¿Quién eres?

Sebastián...

A la mañana siguiente desperté y pedí que me llevarán mi desayuno a la oficina, tenía mucho trabajo y no había tiempo que perder. Después de un rato entró Erik con papeles y me dijo mientras se disponía a tomar asiento a frente a mi.

- Parece que alguien se ha levantado muy temprano.

fruncí el ceño y le dije sin apartar la vista de los informes que estaba llenando.

- Hay mucho trabajo y quiero desocuparme lo antes posible.

Cuando acabamos le pregunté a Erik si sabe dónde vivía aquella joven a lo que él me respondió.

- Parece que alguien está muy interesado en ella - respondió con una sonrisa irónica.

Puse una mirada seria ante la respuesta de Erik y le dije.

- Sabes que a mi ninguna me interesa como mujer, solo quiero conocerla para pasarla el rato y ya.

Erik notó mi molestia y se apuro a responder.

- Deberás tener cuidado con ella, no es como las mujeres que estas acostumbrado, ella no se avienta a los hombres en tal caso lo hacen los lobos jajaja - dijo mientras cruzaba sus piernas - Pero ya que te veo muy interesado en ella, mande a investigar un poco más, para que veas que soy un buen amigo. Dicen que ella es una pequeña bestia, que reencarna en un lobo y ataca a sus presas sin piedad, es el alfa de su manada y la mayoría de las personas le temen.

- Tal vez es así porque algo le ha deber ocurrido ¿no crees? - le dije mientras alzaba una ceja.

Recordé nuestro encuentro, si era algo salvaje, tampoco sabía de modales y sobretodo jamás me apartó la mirada, tanto ella como yo, no estábamos dispuestos a flaquear, ella era capaz de desafiarme sabiendo que era una autoridad.

- Ella perdió a sus padres el día de su cumpleaños número 12. Los pueblerinos dicen que ella fue quien los mato. Desde pequeña ha tenido una actitud rebelde y sus padres se vieron obligados a amarrarla para que no se escapará. Una noche se desató y los asesinó. Cuando hizo eso reencarno en loba como algún tipo de castigo divino y después de eso escapo al bosque y se refugió con su manada.

- ¡Patrañas! ella es tan humana como nosotros, no puedo creer que las personas crean en algo tan absurdo - lo dije muy molesto.

- Hay más, cada luna llena ella se transforma en mujer loba y se dispone a casar. Además dicen los pueblerinos que ella tiene un trato.

- ¿Cuál es ese trato? – pregunté, algo curioso.

- Ella no atacará fuera de su territorio. Al parecer los lobos la obedecen desde que ella está al mando. Los animales domésticos han dejado de desaparecer.

- Es un trato justo, pero ¿a cambio de qué? - pregunté intrigado levantándome del sillón y caminando en dirección de la ventana.

- A cambio de que las personas no los lastimen, pero si ella o ellos desobedecen las normas, habrá una gran disputa.

- ¿Sabes su nombre? - era lo que más me importaba, saber su nombre.

- No, al parecer nadie sabe. Todos la llaman por el nombre que se ha ganado, muchos la llaman la mujer loba.

- ¿Sabes dónde vive? - volvía preguntar, sino sabía su nombre, podría ir yo y averiguarlo.

- Dicen que se ubica en lo más profundo del bosque. Tiene una mansión, esta está llena de sus guardianes, me refiero a los lobos. Así que nadie se ha atrevido a acercarse más allá de su territorio y quienes lo hacen corren la mala suerte de ser cazados.

- Mmm me gustaría ir a visitarla - dije obcervando por la ventana.

- Solo si quieres ser comida para lobos - dijo Erik con un tono burlesco.

Elena….

Cuando llegué a casa lo primero que hice fue darme un baño para luego ir a dormir.

A la mañana siguiente me levanté y preparé mi desayuno. Muchos creen que consumó carne cruda sólo porque ando en manada, pero lo que nadie sabe es que yo preparo mis alimentos en la cocina.

Mientras hacía algo para mi, vino en mi mente aquel hombre, tan varonil, así que el conde Sebastián. Me alegra que nuestro primer encuentro haya sido así para que el vea que no podrá dominarme. Nadie lo ha hecho y nadie lo hará jamás. Para mi todos son iguales y los estatus sociales me valen.

Escucho llegar a Génesis, ella insiste en visitarme muy a menudo y como no me la pude sacar de encima por más que traté la he llegado a querer como una hermana. Designe a un lobo para que la custodiara de ida y de vuelta a su casa, si algo le ocurriera en el camino, el lobo aullaría y rápidamente iríamos a su ayuda.

- Holaaa, veo que ya está lista para un nuevo día, te he traído más provisiones - dijo Génesis muy sonriente, característico de ella, mientras ponía la canasta sobre la mesa.

- Te lo agradezco mucho - le dije tomando los alimentos que estaban en la canasta para ubicarlos en su lugar.

- Así que, ayer pasó algo de lo que todavía no me haz contado - dijo con una voz algo curiosa.

- Nada, lo mismo de siempre. El miserable hombre que siempre me ataca intentó llevarme con él y me le he lanzado encima - le respondí mientras recordaba lo que pasó.

- Pero tienes el labio partido ¿te encuentras bien? - Dijo muy preocupada al notar mi golpe.

- Estoy bien, él no se fue muy limpio, lo he mordido y lo he arañado, tenía tanta gana de destrozarlo, quería que mi lobo se lanzara encima, pero no lo he hecho por el trato - le dije haciendo un puño con mis manos sobre la mesa.

- Ese hombre no entiende que tu no quieres nada con él - dijo Génesis, luego dijo - Bueno cambiando de tema, escuché que el conde está de regreso, que es un joven muy apuesto y esta soltero, lo único malo es que tiene fama de mujeriego y que es muy serio.

