A Rey Muerto, Rey Puesto

Alexis, por otra parte, había despertado tarde, bueno en sí, todos habían despertado tarde, así que aún con ojeras, después de desayunar, el rey fue a trabajar, mientras que Alexis y Rafael fueron hacia el consultorio médico, Daniel y los demás se habían quedado con el rey y este estaba encantado de cuidar de su nieto, aunque Alexis le dijo que ya qué Cecilia iba a regresar, se los dejara a ella para que los cuide, para que pueda trabajar tranquilo, pero este ni siquiera le respondió y Alexis dudaba qué lo hiciera y que incluso trabaje ya qué se la va a pasar jugando con ellos.

- Príncipe, hice lo que me pidió, he estado vigilando a su hermano y a la princesa, al parecer están tramando algo, aún no sé que es, pero le prometo averiguarlo.

- Esta bien Rafael, se que ellos no traman nada bueno, debemos estar alertas y evitar algo que vayamos a lamentar.

Cuando llegaron al consultorio encontraron a los empleados esperando fuera de la casa y parecían qué estaban esperándolo.

- ¡Señor!, qué bueno que ya llegó.

- Qué pasa Martín.

- Señor, hay una señorita que vino a buscarlo, dijo que necesitaba a un médico.

- Bien, y donde está.

- Está adentro, dijo que esperaría un rato para que atienda a la paciente, ahora está en la sala.

- ¿Lleva rato esperando?.

- No señor, hace unos minutos que está aquí.

- Entonces vamos.

Alexis entró con los demás, pero antes de que llegara a donde se encontraban, la vio de espaldas y se dio cuenta de que era la misma chica que conoció días atrás, así que le dijo a Martín qué iría a su oficina y que ya regresaba, este le dijo que entonces les diría que ya las atenderían, Alexis le hizo una seña a Rafael y le pidió que lo siguiera.

- Príncipe, ella es la joven con la que chocó el otro día.

- No me digas así aquí Rafael, nadie puede saber que soy el príncipe, y si es la misma joven, es por eso que no quiero que me reconozca.

- Lo siento príncipe, … Perdón, señor.

- Sabes que me puedes decir Alexis, ¿verdad?.

- Lo sé, pero aún no me acostumbro a eso, y bueno, entonces que va a hacer.

- No te preocupes, ya sé lo que tengo que hacer.

Alexis imaginó una bata de médico y una mascarilla y se los puso.

- ¿Qué es eso?.

- Se puede decir que es mi uniforme de médico, ahora no me reconocerá, así que vamos, pero toma, será mejor que tú también te pongas esto, diremos que eres mi asistente.

Alexis se dirigió hacia la sala y se presentó ante las personas que lo esperaban.

- Buenas señorita, me dijeron que me buscaba, soy el médico, y el es mi asistente.

- Buenos días doctor, soy Rosela Castilla, necesito que venga conmigo, hay una señora que necesita de usted.

- Claro, voy por mi maletín y vamos.

- Está bien, los esperaremos afuera, con permiso, (Ese uniforme de médico es igual al de los médicos de mi mundo, ¿será que él viene del mismo mundo que yo?, ¿será que es un reencarnado).

Cuando volvieron, se dirigieron hacia los barrios bajos, Rosela en el camino les dijo a donde se dirigían por si había algún inconveniente, pero Alexis le dijo que no había ninguno, así que fueron sin problemas, cuando llegaron, la pequeña niña estaba feliz de verlos, ya que para ella la señorita había cumplido con su promesa de traer a un médico para su mamá.

- Señorita, si volvió, ¿usted es el doctor?.

- Así es pequeña, ¿dónde está tu mamá?.

- Por aqui doctor, por favor cure a mi mamá.

- Haré lo que pueda pequeña.

Al entrar, Alexis observó a una mujer tirada en una vieja cama, se acercó, la saludó y procedió a revisarla, al final dio con lo que tenía.

- (Al parecer es bronquitis aguda, aún no está tan grave, así que estará bien). Es un poco de gripe, con unas medicinas qué le voy a dar, estará bien.

- ¿En serio doctor?, ¿mi mamá estará bien?.

