Eloíse, una mujer hermosa de cabello negro, ojos profundos, grises como un día nuboso, corazón noble, pero con una vida miserable, al morir su madre, Eloíse es obligada a casarse a la mayoría de edad por su madrastra Karelin, la cual no soporta tenerla bajo su mismo techo, sus dos hermanastras se casan con el hombre de sus sueños, pero Eloíse debe casarse sin amor y sin recibir un cortejo como toda dama de la alta sociedad debería de recibirlo. Karelin se dedicó a buscar por todos lados al hombre con menos prestigio y malo del reino, sus amistades le aconsejaron cual sería el indicado, el duque Ciro, un hombre descrito como salvaje, malo y de poco prestigio por ser un heredero bastardo, el cual es buena opción para Eloíse, según karelin.
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Capítulo 05 Ciro
Karelin
Detesto tanto a esa tonta, pero me alegro de que su padre llegara a tiempo, estoy tan feliz, por fin dejara de vivir bajo mi mismo techo.
— ¿Es cierto lo que dijo de su madre? Me pregunta Will, sacándome de mis pensamientos.
— ¡Claro que no! ¿A caso me crees capaz de decir algo así?
— No, pero no creo que Eloíse diga algo así de su madre.
— Estaba enojada, es normal que quisiera victimizarse, viste como estaba de agresiva, creo que es la edad y aparte que le faltó su madre, por más que quise ser una... Creo que nunca me tomo como madre.
— No sé por qué está así Eloíse.
— Creo que está celosa, sus hermanas se han casado, ella por caprichosa no quiso ir, yo insistí y ella se negó, ya ves que no quiere casarse y ya está en edad de hacerlo.
— Tienes razón, hable con la corte y tiene que esperar hasta el próximo año para realizar su debut.
— Comprendo, pero tengo una idea, podemos conseguirle esposo desde ya, recuerda que un matrimonio arreglado siempre resulta más fácil, por el hecho de que ella no quiere casarse y si es así, te aseguro que ahuyentará a todos sus prometidos, ella debe madurar.
— Tienes razón, no lo había pensado, pero creo que un matrimonio arreglado será lo mejor.
— Yo me encargó de conseguir un buen esposo, sé que está en su momento rebelde por eso le tengo paciencia.
— Gracias Karelin, eres una buena esposa.
— De nada cariño, aparte sé que tú tienes mucho trabajo, yo lo busco por ti.
— Quiero que esté a nuestro nivel por favor, no quiero que no tenga título, debe ser un esposo con título.
Me molesto al escuchar esas palabras, por mi fuera la casara con un pesquero.
— Claro cariño, yo prepararé todo.
— Por cierto tendré un viaja de suma importancia, debemos de conquistar nuevas tierras, no sé cuando me iré y no sé cuanto tiempo estaré fuera.
— No te preocupes, que yo cuidaré bien del palacio y mañana mismo buscaré al esposo de Eloíse.
— Gracias cariño.
— Ahora su alteza déjese consentir.
Comienzo a besarlo lentamente, logrando así que se pierda en mis besos y caricias, sé que en la cama él olvida todo y es dónde más satisfacción le doy.
Mientras me embiste bruscamente lo abrazó, recibo sus embestidas y sonrió, gimo alto para que se prenda aún más. Acá en la cama es dónde envenenó más su corazón, por qué es donde estamos solos, dónde nadie puede defender mis acusaciones hacia las personas, donde yo tengo la razón y él solo escucha.
Nuestro cuarto se llena de nuestros gemidos y disfruto de como me hace suya, disfruto del poder que me da, del título que tengo y de la satisfacción que me da saber que gane.
Lo hacemos muchas veces más, deseo quedar embarazada, he ido con una curandera muy vieja y me ha dado una medicina que tome antes de tener intimidad, es por eso que debo hacerlo todas las veces que pueda para poder resultar embarazada, necesito un heredero, así esa inútil no recibirá nada de la fortuna de mi esposo.
Los días van pasando y voy con una de mis mejores amigas.
— Necesitó tu ayuda urgentemente.
— Pasa Karelin, cuéntame como te va con el emperador.
— Con él de maravilla, solo necesito deshacerme de la inútil de su hija.
