Después de 7 años de matrimonio, Valeria descubre mensajes comprometedores entre su esposo Lucas y su amante, lo que lleva al divorcio. Decidido a recuperarla, Lucas rompe con Julia y se esfuerza por reconquistar a Valeria. Mientras tanto, Julia resentida, hará todo lo posible para sabotear su felicidad.
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Capitulo 10: Reencuentros Incómodos
Valeria había intentado reconstruir su vida y adaptarse a su nueva rutina, pero los reencuentros inesperados con su pasado a menudo la ponían en situaciones incómodas y emotivas. Uno de esos momentos llegó cuando, mientras hacía algunas compras en un mercado local, se encontró cara a cara con Lucas.
El mercado, normalmente un lugar que encontraba reconfortante por su atmósfera vibrante, se convirtió en el escenario de un encuentro inesperado. Valeria estaba revisando los productos frescos cuando de repente escuchó una voz familiar.
—Valeria.
Al girarse, vio a Lucas a unos metros de distancia. Él estaba de pie, con una expresión de sorpresa y nerviosismo. Valeria se congeló por un instante, sintiendo una mezcla de sorpresa y incomodidad.
—Hola, Lucas —dijo Valeria, tratando de mantener la calma mientras se esforzaba por ocultar su incomodidad.
—No esperaba encontrarte aquí —respondió Lucas, con una sonrisa que no lograba ocultar su nerviosismo—. ¿Cómo has estado?
El diálogo inicial fue formal, casi forzado, mientras ambos intentaban encontrar un terreno común para la conversación. Valeria notó que Lucas había cambiado en algunos aspectos: parecía más tranquilo y reflexivo, pero el dolor de su pasado aún estaba presente en el aire.
—Estoy bien, gracias. Solo haciendo algunas compras para mi nuevo apartamento —dijo Valeria, intentando desviar la conversación hacia temas neutrales.
Lucas asintió, tratando de encontrar algo que decir para aliviar la tensión. La conversación se movió entre temas triviales, como el clima y las compras, pero la incomodidad seguía palpable. Ambos sabían que había más en juego que simples preguntas sobre el día a día.
—Valeria, si tienes tiempo, me gustaría hablar contigo más a fondo sobre cómo he estado trabajando en mejorar —dijo Lucas, con un tono que denotaba sinceridad—. Sé que esto no es el mejor momento, pero realmente quiero mostrarte que he estado haciendo cambios.
Valeria sintió un nudo en el estómago. Aunque Lucas había estado trabajando en sí mismo, el lugar y el momento no eran los adecuados para una conversación profunda.
—Quizás otro día —respondió Valeria—. Ahora tengo algunas cosas que hacer, pero te agradezco que te tomes el tiempo para hablar conmigo.
Se despidieron cortésmente, y Valeria continuó con su compra, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Los reencuentros incómodos como este le recordaban que, aunque estaba avanzando, el proceso de sanar y dejar atrás el pasado no era simple.
Lucas observó cómo Valeria se alejaba, sintiendo una mezcla de frustración y esperanza. Sabía que el camino para reconstruir la confianza y sanar las heridas sería largo y difícil, pero estaba dispuesto a seguir intentando. Ambos entendían que el pasado no se podía cambiar, pero cada encuentro, aunque incómodo, era una oportunidad para avanzar hacia un nuevo entendimiento.
A medida que Valeria se alejaba del mercado, su mente seguía procesando el encuentro con Lucas. Aunque había tratado de mantener la compostura, el intercambio había dejado una impresión duradera en ella. Se dio cuenta de que, a pesar de sus esfuerzos por avanzar, el pasado seguía teniendo un impacto significativo en su vida.
Esa misma semana, mientras Valeria estaba en una cafetería local trabajando en su portátil, se encontró con Elena, la amante de Lucas. Elena la reconoció de inmediato y se acercó a la mesa de Valeria con una sonrisa que intentaba ser amistosa pero que contenía una sombra de inseguridad.
—Valeria, ¿puedo hablar contigo un momento? —preguntó Elena, con un tono que mezclaba preocupación y tensión.
Valeria levantó la vista, sintiendo una oleada de emociones encontradas. No esperaba encontrarse con Elena, y el encuentro no era algo que hubiera anticipado con agrado.
—Sí, claro. ¿Qué pasa? —respondió Valeria, tratando de mantener la calma.
Elena se sentó frente a Valeria, respirando hondo antes de hablar.
—Quiero disculparme por todo lo que ha pasado. Sé que he sido una parte dolorosa de tu vida y no es fácil para mí enfrentar esto —dijo Elena, con una sinceridad que sorprendió a Valeria.
Valeria, aunque todavía herida, apreció la honestidad de Elena. Aceptó sus disculpas, pero también expresó sus sentimientos sobre cómo la situación había afectado su vida.
—Agradezco tus disculpas, Elena. Pero tengo que ser honesta contigo, el daño ya está hecho y no puedo ignorar lo que ocurrió —dijo Valeria, con una mezcla de firmeza y tristeza—. Estoy tratando de reconstruir mi vida y espero que puedas entenderlo.
Elena asintió, reconociendo la validez de los sentimientos de Valeria.
—Lo entiendo. Solo quería que supieras que, a pesar de todo, lamento mucho el dolor que he causado. Espero que encuentres la paz y la felicidad que mereces —dijo Elena, levantándose de la mesa.
Valeria miró cómo Elena se alejaba, sintiendo una mezcla de liberación y tristeza. Aunque el encuentro había sido incómodo, también fue un paso hacia la aceptación y el cierre. Valeria sabía que enfrentar a las personas del pasado y sus propias emociones era un proceso necesario para avanzar.
Al regresar a su apartamento, Valeria se tomó un momento para reflexionar sobre los reencuentros y la forma en que habían afectado su proceso de sanación. A pesar de la incomodidad y el dolor, estaba comenzando a ver que cada encuentro era una oportunidad para confrontar y aceptar su pasado, permitiéndole así avanzar con más claridad y fortaleza.