- No es tan guapo - le dije, ella se sorprendió y abrió los ojos más de lo normal y tomándome por los hombros me dijo.

- Habla ya, quiero saber todooo - Génesis estaba emocionada por escuchar lo sucedido, siempre ha sido una chiquilla curiosa.

- No ha pasado nada, mientras aquel hombre me sostenía y me botó al suelo, llegó él, al principio desconocíamos quien era hasta que se presentó. Él señor se puso muy nervioso al saber quién era y se disculpó. Lo hubieras visto, se puso blanco como un papel y se fue corriendo yo me quería reír, pero no pude, no podía flaquear ante él, quería que viera quien era y que no me dejaría dominar por nadie ni si quiera por el "gran conde".

AAAAAA - gritó Génesis alzando su manos y llevándolas a su rostro - ¿por qué eres tan mala?

- Jajaja eso no es todo, me ofreció su ayuda para levantarme y la rechacé, así que me levante yo sola - no le quería contar que me limpió con su pañuelo para que no me molestará, así que proseguí - después de eso, subí a mi caballo y me retiré junto con mi manada. Como la luna era hermosa fue inevitable aullar. Eso fue todo.

- Que emoción y dime ¿es realmente apuesto? Preguntó Génesis con sus ojos abiertos.

- No lo noté, se veía muy serio y prepotente - le dije dándole la espalda, terminando de arreglar la cocina.

- Muchos le temen al conde, tanto así que desde que vino de la guerra lo han llamado el conde sanquinario - dijo Génesis, muy oensativa - deberías casarte con él, a los dos le temen y harían muy buena pareja.

Me puse muy seria ante su comentario y le dije que dejará de leer tantas fantasías. Después salimos como de costumbre a entrenar. Le ayudo con su defensa personal y tiro con flecha.

Estuvimos todo el día así. Llegó la tarde y le acompañé hasta las afueras del pueblo, no quería que nadie me viera entrar.

Al llegar a casa, recordé las palabras de Génisis, que haríamos una buena pareja, me reí ante eso y me dije que ya se estaba volviendo loca por convivir tanto tiempo conmigo.

Capítulo 6

caza

Al siguiente día nos dispusimos a cazar. Era habitual en mi manada salir a estirarnos un poco. Yo siempre iba a caballo y llevaba espadas y flechas para la caza.

Era un gran día, todo iba normal hasta que noté que alguien se acercaba a nuestro territorio. Estaba demasiado cerca, la gente del pueblo sabía las reglas ¿por qué arriesgarse a entrar?

Observé que no era una persona del pueblo, sino el mismísimo conde que se acercaba montado en su caballo ¿Qué haría el aquí? Hasta estas alturas él ya debe haber sabido quien soy, con tantas mentiras que se dices de mí.

Mi manada notó su llegada y lo rodearon, el no mostro temor alguno y sacó su espada para enfrentarlos, no tuve de otra que salir de mi escondite.

- ¿Qué hace aquí? Pensé que hasta estas alturas ya sabría quién soy y porque no permitimos visita - le dije rodeándolo con mi caballo.

- No sé quién eres, ni me entereza. Si entré al bosque es porque quería inspeccionar la zona - dijo con su potente voz, sin quitarme la mirada.

Yo lo rodeé con mi caballo, ambos nos miramos con seriedad, era un duelo de miradas, duelo que no estaba dispuesta a perder, le dije con firme.

- Debería saber que no aceptamos visitas muy seguido ¿sabe que les pasa a los que entran sin previo aviso? - mi manada al escuchar eso se pusieron a gruñir para hacerle saber quiénes mandan en este territorio.

- Veo que eres algo salvaje y entiendo porqué, te ha afectado mucho estar con estas bestias, que crees que eres una de ellas.

- Si soy salvaje, no me dicen la mujer loba de por gusto - no le aparte la vista, quería que me viera y quería que me temiera.

Cuando él iba a decir algo uno de mis lobos aulló, entonces supe que algo no iba bien, tomé las riendas de mi caballo y nos fuimos a donde fue el llamado.

Sebastián...

¿A dónde fue cuando el lobo aulló? Simplemente desapareció muy rápido y me dejó aquí con la palabra en la boca. Que mujer tan vulgar.

Claro que vine por ella, pero eso no lo tenía que saber. Cuando me disponía a irme una flecha roso sobre mí, entonces observé como unos hombres en caballo iban a mi encuentro.

Me bajé rápidamente de mi caballo y me disponía a pelear. Luego observé que ella salía de entre las ramas y con sus flechas apuntaba en las cabezas de los hombres mientras los lobos comenzaron a atacarlos, ella rápidamente se bajó de su caballo y empezó a luchar con su espada. Yo volví en mí y comencé a luchar, lo único que sabía era que aquellos hombres eran nuestros enemigos y era mi deber defenderla, muchas cabezas rodaron en ese enfrentamiento. Cuando pensé que todo había terminado, la observé, ella con su espada en mano estaba bañada en sangre por todo su cuerpo, se veía tan feroz y salvaje que deseé besarla.

Después sentí un flechazo y lo era. Al parecer uno de los hombres me hirió por la espalda, yo caí al suelo y lo único que vi fue a ella, tratando de sostenerme. Sus ojos, sus bellos ojos quedaron grabados en mi mente.

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Comments

Yanet Cristina Vilugron Salazar

Yanet Cristina Vilugron Salazar

el desgraciado del tío ,quiere matar al conde

2025-03-04

0

Irma Ruelas

Irma Ruelas

🌹🥰❤️🤩

2025-03-05

0

Francisca Miranda Garcia

Francisca Miranda Garcia

de seguro el pinche tío la fue a buscar

2024-10-08

1

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