— Te comprendo, con gusto puedo ayudarte en lo que necesites.
— Gracias amiga, sabia que contaba contigo, ayúdame a buscar un esposo para la tonta esa.
— Con gusto, vámonos ahora mismo.
— ¿Pero a dónde iremos?
— Pues con las familias reales.
— En busca de uno soltero, pero...no quiero que tenga un gran título, que tenga uno bajo de Márquez, un conde o vizconde.
— Oh tú deseas que sea de la nobleza intermedia.
— Si, pero el Márquez es más alto de esos títulos, así que deseo que sea en esa categoría.
— Perfecto, como tú digas.
Nos ponemos en marcha en la búsqueda del esposo de Eloíse, así van pasando los días, ya que no encuentro al indicado.
La desventaja de Eloísa es que no realizó su debut, entonces es muy difícil conseguir a un soltero que quiera cortejarla.
Los meses van pasando, estamos en enero y ella cumplirá diecisiete años en unos días y para realizar nuevamente su debut es en abril. Nadie ha aceptado el cortejo por no ser presentada en la alta sociedad.
— Esto me estresa tanto, le digo a mi amiga mientras caminamos por las calles reales.
— El problema es que esa chiquilla no ha realizado su debut.
— Hay la detesto tanto.
Seguimos caminando sin perder esperanza, la noche llega y debo regresar al palacio.
— Cariño ya he regresado.
— ¿Aún no consigues nada?
— Es por el debut, pero mañana una amiga me dará una respuesta.
— Mañana debo partir y deseaba estar presente en la boda de mi hija, no sé por cuanto tiempo me voy, no sé si realizara su debut y más seis meses de cortejo, posiblemente ya este presente.
— Espero puedas estar presente, pero si no, no te preocupes, yo me encargó de todo.
— Sí, es que ya es tiempo de que se case.
— Tienes toda la razón.
Sonrió con falsedad, ya que yo no soportaré tenerla otro año más, así que haré todo lo que está en mis manos para que se largue cuanto antes, de que encuentro a la persona que la acepte sin realizar su debut lo haré, los viajes de Will son largos, así que sé que en seis meses posiblemente regrese y cuando lo haga...su pequeña ya estará casada y no habrá vuelta atrás.
Dos días después...
Will ha partido a su viaje, yo me encaminó a la casa de mi amiga, toco la puerta y tardan en abrir.
— ¡Ahh que bueno que viniste, te tengo una noticia!
— ¡Que! ¡Pues cuéntala!
— Encontré a un Duque y...
— ¿Qué, un duque? No, te dije que fuera bajo un Márquez y...
— Es que no me estás escuchando, fui a tomar el té y en una conversación salió a luz un duque, es algo mayor, pero eso no importa.
— ¿Cuántos años tiene?
— Está por cumplir treinta.
— Y que lo hace un candidato, según lo que yo pedí.
— Escuche que es un duque bastardo, que ningún padre quiere que su hija se case con él, aparte que es malo y despiadado, casi no se le ve en banquetes reales, dicen que es un amargado.
— Conque bastardo, amargado y no es una buena persona. Me gusta, pero si Will se entera de que la casé con un bastardo...
— No importa, ya estará casada, no podrá divorciarla, por qué la que quedaría en mal sería ella y ya casada puede realizar su debut, para que toda la sociedad la conozca y al parecer la madre está interesada en que su hijo se case.
— ¡No te lo puedo creer! ¿Crees que no le importe que no haya hecho su debut?
— Seria de ir a hablar con él.
— ¿Solo la madre vive?
— Así es, el padre murió hace unos años, pero si aún sigue soltero por algo tiene que ser, muchas se casan por fortunas, creo que no es rico, tiene lo necesario.
— Pues si es así, que estamos esperando.
Ambas salimos felices en busca del mentado Duque, que a decir verdad hubiera deseado que fuera sin título, pero lo hago solo por Will.
Llegamos al palacio del Duque, es muy pequeño para mi gusto, pero perfecto para un bastardo.
Tocamos la puerta y una sirvienta nos atiende.
— Buenas tardes, excelencias.
— Buenas tardes, soy la emperatriz, vengo a buscar al Duque.