Así es pequeña, pero tenemos que ir a mi consultorio para poder tratarla mejor.

- Está bien doctor.

- Doctor, ¿estará bien?.

- Así es señorita, la señora tiene una clase de gripe que le causa tos seca y fiebre, pero estará bien, no se preocupe.

- Bien, ¿cuánto seria doctor?.

- Como la paciente es una persona de bajos recursos, no le cobraré.

- No lo acepto doctor, yo le voy a pagar, así que dígame cuanto es, y no voy a aceptar un no por respuesta.

- Sí insiste, sería una moneda de oro, ¿está bien?.

- Sí, está bien, tenga (dándole la moneda).

- Gracias señorita, ahora, Rafael, por favor carga a la señora en unas mantas para llevarla, yo me voy a adelantar a preparar el consultorio para su llegada.

- Sí señor.

- Con permiso señorita, nos retiramos.

- Aún no, yo voy con ustedes, no tiene ningún inconveniente, ¿verdad?.

- Claro que no.

Rafael cargó a la señora y Rosela llevó a la pequeña niña, al llegar al consultorio, Alexis le pidió a Teresa qué preparara la habitación qué estaba destinada para pacientes, está obedeciendo se fue rápidamente a hacer lo pedido, para cuando llegó Rafael, pasaron a la señora a la habitación, una vez dentro Alexis le colocó suero a la señora, Rosela veía esto cada vez más asombrada, todos esos conocimientos y medicamentos eran de su mundo, ahora estaba más que segura de que el doctor era un reencarnado, al igual que ella, pero tenía que ser cuidadosa, además no le había podido ver el rostro, porque llevaba una mascarilla puesta, pero lo que más le llamaba la atención es esos ojos tan rojos como la sangre, esos que le recordaban a Alexis, pero para Rosela eso era imposible, en el libro no mencionaban qué él fuera médico o supiera de medicina y esos conocimientos, salió de sus pensamientos cuando Alexis le dijo que debían salir y dejar descansar a la paciente, este se acercó a Teresa y le dijo que cuando despierte le dé una de las pastillas qué dejó sobre la mesa que está a lado de su cama, Teresa aceptó inmediatamente.

- Muy bien, eso sería todo señorita, creo que ya puede retirarse.

- Claro, gracias por todo, que tenga un buen día.

- Gracias, igualmente para usted.

- Por cierto, qué va a pasar con la niña.

- No sé preocupe, ella se quedará aquí, mientras su madre se recupera, no creo que tenga más familia que ella.

- Sí, yo también lo creo, entonces, me retiro.

- Nos vemos señorita.

Después de que Rosela se fuera con Laura, llegó Rafael.

- Señor, creo que la señorita sospecha algo.

- Porque lo dices.

- Porque no dejaba de verlo, especialmente sus ojos.

- ¿Mis ojos?, debe ser porque soy muy guapo, ¿no crees?, jajaja.

- (Con una gota estilo anime), no estoy bromeando señor, lo digo en serio.

- Ya, no te enojes, yo también lo noté, quizás piense que mis ojos se parecen a los de Alexis, o no sé, no deje que me viera la cara, porque quiero que me conozca como Alexis, el chico del otro día, con el que chocó, aunque pareciera qué me reconoció como el príncipe, no dijo nada, pero tampoco siento que sea una mala persona, sabes que ahora que controlo mi poder, puedo sentir eso, algo dentro de mí, me dice que la conozca, quizás ella sea mi futura reina, no lo sé, si ella me quiere a mí y no a la corona, entonces será la indicada, y si solo se acercó a mí con otro propósito, simplemente morirá, (no voy a permitir que me vuelvan a lastimar y menos a los que amo).

- Entiendo señor, usted se merece ser feliz y si esa mujer lo hace, yo lo apoyaré a mantenerla a salvo, por cierto, en cuanto a su hermano, ya descubrí que planean.

- ¿A si?, dime que es lo que ahora planea mi querido hermanito.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Hola a todas, aquí está el siguiente capítulo, sé que es algo tarde, pero espero que les guste, la verdad estoy un poco mal y me duele mucho la cabeza, es por eso que no sabía que escribir, pero ya estoy algo mejor, besos, 😘😘💖💖.