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Renacida para Vengar mi Destino: Promesa Sellada en el Tiempo

Renacida para Vengar mi Destino: Promesa Sellada en el Tiempo

Status: Terminada
Genre:Romance / Venganza / Mujer poderosa / Matrimonio arreglado / Reencarnación / Completas
Popularitas:865
Nilai: 5
nombre de autor: Bruna Chaves

Traicionada por su propia familia, usada como pieza en una conspiración y asesinada sola en las calles... Ese fue el cruel destino de la verdadera heredera.
Pero el destino le concede una segunda oportunidad: despierta un año antes del compromiso que la llevaría a la ruina.

Ahora su misión es clara: proteger a sus padres, desenmascarar a los traidores y honrar la promesa silenciosa de aquel que, incluso en coma, fue el único que se mantuvo leal a ella y vengó su muerte en el pasado.

Decidida, toma el control de su empresa, elimina a los enemigos disfrazados de familiares y cuida del hombre que todos creen inconsciente. Lo que nadie sabe es que, detrás del silencio de sus ojos cerrados, él siente cada uno de sus gestos… y guarda el recuerdo de la promesa que hicieron cuando eran niños.

Entre secretos revelados, alianzas rotas y un amor que renace, ella demostrará que nadie puede robar el destino de la verdadera heredera.

NovelToon tiene autorización de Bruna Chaves para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 1

La lluvia caía pesada sobre las calles estrechas y mal iluminadas, transformando el asfalto en espejos rotos que reflejaban los postes antiguos. Entre los callejones empapados, una joven de cabellos largos y despeinados caminaba descalza, con el vestido rasgado pegándose al cuerpo por la humedad. Sus ojos, otrora llenos de esperanza, ahora eran solo pozos vacíos de dolor. Aquella era Serena Valente, la verdadera heredera de la familia más poderosa de la ciudad, pero, para todos, no pasaba de ser una mendiga olvidada.

Ella recordaba cada detalle de su caída. Un año antes, vivía en el lujo de la mansión de los Valente, siendo llamada "señorita" con todo el respeto que le correspondía. Había crecido creyendo ser amada por sus padres, respetada por su prometido e envidiada por aquellos que la rodeaban. Pero la verdad había sido cruel: nunca había sido amada. Desde el momento en que había sido "rescatada" y devuelta a la familia, su vida no había pasado de ser un teatro. Su prometido, el mismo hombre a quien entregó cada pedazo de su alma, jamás la había deseado. Él pertenecía a otra, a la usurpadora que había crecido en su lugar.

Recordaba las risas ahogadas que había escuchado tras puertas cerradas, las miradas intercambiadas que había fingido no ver. Su fe ciega la había tornado vulnerable. Había amado con tanta intensidad que había aceptado migajas, creyendo que el futuro traería la recompensa. En vez de eso, trajo la ruina. El prometido y la hija de la niñera, su falsa sustituta, tramaron juntos, derribando a sus padres de los negocios, arrancándoles la dignidad, expulsándolos de su propia casa. Los Valente, otrora respetados, fueron humillados en público, y Serena, impotente, vio a su familia despedazarse como vidrio en el suelo.

Ahora, sin hogar, sin padre ni madre, muertos por la vergüenza y la bancarrota, ella vagaba sola. Ningún amigo se había acordado de ella, ningún aliado extendió la mano. El hombre a quien entregara su vida había desaparecido, viviendo feliz al lado de la falsa heredera. Le restaba solo el dolor y el hambre. Le restaba el vacío.

Los truenos retumbaban sobre su cabeza cuando sus piernas flaquearon. Cayó de rodillas en la acera fría, los huesos golpeando contra el suelo duro. Sintió el gusto metálico de sangre subir a su boca. Sus manos, temblorosas, buscaron apoyo, pero no había nada además de la suciedad y la oscuridad. La respiración salía en bocanadas cortas, dolorosas. Cada suspiro era una lucha contra la muerte.