— El duque no se encuentra en estos momentos, anda lejos, pero puede dejarme su recado.
— ¿Cuándo regresa?
— No le sabría decir, pero...
No termina de hablar, ya que somos interrumpidas.
— ¿Quién busca a mi hijo?
— La Emperatriz De Winter.
— Su excelencia, que gusto tenerla por acá, ha que debo su visita.
— Venía a buscar al duque, ya que tengo una hijastra a la cual le busco un esposo, pero ella aún no ha hecho su debut en la sociedad y...
— Pacen, hablaremos más cómodas adentro. Me interrumpe, respiro e ingresamos, observo todo y es muy sencillo el palacio, pero eso se merece esa insolente.
— Siéntese excelencia y cuéntame más sobre lo que quiere proponerle a mi hijo.
— Mi hijastra ya está en la mayoría de edad para casarse, pero lamentablemente en el baile para hacer su Debut ella enfermó y no pudo estar presente, así que mi esposo desea que su hija se case pronto; ya en estos días cumplirá 17 años y no tiene esposo y sus hermanas ya se han casado, entonces deseamos saber si algún caballero puede casarse con mi hijastra sin que haya hecho su Debut.
— Oh comprendo, no hay caballeros que se casen porque no ha hecho su Debut para ser conocida en la sociedad, creo que eso sí es un problema, porque después del debut se tiene que hacer el cortejo de seis meses.
— Exactamente, pero mi esposo desea que su hija se una en matrimonio.
Ella se queda pensando un rato.
— Pues déjeme decirle qué ha conseguido esposo su hijastra, sin necesidad de hacer el Debut ni el cortejo.
Me quedo asombrada por lo que dice y hay una alegría en mi corazón inexplicable.
— ¿Pero como se hará, tiene el duque que conocer a mi hijastra?
— Mi hijo anda muy lejos en estos momentos, No sé exactamente cuando regrese y usted necesita que su hijastra se case pronto. Así que no hay ningún problema, para mí no es necesario que su hijastra haga el Debut ni que sea cortejen por seis meses, si gusta pueden casarse en dos semanas.
Me quedo sorprendía por todo esto, veo a mi amiga y ella me sonríe, su mirada me dice que acepte.
— Perfecto, entonces en dos semanas realizaremos la boda.
— Mi hijo Puede que no esté presente en dos semanas, pero yo me encargo de todo el papeleo para que ese matrimonio sea legal.
Todo está a mi favor, no tendrá ni siquiera una boda soñada.
— Perfecto duquesa, puede ser una boda discreta entonces, oh... Solo que se firmen los papeles y en dos semanas mi hijastra podrá estar acá en su... Palacio digo viendo todo al rededor.
Ella sonríe con sarcasmo y no sé si es por mi comentario, o por qué su hijo bastardo se casara con una mujer de apellido De Winter.
— Perfecto, entonces en dos semanas su hijastra tendrá un esposo y mi hijo una esposa.
— Así es, por fin su hijo se podrá casar y mi hijastra también.
Sonrió con sarcasmo y ella acomprendido mi comentario, ya que me ve con ojos de ira.
— Buena emperatriz, creo que en dos semanas nos volvemos a ver.
— Así es duquesa, un gusto haber podido hacer un trato con usted, ah por cierto, cuál es el hombre de su hijo.
— Ciro.
Hasta el nombre da escalofríos.
— Perfecto, hablaré con mi hijastra de su futuro esposo.
— Haré lo mismo.
— Por cierto, ¿cuántos años tiene su hijo?
— El próximo mes cumple treinta años.
— Ohh perfecto, gracias.
Hacemos una reverencia y nos marchamos.
Al estar afuera hablo con mi amiga.
— Ya veo porque le urge a la duquesa que su hijo se case, si usualmente la edad en la que los hombres se casan es de los 18 para los 21, ya si se casan mayores es por qué han quedado viudos.
— Tienes toda la razón, pero nadie quiere casarse con el Duque.
— Pero Eloíse sí, se casará con el Duque Ciro.
Sonrió mientras camino, al fin se largará de mi palacio.
A ponerse las pilas porque después viene otro y la conquista