Todo tiene su final hasta los sentimientos.
Los hermanos Hayes eran demasiados diferentes, el uno era como un volcán a punto de erupcionar mientras que el otro era tan frío como el hielo.
Emily había estado enamorada toda su vida de Iason Hayes, el chico soleado, un rompecorazones total. Ella creyó que era especial para él, por lo que, cuando le dicen que se debe casar con uno de los dos hermanos ella lo elige a él. Sin embargo, luego de tres años de matrimonio llenos de amargura y malentendidos, Emily se da cuenta de que quizás había tomado la decisión equivocada y solo tal vez había elegido al hermano equivocado.
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Capítulo 22
¿Quién dijo que las coincidencias no existen?
Ese fue el pensamiento que cruzó por la mente de Emily en cuanto vio a la persona que se encontraba enfrente de ella, que curiosamente era el hombre del aeropuerto, aquel que había atraído la atención de los transeúntes, así como la persona que la había ayudado a recoger su celular.
Cómo esta vez no tenía nada que pudiera ocultar sus facciones, Emily pudo apreciar por completo su rostro.
Tenía unos hermosos ojos de un color que Emily no podía describir debido a que sus orbes se veían como perlas preciosas que parecían ver el alma, sin embargo, decir que eran grises era incorrecto, al igual que decir que eran azules, más bien parecían ser de un color parecido a la plata.
Aquel sujeto era demasiado diferente de cualquier hombre que alguna vez Emily haya visto, no tenía el aire cálido que rodeaba a Iason, ni siquiera el rostro frío de Luka, más bien parecía majestuoso, es decir, alguien que estaba acostumbrado a estar por encima de todos.
Esa fue la impresión que tuvo de aquel hombre llamado Liam.
Liam al notar la llegada de Emily, se levantó de su asiento mientras extendió una mano con la intención de presentarse.
Al notar su intercambio, un grupo de jovencitas que habían estado observando a Liam, no pudieron evitar fruncir los labios sintiendo una sensación de pérdida.
— Otro chico guapo que tiene novia, ella es tan bonita y él parece una celebridad, solo podemos considerarlo como nuestra mala suerte.
Tras decir aquello, siguieron en sus asuntos, no sin antes mirar de manera reacia hacia Liam.
— Mucho gusto, señorita Emily, soy Liam — se presentó.
Emily sonrió antes de aceptar su saludo.
— El gusto es mío — respondió para luego sentarse.
Emily suspiró sintiéndose un poco ansiosa, aunque no sabía la razón de su nerviosismo, respiro dos veces, sin embargo, justo cuando iba a hablar fue interrumpida por la llegada de la mesera.
— Pedí algo antes de que llegarás — mencionó Liam con una expresión un poco avergonzada — Espero que te guste el té con leche, si no puedo cambiarlo por algo más.
Emily soltó una risita divertida antes de hablar.
— No te preocupes, me gusta el té con leche.
Luego, como si todo el nerviosismo que había sentido hubiese desaparecido. Emily no se anduvo por las ramas y se disculpó por los inconvenientes causados por el cambio de maletas.
— Yo también me disculpó por no haberme dado cuenta del error antes…
Antes de que pudiera seguir hablando, sus palabras se vieron interrumpidas debido a la aparición de Iason, el cual al notar el ambiente ameno que se estaba gestando entre Emily y Liam, no pudo pensar correctamente y aquella imagen que se había esmerado por mantener durante mucho tiempo había desaparecido por completo.
Después de todo, el hombre que se encontraba enfrente de él era el ser que más odiaba en el mundo aparte de su madre.
Sintió su sangre e incluso un impulso demasiado explosivo de propinarle un puñete, sin embargo, logró calmar su temperamento y miró a Emily, la cual al verlo no siguió sonriendo como lo había hecho, es más, su rostro se volvió inexpresivo e incluso pudo ver qué mostraba algo de molestia ante su presencia.
