Ella, era la hija de un general, una guerrera talentosa, pero su prima le tendió una trampa para asesinarla y así tomar su lugar como una princesa heredera, ahora, a reencarnado en la princesa que fue puesta en su lugar y su prima acabo aun como una concubina más, pero aun siendo la princesa, las concubinas abusaron de ella, ahora que está en ese cuerpo, esta lista para su venganza.
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empezando a poner orden
Se pudo escuchar por toda la sala, el eco que hizo, la cachetada que la concubina Inoue le había dado a Aya, ya que fue informada del escándalo que fue a armar en el palacio de la emperatriz, la cual sin duda mañana la hará llamar para regañarla por no saber educar a las concubinas del tercer príncipe, como si no fuera suficiente humillación la que recibió su hijo.
- no entiendo como mi hijo mantiene a una mujer tan ridícula como tú a su lado, no le beneficias en nada y encima vas para avergonzar más su casa.
- l-lo siento madre, estaba furiosa por todo lo que paso que no pensé bien lo que hacía, le ruedo su perdón.
Era humillante tener que estar de rodilla ante la concubina Inoue, pero no le quedaba de otra si no quería que decidiera alejarla del tercer príncipe, ese hombre es su única oportunidad de ascender entre la sociedad.
- espero no interfieras en nuestros planes, escucha bien, debes ayudar al príncipe a tener contenta a la inútil princesa, de lo contrario, tendremos más problemas con la emperatriz.
- entiendo madre, seré obediente y cuidadosa.
¿ayudar a mantener feliz a esa mujer?eso nunca, no puede permitir que el príncipe este cerca de la princesa. Necesito un plan para deshacerse de ella, ya habrá otra manera de ascender, además, no hay otro príncipe mejor que el tercero para subir al trono una vez que el príncipe heredero muera.
- ahora vete, mañana deben volver a casa, tú volverás sola, el príncipe escoltara a su esposa de regreso ¿entendido?
- si, madre.
Hizo una reverencia y se retiró de ahí, ya en la habitación que le habían dado, lanzo uno que otro objetó al suelo, para desquitar su irá.
Tal como la concubina Inoue planeo, convenció a su hijo de ser quien escolte a la princesa de regreso, por suerte la emperatriz esta ocupada y no pudo asistir a despedirse; el tercer príncipe fue a donde el carruaje de la princesa saldría, cuando la vio salir le ofreció su mano para ayudarla a subir, pero ella lo rechazó.
- iré a caballo, alteza, puede ir usted en el carruaje, Lili puede cederle su lugar y compartir el asiento del cochero.
- una princesa no puede montar a caballo ¿acaso quiere perder reputación?
- ¿desde cuando le importa mi reputación, príncipe Yuu?
- siempre me ha importado, eres mi esposa.
Saya sonrió con burla y siguió su camino, fue un guardia quien la ayudo a subir al caballo y enseguida se puso en marcha sin mirar atrás. El príncipe no oculto su enojo, será muy difícil soportar a esa mujer y más aun, el ganar de nuevo su confianza, pero esta seguro que aun mantiene esos sentimientos por él y eso ayudará a tenerla en la palma de su mano.
Ya que fue sola a caballo, llegó mucho antes, apenas llegó, los guardias de la entrada la guiaron al patio trasero, donde estaba la tercera concubina, Yuna, parece que es ella quien se queda a cargo cuando Aya no esta, Yuna le ordeno a las sirvientas que sujetarán a la princesa y tal como el príncipe lo había indicado, le dieran los veinte azotes ahí mismo, pero Saya solamente se liberó y para evitar que la tocarán de nuevo, lanzó un puñetazo a una de las sirvientas.
- ¿se atreven a intentar golpearme? ¿Han olvidado quien es la ama de esta casa?
Las sirvientas se hacen hacia atrás pero Yuna se levanta de su asiento para ir con ella, enseguida le dio una cachetada por levantar la voz.
- tú no eres nadie en esta casa, princesa, la orden la dio el príncipe Yuu y como, ni él, no la concubina Aya están, es mi deber ejecutar las ordenes de su alteza.
Estaba por darle otro golpe, pero no se esperaba ser quien recibiera un puñetazo igual que lo había recibido la sirvienta, como fue desprevenida, perdió el equilibrio y cayó, enseguida se acercan a ayudarla.
- castiguenla, han visto que esta desobedeciendo las ordenes del príncipe.
- cállate, no eres más que una amante y vienes a intentar castigar a tu señora. Espera y verás.
Pobre e ingenua Yuna, no sabe que la emperatriz ya regaño al príncipe, así que este no podrá ayudarla, ni mucho menos Aya.
- ustedes, encierren a la concubina Yuna en su habitación y no la dejen salir hasta que el príncipe llegue, si no hacen caso de mis ordenes, la emperatriz sabrá de esto y los mandará ejecutar.
Los sirvientes estaban dudosos, pero al escuchar la palabra emperatriz, sujetaron a Yuna y se la llevaron de inmediato a encerrar.