Amor Azul

"El dolor de esperar a alguien que tal vez nunca despertará, ¿en algún momento el despertar llegará? ¿Acaso el amor que siento por la persona que yace en la cama servirá para que pueda volver a volar? Era como un pajarito que solo quería un techo en el cual calentarse, pero aquel que se suponía sería su escudo terminó siendo su más grande perdición. Quería volar hacia el cielo azul, sin embargo no veía que estaba en una jaula. Cuando eres criado en una, no sabes diferenciar entre la libertad y la opresión. Qué gran dolor verlo caer sin sus alas."

Cuando Alessandro abrió los ojos, sentí una felicidad inmensa. Lo abracé y lloré, sin importarme si me salía moco. Sólo lo quería abrazar.

—No tan fuerte —dijo Alessandro, con una sonrisa débil.

—Perdón —dije, tratando de contener mis lágrimas.

Después de la cena en la casa de los Rossi, me cepillé los dientes y me acosté en la cama de Lucas. Él se acostó también, pero en la otra esquina, y me miraba con una sonrisa.

—Tu familia es una joya, lo mejor —dije mientras miraba los ojos de Lucas.

—Sí, lo son ellos —dijo Lucas—. Y ahora nosotros somos también tu familia.

Alessandro sonrió y se tapó la cara de vergüenza.

—Lucas... puedo pedirte algo? —hizo una pausa, esperando a que Lucas respondiera.

—Sí, ¿qué querés? —le pregunté.

—Quiero ir al cementerio a ver a mi mamá. ¿Me acompañarías? —preguntó Alessandro con una voz llena de emoción.

—A donde quieras ir, yo iré. No importa el lugar, siempre iré contigo —respondí con una sonrisa de apoyo y cariño.

—Gracias, Lucas —dijo Alessandro.

Lucas lo cubrió mejor con las mantas y las almohadas, y lo abrazó para dormir.

—Buenas noches, Ale. Que descanses —le dio las buenas noches y suspiró antes de cerrar los ojos.

—Buenas noches, Lucas —dijo Alessandro, y también se durmió.

Más tarde, en la madrugada, la mamá de Lucas entró en la habitación para ver si estaban bien tapados, y se alegró al vernos bien arropados.

—Al parecer, está locamente enamorado de Alessandro. ¿No te parece? —dijo el papá de Lucas.

—Lucas sufrió mucho cuando Alessandro estaba mal, pero ahora está tan feliz... que me llena de amor y paz —dijo la mamá—. Además, los dos están plácidamente durmiendo. Hay que dejarlos ser y que decidan qué quieren para su futuro.

—Tienes razón —dijo el papá, sonriendo—. Sin importar qué, su felicidad es lo primero. El amor es amor, y hay que dejar que lo vivan.

Ambos salieron de la habitación, dejándolos dormir en paz.

En la madrugada, la tranquilidad se detuvo. Alessandro estaba inquieto y asustado. Se despertó con un grito y Lucas lo miró.

—Tranquilo, no pasa nada. Yo estoy aquí contigo —bostezó Lucas mientras se limpiaba los ojos.

—No tenés que tener miedo, yo te cuido —dijo Lucas, abrazando a Alessandro.

"Lucas abrazó a Alessandro con fuerza y se podía sentir cómo el calor se compartía entre ambos. Alessandro ya estaba más tranquilo y su respiración era lenta y relajada."

Después de un rato, se volvieron a dormir.