Quizás fue su molestia al ver a Liam, pero no pudo contenerse más y tomó a Emily del brazo de manera brusca.
— ¿Qué haces con este bastardo? ¡No seas estúpida y ven conmigo! ¡Necesito hablar contigo! Necesito explicarte. Yo… todo lo que hice en el pasado tiene una explicación…
Emily, ante sus acciones intentó zafarse de su agarre, pero le fue imposible.
— ¿Qué crees que está haciendo? ¿Por qué me seguiste? ¿Qué derecho tienes a interferir en mis asuntos? ¡Suéltame! ¡No quiero escucharte! ¡Piérdete!
Iason ante la negativa de Emily, no pudo contenerse más.
— ¡Así que prefieres hablar con ese estúpido que conmigo, Emily, ¿acaso no te basta con haber seducido a Luka que ahora quieres andar con esta basura! ¡No te portes como una pu…!
Antes de que Emily pudiera darle una bofetada a Iason tuvo que bajar su mano debido a que alguien más se le había adelantado, era Liam.
Él lo había golpeado haciendo que Emily lo mirará anonadada.
¿Qué estaba pasando?
Liam, que había permanecido en silencio durante todo el intercambio de Emily y Iason no pudo contenerse más, así que se levantó de su asiento y se enfrentó hacia aquel maldito infeliz.
— ¡Qué divertido! — exclamó aunque claramente su expresión no mostraba que estuviera feliz — ¡Así no es como se trata a una dama! Parece que no has aprendido nada — comentó mientras lo agarraba del cuello.
Las personas que se encontraban en el interior de la cafetería miraban todo lo que estaba pasando con ojos llenos de chisme.
Para ellos parecía que algo sangriento estaba por empezar y no estaban equivocados. Porque la enemistad que existía entre Iason y Liam era similar a la de los Montescos y Capuletos, que no podían evitar enfrentarse cada vez que se veían.
Emily al notar el exceso de atención que le estaban dando decidió abandonar el lugar. No estaba de ánimo para ver el espectáculo, además de que lo que más deseaba era alejarse de Iason. Así que mientras estos estaban entretenidos decidió escabullir su escuálido trasero hasta donde se encontraba su maleta y así regresar.
Sin embargo, no esperaba que Liam se diera cuenta de sus pequeños planes, por lo que no pudo evitar mirarlo avergonzada después de todo, el hombre la había defendido y ella lo estaba abandonado, pero él solo le guilo un ojo como si aprobará sus acciones.
Emily ante el comportamiento tan extraño de aquel hombre se sintió confundida, sin embargo, no pensó mucho en ello y tomó su maleta para luego salir.
— ¡Métete en tus malditos asuntos Hallman! — gruñó Iason mientras lo agarraba del cuello.
Sin embargo, debido a la oportuna aparición de los guardias tuvieron que detener su altercado y fue ahí cuando Iason se dio cuenta de que Emily se había marchado hace mucho tiempo como si ella no fuera la causa por la que habían iniciado a pelear.
Liam, que había visto todo el proceso de la escapada de aquella muchacha, además de que la había animado a hacerlo guiñando un ojo en complicidad, soltó una risa burlona que hizo que la visión de Iason se vuelva roja.
— Mírate, sigues siendo el mismo perdedor de siempre, que se disfraza de ángel cuando es el mismo diablo, que cree que por tener dinero puede hacer lo que quiera y ordenar a quien quiera cuando quiera, pero, sabes, tu karma te está esperando.
Tras decir aquellas palabras se separó de los guardias para luego tomar su maleta y salir de aquel lugar.
Iason negó con la cabeza mientras se alejaba de los guardias con una expresión oscura en el rostro.
Él no podía creer que aquel perdedor se había atrevido a venir al país después de todo lo que había pasado entre ellos en el extranjero.
— ¡Liam Hallman! ¡Estás muerto!