Baile en la plaza

Elena...

Después de entrenar toda la mañana me fui a bañar porque hoy tendría que ir al pueblo a retirar algo de dinero y comprar más provisiones. No era algo que me gustará, pero no tenia de otra. Génesis no podía hacerme ese favor, temía que algo le sucediera si salía con dinero del pueblo y me lo traía hasta acá, podría pasarle algo, por lo tanto ella estaba descartada. Arreglé el caballo tomé mis herramientas y nos marchamos junto con mi manada.

Como siempre en la entrada ya me esperaba Génesis con una gran sonrisa. Amarre a mi caballo y solo entre con un lobo, los demás se quedaron a esperar a mi regreso. Cuando llegué lo primero que hice fue ir al banco y retirar cierta cantidad, luego fuimos por la provisiones. Ya terminando las tareas me disponía a irme cuando una voz muy familiar y varonil me dijo.

- ¿Te marchas tan pronto? - era Sebastián.

- Ya no tengo nada que hacer aquí - le respondí.

Génesis nuevamente lo saludo e hizo una reverencia, después saludo a Erik y él le besó la mano, yo gruñí ante esa acción, así que la alejé de él de inmediato.

- ¿Podemos hablar? - Preguntó Sebastián.

- ¿Hablar qué? – le dije.

- De ti - dijo con una sonrisa burlona - insisto - volvió a decir.

- Si no hay de otra - le dije.

Génesis dijo que se tenía que marchar y Erik se ofreció a acompañarla. Yo quería decirle que no era necesario, pero Génesis me miró muy animada, así que no me rehusé. Ellos se fueron y nos dejaron solos.

- ¿Te gustaría ir a tomar té? - preguntó Sebastián.

- Las personas hablaran de esta extraña invitación - le dije mientras me acercaba a él.

- Dejemos que hablen, les daremos algo de que decir - dijo.

Fuimos a un local. Él pidió dos tazas de té y pastel de chocolate. La mujer que nos atendió se sorprendió al vernos que se apresuró por lo encargado y después se retiró rápidamente. Las demás personas que se encontraban dentro o fuera del local hacían lo mismo nos miraban y luego apartaban la vista.

- Creo que hemos llamado mucho la atención - dijo Sebastián.

- Al parecer sí, todos ellos hablan de nosotros - le dije.

- ¿Sabes que están diciendo?

los observé uno a uno, escuche muy detenidamente y leí sus labios, luego empecé a decir lo que los decían de nosotros.

- ¿Cómo es posible que el gran conde salga con una mujer como ella? tal vez lo amenazó con los lobos. Siento pena por él, que horrible mujer, siento pena por ella, el conde es muy simpático, pero es demasiado serio y malo, tal vez si se casan sus hijos sufrirán con horrendos padres. Eso dicen todos aquí presente, si quieres le sigo - le respondí sonriendo mientras comí del pastel.

- ¿Cómo has escuchado todo eso?

- Cuando vives con lobos tienes ciertos dones, todos los sentidos están alerta ante el peligro.

El acento la cabeza y luego dijo.

- Sabes, te he invitado aquí para que me hables más de ti, quiero saber la historia de la mujer que me salvó.

- ¿No es suficiente con las historias que has escuchado?

- No creo en eso - dijo muy serio.

- No te conozco, así que no te diré nada. Es mejor así, el misterio es tan excitante ¿no te parece?

- Tal vez tienes razón y respetó tu decisión - dijo Sebastián mientras le daba un sorbo a su té.

Yo miré hacia la plaza y noté que estaban bailando, fue imposible no sonreír, siempre me gusto bailar. No lo hacía muy a menudo porque los demás pensarían que era débil y eso no lo puedo permitir.

- Veo que te interesa el baile - dijo Sebastián quien no paraba se verme.

- Si me gusta, pero hoy estoy contigo y no quiero que pienses que soy una mala educada - le dije en tono de burla.

Se levanto de la mesa y dándome su brazo, me dijo.

- ¿me acompañas?

- No creo que sea algo que los nobles hagan - dije.

- Insisto.

Tomé su brazo y nos dirigimos a la plaza.

- Como vera, estos no son bailes de galas, son bailes con movimientos en todo el cuerpo no creo que podrá hacerlo.

- ¿Lo dudas?

- Por supuesto.

Me tomó de la cintura y nos dirigimos a bailar, antes de empezar le dije.

- Sabes que estoy descalza y si me llegas a pisar el pie yo reaccionare de una forma no muy amable.

- No creo que yo haga eso.

Puse mi mano sobre su hombro, luego comenzamos a movernos al ritmo de la música, al parecer baila muy bien. Todos nos observaron y fueron saliendo de la pista haciendo un círculo, en el centro nos encontrábamos solo los dos, atrapados. Las personas empezaron a aplaudir al son de la melodía. Yo reía a cada rato y el hacia lo mismo. Fue una conexión mágica no quería que el tiempo pasará quería vivir junto a él, cuando termino el baile nuestras miradas estaban tan cercas, podía sentir su respiración, sus labios estaban a milímetros de los míos, él iba a besarme y yo está dispuesta a dejarlo no me importaba lo que los demás pensaran.

Cuando estaba a punto de hacerlo un lobo chilló anunciando que debíamos retirarnos. Yo me separé del bruscamente, lo miré y me retiré de aquel lugar junto con mi manada, sin decir ni una sola palabra.

Sino hubiese sido por el lobo, en estos momentos me estaría lamentando por esa acción.

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Comments

Francisca Miranda Garcia

Francisca Miranda Garcia

hay lobitos tan protectores

2024-10-08

1

Francisca Alcantara

Francisca Alcantara

Emocionante historia

2024-04-18

1

Yudith Hernandez

Yudith Hernandez

creo que tenemos que adaptar nuestra imaginación al escritor que por cierto felicidades me gusta la historia diferente en todo

2023-06-27

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