Bernada, estaba con el alma rota y un gran dolor en el alma, un angel le envío un gran regalo y ella resurgió de entre sus cenizas para tomar revancha, pero..., sin poder evitarlo, el amor la encuentra y ella solo podía decir. "Cariño, déjame ayudarte"
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Cap. 10 Mi vida
Bernarda llevó a las niñas al parque mientras para que se diviertan, la hermosa Bernarda se sentó con Alex en el banco del parque.
Alex la miraba tranquila, pero había una sensación de que Bernarda no era una mujer común como quería hacer creer. Se la veía siempre tan controlada, tan tranquila, pero a la vez sería y hasta fría.
—Bernarda, gracias por esto, realmente creo que debería ponerle límites a Dora desde hace mucho tiempo, sé que no es tu problema, este es un tema de mi familia si se puede llamar así, lo lamento —dijo apenado al ver como Bernard tuvo que poner un freno a esas mujeres sola como una fiera protegiendo a sus cachorras.
Bernarda dio un suspiro, realmente lo entendía. Después de que el abogado Román le contó la dura vida de Alex, ella entendía que era mejor tener alguien ahí afuera que estar totalmente solo con las niñas.
—Alex, sé que ella es algo así como familia extendida, pero es una situación demasiado peligrosa para los niños, esa mujer, las va a lastimar, te lo aseguro, las mujeres sin escrúpulos y codiciosas pueden ser peor que los hombres, pueden ser muy crueles —dijo con serenidad, pero sus palabras estaban cargadas de advertencia y preocupación.
Alex asintió, sabía que ella tenía razón, sabía que esa relación tóxica con Dora debía terminar definitivamente.
—Bernarda, ¿por qué dijiste que te apellidas Marin si en realidad tu apellido es Monterrosa? —dijo Alex un poco desconcertado.
—Oh, tu madrastra es del tipo que le gusta ir a los trabajos a generar problemas para molestar, no quiero tenerle que romper la cara por perder mi trabajo, no te olvides que ahora estamos aportando para las niñas, me pediste ese favor y te lo he prometido, ellas tendrán una buena educación —dijo bernarda mientras Alex se quedó pasmado e incrédulo.
Pasaron varios días, Bernarda tenía mucho trabajo, a veces llegaba tarde y no tenía mucho tiempo. En la empresa, tenía que aguantar a Sisi, quien era una ejecutiva del Marketplace. Sin embargo, Bernarda ya había afianzado su carácter, ese tiempo en el que ella, casi perdió la cordura por el asesinato de su hijo, también había podido encontrarse a sí misma o la versión más cruel de sí misma.
Ese día, estaba en una reunión con los directores y jefes, Arnold había logrado estar en una dirección, ni siquiera pudo acceder a ser vicepresidente, ya que era el segundo mayor accionista, la razón era lo que Bernarda había mostrado, ese hombre no podría entrar en ningún lugar donde Bernarda no esté de acuerdo.
Bernarda quería tenerlo cerca, quería que vea cómo es que Bernarda se adueña de su empresa familiar poco a poco.
Cuando terminaban la reunión, Sisi quería hacerle las cosas difíciles a Bernarda, pero sin que nadie pudiera advertirlo, Bernarda recibió una llamada y salió del lugar como una flecha, dejando a todos atónitos.
Bernarda fue llevada por su fiel Joel al colegio de las niñas, había problemas.
Angie la seguía, pero le decía que debía cambiarse, pero la situación era urgente, ella no tenía tiempo.
Sin embargo, su ingreso al colegio fue todo un espectáculo, con su traje ejecutivo de alta costura, sus tacones de 10 centímetros, haciendo ver su estampa y caminar altivo. Su belleza fría, pero atractiva, realmente hizo girar la cabeza de todos. Los padres de familia casi se babean, sus esposas los pellizcaban y codeaban para que reacciones, los maestros estaban petrificados e hipnotizados.
Era la primera vez que veían una mujer tan hermosa de cerca, y más aún ver el garbo y finura de su andar y movimientos.
Bernarda, totalmente acostumbrada a esta reacción, solo se dirigió a la oficina, apresurando el paso cuando escuchó gritos y entró sin siquiera llamar.
Adentro, lo que veía la sacó de su cordura llevándola a la furia total.
Su dulce y tímida Belle, estaba ahí con una herida en la frente que aún sangraba. Una mujer corpulenta jaloneaba su delicado brazo enterrando sus largas uñas postizas en su delicada piel y gritaba improperios a la dulce niña mientras ella cerraba sus ojitos y solo gimoteaba por el dolor.
La maestra solo miraba y la directora estaba ahí cruzada de brazos indignada. Ambas voltearon para ver como una figura felina se acercó y con un duro golpe estampillado contra la cara de la mujer, la hizo caer de forma pesada.
—Mi vida, ¿estás bien? Tu frente, cielos… —Bernarda miraba a su pequeña con detenimiento mientras que todos estaban pasmados.
—Mamá Berny, me duele mucho —dijo mientras se tocaba la frente.
Una niña de la edad de Belle corrió para abrazar a la mujer regordeta en el suelo. La maestra se apresuró en cuestionar la violencia de Bernarda, como si antes no hubiera una situación terrible ante sus ojos.
—¿Quién es usted?, ¿cómo se atreve a ser tan violenta en este establecimiento? —dijo la maestra molesta por la situación.
Bernarda, solo chasqueó los dedos y Angie entró con un pañuelo y, obviamente, Joel venía detrás de ella. Todos se quedaron mudos al ver al hombre como una montaña y cara de pocos amigos.
Bernarda se enderezó mientras que Belle sujetaba el pañuelo en su frente, aun sollozando y asustada.
—¿Me estás hablando a mí? —dijo Bernarda, mirando con ese acostumbrado frío y desprecio que solo ella podía tener. El lugar se cargó de una incómoda tensión, dejando a todos un poco asustados.
—Sí…, sí, no entiendo cómo entra así. Y… —dijo la profesora, pero Bernarda no tenía tiempo para tonterías.
—Vengo porque me dicen que mi hija está en un problema escolar, y cuando entro, encuentro a esta mujer maltratando a una estudiante sin que nadie haga nada al respecto, ¿supongo que eres la maestra?, y usted debe ser la directora, ¿me están diciendo que la violenta soy yo y la tipa esta es un ángel? —dijo Bernarda tomando de los hombros a la dulce Belle y guiándola hacia Ángela quien la recibió con una sonrisa.
Las mujeres se pusieron alerta de inmediato, hasta donde sabían Belle no tenía madre.
—Señorita, sabemos que Belle no tiene madre, usted miente —dijo la maestra, sin embargo, Bernarda, con movimientos de felino, se acercó a la mujer como si fuera a atacar en cualquier momento.
Bernarda se paró tan cerca de ella que la maestra se petrificó de susto.
—Soy su madre, esposa de Alexander Ferrer, y lo que tú digas me tiene sin cuidado, ahora, te voy a dejar algo en claro, esta falta de respeto a mi niña no la voy a dejar pasar —dijo Bernarda mientras que la maestra y la directora se miran preocupada, sin embargo, la mujer regordeta que había logrado ponerse de pie y salir del terrible dolor en su rostro comenzó a armar escándalo de nuevo.
... sin embargo, todo hay que decirlo: tu trabajo es muy bueno, está historia es bella y atrapante. Ánimo, continúa. tienes mucho, pero mucho Talento... saludos