Me Convertí En La Concubina Despreciada

En la oficina del emperador, estaba el doctor hablando con él sobre lo que ya habían hablado.

A su lado estaba su hermana, quien sería la doncella personal de Charlotte, la mujer para no llamar la atención del emperador, lleva unas vendas en sus manos, para dar la impresión de que estaba sufriendo de algo.

Si algo odia el emperador, es estar con mujeres que tengan defectos en su cuerpo.

—Majestad Esta es mi hermana Nora, ella es laboriosa en lo que hace, y es buena para el trabajo de servidumbre— le explica aquel hombre al emperador y él ve con desprecio a esa sirvienta.

—Bien, que haga bien su trabajo, espero no tener quejas de ella— dice el emperador para luego despedir al doctor y a su hermana.

Ambos se fueron de allí enseguida, con dirección a la habitación de Charlotte.

Al estar ahí, el doctor toca la puerta y ella enseguida le da permiso para entrar.

—Larga vida a la princesa Charlotte Lanco, está es mi hermana, y desde hoy si así usted lo desea, será su doncella de confianza, ella es alguien de confianza — dice el doctor mientras hace una reverencia, su hermana hace lo mismo.

Charlotte solo agradece a ambos por su amabilidad y después continúa diciendo.

—Las cosas no serán tan sencillas, ¿qué tanto puedes hacer por mí?— pregunta ella para saber a qué se atiene con aquella joven, quien con mucho respeto dice que se llama Nora.

—Estoy entrenada en combate, y puedo curar sus heridas cuando usted lo necesite, si usted mata a un enemigo, yo la ayudo a eliminar el cuerpo, no en vano tengo magia de fuego, además de que soy buena como espía y tengo una que otra información— le muestra la doncella a Charlotte sus manos en llamas y Charlotte se ríe con gracias.

—Perfecto, serás mi sombra, y si me eres útil con lo que quiero, en un futuro serás recompensada— dice ella feliz y la joven se endereza.

—Solo quiero una cosa majestad, si libra al imperio de las garras de esos infelices, no pediré nada más— dice ella motivada y Charlotte le pone la mano en el hombro.

El doctor decide despedirse, para que ambas chicas hablen.

Al estar solas, Nora le informa a Charlotte sobre algunas cosas que ha estado escuchando en el pueblo y es que todos hablan de una persona, quien fue el segundo príncipe y esa persona desapareció sin dejar rastro.

Nadie sabe su paradero, y se dice que esa persona era fuerte y poderosa.

Ese es el hermano menor del emperador, su nombre es Samuel, y era el segundo príncipe del imperio de Davon.

Aquel príncipe era querido por el pueblo, por su solidaridad y gentileza, aún siendo joven amaba servir a su gente, pero de un momento a otro, el joven príncipe desapareció, y con él también sus padres.

Nadie puede explicar lo que pasó, no había una sola pista sobre su paradero.

Cómo Alfonso era el único hijo que quedaba de esa familia, él se nombró príncipe heredero, y pronto también emperador.

Su reinado nunca ha sido bueno, ya que ha disfrutado del sufrimiento de los más indefensos.

Ama también invadir aldeas para tomar sus riquezas, y ha tomado dos pequeños imperios, de una manera injusta.

El primero es Leico, y el segundo fue Lanco, ambos imperio eran pequeños, pero muy ricos.

Ese tirano mató a la familia de ese imperio, y también a algunos habitantes de allí, solo porque ambos imperio no le quieren ceder minas importantes para el sustento de su gente.

Aún la familia imperial de esos dos imperios rindiéndose, ese tirano no tuvo piedad de ellos y los mató sin misericordia.

Charlotte por suerte era hermosa como una flor, o también hubiera muerto con su familia

***

Aquella doncella terminó de relatar la situación, y Charlotte decide apresurar su venganza, y tratará de buscar a ese tal Samuel, y lo hará el emperador, y ella tendrá una buena vida, al igual que su gente.

—Primero vamos a eliminar la plaga desde adentro —dice ella y la doncella le toma de las manos.

—Majestad, puedo ayudar en lo que sea, pero libere al imperio de la tiranía de aquellas personas, es lamentable la situación para todos, por la falta de dinero, muchas personas mueren de hambre y están enfermos— le dice la doncella y ella le da palmadas en sus manos.

—Tenlo por hecho, deja todos en mis manos— dice ella para luego decirle a la joven que le prepare su baño.

La doncella va a hacer lo que se le dice.

Mientras la doncella de Charlotte preparaba el baño, la emperatriz estaba en su palacio hablando con sus aliadas.

La mujer lanzaba maldiciones en contra de Charlotte.

—No se que le ve el emperador a esa mugrosa princesa, nosotras somos más hermosas que ella— grita la emperatriz mientras rompe un jarrón. Las concubinas estaban aún de pie, y miraban a la emperatriz romper el jarrón.

—Pensemos con la cabeza fría, no vale la pena enojarse con personas así, mandemos delincuentes para eliminarla— le dice Andrea, quien supuestamente era la más tranquila y mira como salió.

La emperatriz en esos momentos sonríe, y va hasta el primer sofá e invita a sus amigas a sentarse.

—Es buena idea, que dos de nuestras sirvientas vayan al gremio de delincuentes y hagan el trabajo, que vayan bajo mi orden — dice ella con una sonrisa, y Andrés y otra concubina llamaron dos de sus sirvientas, y le dieron joyas para vender y le dicen qué hacer.

La emperatriz rápidamente le entrega un pañuelo con su nombre, para que se les respete a dónde vayan.

Ellas sin cuestionar a sus señoras, van a hacer lo que se les dice.