El Omega Del Gobernante~

Noah nunca había experimentado el amor. A pesar de ser un omega de sangre pura y tener ya 21 años, jamás había sentido esa conexión intensa y cálida que muchos describían. Hasta que apareció Theo. Ese alfa de mirada profunda y porte elegante fue el primero que logró acercarse a él sin hacerlo sentir vulnerable… solo a salvo.

Desde el momento en que Theo lo rescató del bosque, Noah se sintió profundamente conectado a él. Su instinto de omega lo reconocía, lo aceptaba, y su corazón también. Fue por eso que no le resultó difícil aceptar su sorpresiva propuesta de matrimonio. Había algo en Theo que lo hacía imposible de rechazar.

—Noah —dijo una voz grave de pronto, interrumpiendo la atmósfera de la habitación. Era Black Everhart, el padre de Noah, cuya presencia imponente hizo que ambos jóvenes soltaran sus manos de inmediato.

—Papá… Theo ya despertó —informó Noah, poniéndose de pie con una leve sonrisa.

—Qué alivio —respondió el alfa mayor, dejando salir un suspiro contenido mientras arrastraba una silla hasta colocarse frente a ellos. Observó a Theo con seriedad, pero en sus ojos brillaba el respeto.

—Theo, gracias por salvar a mi hijo —dijo finalmente. Había estado conteniendo esas palabras desde que supo que el joven había despertado.

—No tiene por qué agradecerme, señor —respondió Theo con humildad, sus ojos fijos en Black—. Cualquiera que hubiera encontrado a Noah en ese estado habría hecho lo mismo.

—No. No cualquiera lucha contra una bestia salvaje y sobrevive solo para proteger a un omega. En medio de la desesperación por perder a mi hijo, hice una promesa en el bosque Lunar: aquel que trajera de regreso a Noah, sería integrado a nuestra familia, elevado de rango y honores. Llevaría el apellido Everhart.

—No deseo eso, señor.

Black lo miró con desconcierto.

—Entonces… ¿qué es lo que deseas?

—Deseo casarme con Noah —dijo Theo, sin rodeos. Sus palabras llenaron la habitación con una tensión que podía cortarse con un cuchillo—. Pasamos una semana juntos intentando salir del bosque. Compartimos frío, hambre, miedo… pero también confianza. Y desde entonces, he querido protegerlo.

Hubo un silencio prolongado. Black bajó la mirada, reflexionando. No sabía con exactitud lo que ambos habían vivido entre los árboles silenciosos del bosque Lunar, pero sí sabía que nadie sobreviviría en ese lugar sin crear un lazo profundo. Miró a su hijo… y Noah le devolvió una mirada tímida, seguida de un leve asentimiento.

Ese gesto fue suficiente.

La noticia fue como una bomba. ¡Sorpresa total! Todos los que conocían a Noah estaban impactados. Caleb y Michael, sus amigos más cercanos, no podían creerlo. Se presentaron en la mansión Everhart, queriendo verlo para confirmar todo, pero Black lo impidió.

Noah solo podría ser visto el día de la boda.

—¡¿Cómo es posible que Noah se case así de repente?! ¿¡Y con Theo!? ¿¡Quién demonios es ese tipo!? —refunfuñaba Caleb, frustrado, mientras apretaba una reluciente invitación entre sus manos. En ella, los nombres Noah Everhart y Theo estaban grabados en letras doradas.

Ambos amigos se encontraban dentro del auto, estacionado frente a la mansión. Habían tenido que irse sin obtener respuestas. Para empeorar las cosas, aún estaban en vacaciones de semestre, así que tampoco lo verían en la universidad.

Michael no dijo nada. Estaba al volante, pero no parecía realmente presente. Sus ojos estaban fijos en la carretera, mientras su mente revoloteaba lejos, atrapada en pensamientos imposibles de ignorar.

Y entonces llegó el gran día.

Una semana después de la sorprendente aceptación de Noah, la boda fue celebrada con todo el lujo que una unión de la familia Everhart merecía. Flores exóticas, música en vivo y cientos de invitados llenaban el enorme salón decorado con cristales y detalles blancos y dorados.

Noah, vestido con un elegante traje blanco de corte moderno que acentuaba su figura estilizada, se miraba en el espejo. Su cabello estaba perfectamente peinado hacia atrás, dejando a la vista sus delicados rasgos. Se veía increíble. Se sentía nervioso, pero también extrañamente tranquilo.

Fue entonces que Theo entró, caminando con seguridad hacia él, con un traje oscuro que contrastaba con su piel clara y su mirada ardiente. Tomó su mano suavemente.

—Estás hermoso, Noah.

—Gracias, Theo. Tú también te ves… —hizo una breve pausa— muy bien.

—¿De verdad?

—Hmm… —asintió con un gesto tímido, sin poder contener una pequeña sonrisa.

—Durante toda la ceremonia… no sueltes mi mano, ¿de acuerdo? —pidió Theo, entrelazando sus dedos con los de él.

Noah lo miró por unos segundos, y luego asintió.

Theo se inclinó y besó con ternura la frente del omega. En ese contacto suave y cálido, Noah sintió una extraña pero reconfortante paz. Como si, de verdad, estuviera haciendo lo correcto.

Y así, llegó el momento esperado. Las puertas del salón se abrieron y Theo y Noah entraron tomados de la mano. Los murmullos comenzaron de inmediato. No solo por la imponente belleza de Noah, sino también por lo apuesto que era Theo. Alto, con una postura firme y un aura dominante que no podía ocultar… parecía un angel caído del cielo.

—Dios mío, qué guapo… —susurraron varios omegas, sin poder evitarlo.

Finalmente, la ceremonia comenzó.

Justo cuando los votos estaban a punto de ser pronunciados, Michael se levantó de su asiento y abandonó el salón. No podía soportarlo.

Y mientras las promesas eran intercambiadas, Theo se inclinó hacia Noah y rozó sus labios suavemente en un beso breve, pero profundo. Noah, sin contenerlo, sonrió con dulzura.

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