Mientras la vida se desvanecía, recuerdos la asaltaron con brutalidad. Se vio aún niña, corriendo por los corredores del orfanato, riendo al lado de un niño de mirada sombría y sonrisa tímida. Él era diferente de los otros: callado, reservado, pero con un corazón ardiente. Fue con él que hizo una promesa inocente: la de que, cuando crecieran, quedarían juntos, se cuidarían uno al otro. Pero el destino había robado esa promesa. Él había enfermado, había desaparecido por años en un lecho de hospital, y cuando volvió a abrir los ojos, Serena ya estaba prometida a otro.

Sus labios se movieron en un susurro casi inaudible.

—Lo siento… rompí nuestra promesa…

Las lágrimas se mezclaron a la lluvia, y su cuerpo comenzó a tumbarse para el lado. Pero antes de que la oscuridad la tomara por completo, algo sucedió. Una presencia. Un calor inesperado. Ella no podía ver, pero lo sabía. El hombre de quien todos decían ser frío e implacable, el hijo ilegítimo de un magnate, la había encontrado. Fue él quien sostuvo su cuerpo frágil, quien enjugó con manos pesadas las lágrimas de su piel pálida. En los instantes finales, cuando todos la abandonaron, él la recogió, como si fuera un tesoro roto.

Serena murió en sus brazos.

Pero su historia no acabó allí.

En espíritu, ella permaneció. Observó el velorio miserable que le prepararon, vacío de flores, vacío de llantos sinceros. Solo él estaba allí: el hombre con quien compartiera el pasado olvidado, el amigo de infancia que regresara demasiado tarde. Y fue delante del ataúd de ella que él se irguió como un demonio vengador. Con ojos inflamados de furia, destruyó a cada traidor, uno por uno. La mansión que antes albergara a la falsa heredera ardió en llamas. La sangre de los culpables manchó el mármol frío. Él vengó su muerte con una brutalidad que erizaba hasta mismo su alma errante.

Y Serena vio todo. Vio y lloró. No porque lamentaba el destino de los enemigos, sino porque comprendió, demasiado tarde, que nunca había estado sola. Mientras sacrificaba todo por un amor falso, había alguien que la amaba en silencio, fiel a la promesa hecha en la infancia.

En aquel momento, mientras las llamas consumían la noche, su alma encontró un deseo feroz: si tuviera otra chance, haría todo diferente.

Y el destino, en su crueldad caprichosa, la escuchó.

Cuando sus ojos se abrieron nuevamente, no había lluvia, ni frío, ni sangre. Había el perfume dulce de flores recién cortadas, la claridad suave del amanecer entrando por la ventana y el sonido distante de campanas. Su corazón se disparó. Reconocía aquel cuarto. Reconocía aquellas paredes. Era la mansión de los Valente, en una época en que nada había ruído aún. Corrió hasta el espejo y se vio reflejada: más joven, el rostro sin las marcas del sufrimiento de los últimos años.

La respiración le falló. Serena Valente había vuelto.

El calendario sobre la mesa confirmó: faltaba un año para el día de su noviazgo. Un año antes del inicio de su ruina.

Sus manos se apretaron en puños. El miedo se mezclaba a la determinación en su garganta. No, esta vez no se entregaría ciegamente. No sacrificaría su vida por un amor que no existía. No se curvaría a las falsas sonrisas de quien tramaba contra su familia. Y por encima de todo, no olvidaría de aquel que había llorado por ella, que había vengado su muerte y que, ahora, estaba indefenso, preso a un lecho de hospital.

—Voy a cambiar todo —murmuró, con los ojos chispeando—. Y voy a mantener nuestra promesa, cueste lo que cueste.

El sonido de pasos resonó del corredor. La puerta se abrió, revelando la figura sonriente de la falsa heredera. Ella aún no sabía lo que el destino le reservaba, pero Serena Valente, renacida de su propia tragedia, ya no era la misma. Ahora, era la verdadera heredera. Y nadie jamás la derribaría nuevamente.

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Topy71 🇦🇷
Tiene que esvonder a los padtes donde nadie sepa nada ni los conosxa
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