suspirando.

- Eres un casó perdido, pero si estaba guapo su asistente - le dije y ella sonrió - sabes, si él o cualquiera te lastima será comida para lobo.

Génesis sonrió y dijo.

– lo sé, pero el jamás se fijaría en mí, como dices soy apenas una chiquilla.

- Me alegra mucho que lo entiendas, vamos te acompaño hasta tu casa.

Subí a mi habitación y me cambie de ropa, luego montamos a caballo y la llevé hasta su hogar. Todos nos quedaron viendo, al parecer ya se habían enterado de lo sucedido.

La dejé en su puerta y me marché. Llegué a la mansión y me dispuse a dar un baño. Había sido un día muy agotador después de todo. Cuando me disponía a dormir me acorde de él, de como me beso, de su aroma y el sabor de sus labios, de cómo me aferraba a él como si no hubiera mañana. Dios en que estoy pensando, me quité esa idea de mi cabeza y me quedé dormida.

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