Un mundo fantástico, lleno de seres que jamás creíste poder ver, a excepción de los libros, las películas y relatos. Ahora has llegado a este sitio, donde no solo puedes verlos, tocarlos y hablar con ellos, sino que estás dentro del cuerpo de uno de ellos.
Mi nombre es Dagny y está es mi historia. Entré al cuerpo de un ser místico y mágico, nunca entendí por qué, pero no pude tener mejor suerte que esta, al amar todo tipo de historias de fantasía, intentaré vivir bien y vivir feliz.
¿Podré hacerlo?, ¿Tendré dificultades como en el pasado?, ¿Deberé cambiar mi forma de ser para que me acepten?
Sigue mi historia y entérate del final.
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Una triste verdad
Dagny quedó aún más confundida, ¿a qué se refería Kari?. Necesitaba averiguarlo y quizás sabía con quién, pues miró por su ventana y vio que alguien admiraba las flores del jardín.
—Vaya, veo que a usted también le gustan las flores— sorprendió a Yafar. Había bajado rápidamente para poder hablar con el antiguo príncipe.
—Princesa, ¿qué hace aquí tan noche?, debe ir a descansar, si nos ven aquí solos, se prestará a malos entendidos—
—Ya piensan de mi lo peor y para serle sincera, no quiero casarme con su sobrino— sin tapujos habló.
—Veo que no le agradó el joven príncipe, sin embargo eso no quiere decir que mi hermana vaya a ceder y la deje regresar a su hogar— se burlaba
—No quiero regresar a ese horrible lugar, de hecho si pudiera, me quedaría aquí para siempre, puedo ser útil de alguna forma, tal vez pueda ayudar a su majestad—
—No creerá que nosotros somos igual a los de su estirpe, ¿o si?— la mirada burlona cambió, a una de furia y rencor.
—Todo mundo habla de ello, pero para ser sincera, no se a lo que se refieren— pecaba de inocente, claro que no le creyó nada.
—¿Así qué dice no saber que su gente secuestra a cualquier ser que tenga algún tipo de magia, después los diseca, les corta las alas o si es preferible, los asesina?, por favor, no venga con esa historia barata aquí conmigo, yo no le creo absolutamente nada. Y si mi sobrino no la quiere como esposa, me alegro de verdad, al menos eso sí se lo aplaudiría—
Se retiró del lugar muy molesto, por su parte, Dagny no podía creer lo que había escuchado, ahora entendía porque nadie la quería ahí, ni siquiera entiende porque la reina pidió un matrimonio arreglado, sabiendo lo que los elfos han hecho.
—»Tal vez quieran utilizarme, no los culparía«— se estaba resignando, ni ella sería capaz de querer a un ser tan malévolo.
Regresó a su habitación y trató de descansar, lo mejor era hacerse a la idea que por siempre sería odiada, gracias a las aberraciones que habían cometido sus “padres”.
Ninguna de las dos personas se dieron cuenta que alguien los estaba escuchando entre las sombras.
—»No puedo creer la desfachatez de negar lo que su gente ha hecho«— estaba muy enojado con Dagny
Al día siguiente, todos estaban reunidos por órdenes de la reina, no podían hacerle una grosería, así que aunque no les gustara debían convivir en el mismo lugar.
—Se preguntarán el porque de llamarlos tan temprano. Sucede que a partir de hoy, iniciaremos los preparativos para la ceremonia de aceptación de la princesa Dagny, ustedes deben ayudar— les habló directamente a Yafar y Nick
—Majestad, disculpe si la ofendo, pero no me gustaría ayudar a una persona de una raza cruel y despiadada, ellos mataron a parte de mi familia, usted sabe lo que pasó, por favor le suplico no me obligue— la impotencia por querer atacar a Dagny era muy fuerte.
—Entiendo su punto, pero eso ya es cosa del pasado. Los elfos no han hecho ese tipo de atrocidades en muchos años, dejemos el pasado atrás— pidió
—Estoy de acuerdo con el embajador, no lo haré tampoco— Yafar era el único que podía oponerse a la reina, al ser el hermano menor, no podía hacer nada en su contra.
—Para ser honesta, yo elegí a los elfos para dejar el pasado atrás, se perfectamente lo que se siente perder a alguien en sus manos. Si no mal recuerdo, dos de mis hermanos murieron por una trampa suya, pero no me voy a quedar estancada en un pasado que solo deja dolor y te llena de odio y rencor, mi alma es buena, no voy a castigar a alguien inocente por la culpa de alguien más—
Dagny reiteraba su respeto por la reina, una mujer sabia, sin ningún tipo de mal sentimiento, era justa y de verdad no le gustaba dañar a inocentes.
—Majestad, puedo hacerme cargo yo sola, no me gustaría molestar a terceros. Permita que demuestre que no soy quien ellos piensan— no tenía opción, su propia estirpe había causado todo lo malo, por lo que ahora ella era juzgada.
—Muy bien, si así lo quieres, lo haremos entre las dos— le sonrió amable.
Las dos salieron de la habitación y se dirigieron al salón donde se llevaría el tan esperado día de la aceptación, una ceremonia donde se reúnen todos los ancianos y el consejo ancestral, para darle un sello a Dagny, eso era prueba suficiente para decir que ha sido aceptada por los más altos mandos de Athel. Nadie podría decir nada negativo después de ello.
—¿Qué flores te gustarían?, a mí me encantan los tulipanes y si son morados mucho mejor— ella era la más feliz de estar preparando todo con Dagny, por alguna razón, su corazón sentía una calidez grande al estar a su lado.
—Prefiero las rosas y gerberas majestad, el color no importa en realidad—
—Perfecto, serán rosas y gerberas de color rosa pastel y algunas blancas— estaba feliz y su gran sonrisa lo demostraba.
La reina a pesar de estar ocupada en sus asuntos, era muy observadora con todos, nada se le iba de las manos, más ahora que tuvo problemas con las concubinas de su hijo, por esta razón, cuidaba todo lo que tuviera que ver con Dagny, sabía que visitaba y admiraba el jardín que daba frente a su habitación, por lo que sabía con anterioridad, cuáles eran sus flores favoritas.
