“Debo encontrarlo, debo encontrar al maldito Omega que me dejó imposibilitado como un hombre… debo encontrarlo y hacerlo sufrir… por su culpa ahora .. soy impotente 😩😩”
Eran algunas de las palabras que repetía nuestro alfa Daniel Lombardo, un famoso diseñador de modas que tras una noche en aquel evento espectacular lo conoció, o más bien ¿la conoció?.
Mathew Lujan un chico que tras perder una apuesta con su mejor amiga tuvo que disfrazarse de chica e ir a aquel evento con ella como su “amiga”.
Una mirada, un aroma, un primer encuentro y un tatuaje de mariposa monarca son cosas que marcan una pauta para una distorsionada historia de amor, frustración, diversión y un destinado romance.
“No tolero a los chicos, sean Omega, alfas o betas, jamás saldría con un chico, nunca me enamorare, jamás me pondré de rodillas frente a la diosa o el destino, mi destino lo forjó yo mismo”
Era algo que se repetia Daniel orgulloso, pero ¿Será así?
Acompañalos en su divertida, y romántica historia
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Capitulo 1 PRIMER ENCUENTRO
-Carol, definitivamente ¡¡me veo extremadamente ridículo!!
-¡Eres precioso! Bueno, preciosa jejeje.
-Carol basta, ¡es mucho maquillaje!
-calla ¡es el precio de perder!
¿Que de malo habría en usar peluca y maquillaje? ¿O incluso un hermoso vestido que moldeara tus curvas? Una sola razón, Mathew era un chico.
Mathew Lujan era un chico Omega, mejor amigo de Carolina Richsten, la Omega que justo ahora lo hacía ponerse aquel atuendo por culpa de una apuesta perdida.
-Dijiste que lo harías ¡me acompañarias!
-¡Siii pero como tú pareja hombre! No como una chica, ¡me veo tan ridículo parezco uno de esos payasos de crusero! ¿Que es esto atrás? ¡Parecen implantes!
-¿Te burlas de mi Mathew? ¡Son tus nalgas! ¡Maldito presumido!
-O dios.. si estoy nalgonsisimo ¿verdad? Jajaja
-¡Hoy serás la sensación! ¡Van a hacer muchos alfas y omegas en esa fiesta! Quizá ligues.
-Sabes que nada de eso me interesa..
-¡Amargado! ¡Vamos vamos se hace tarde!
La Omega salio de aquella bonita casa, miro por detrás del hombro a su mejor amigo que ahora caminaba a el auto cuál pollo espinado, los tacones definitivamente no eran lo suyo, como pudo llegó al vehículo mientras la chica se reía un montón solo de recordar su forma de caminar.
-Debes caminar correctamente si no quieres ser la burla de todos hoy jajaja.
-Estas malditas cosas, ¿¡como le hacen para caminar sobre esto!? ¡Me duelen los pies carajo!
-¡Eres un quejumbroso! Pero si consigues un buen alfa, me lo agradeceras después! ¡Vamos mentalizate ok!
Mathew solo soltó un puchero y se miró en aquel espejo, sin duda nadie pensaría que era un chico, maldijo a su genética que lo había hecho tan delicado, por qué justamente ahora parecía una chica, era bonito eso lo sabía pero ahora con la pelirroja peluca y los ojos de color durazno, se veía sumamente atractivo, el vestido le quedaba muy bien incluso los implantes en los senos eran del tamaño perfecto para lucir una buena figura.
-Oye genio y ¿que si se me nota lo que tengo entre las piernas? ¡O peor aún! ¿Cómo orinare? ¿Tendré que entrar al baño de chicas? ¡Oh por dios!
-Mathew jajaja en primera no se va a notar nada, lo tienes chiquito amigo… en segunda orina normal ¡no es como que vallas enseñando a todo mundo! Y si, tendrás que entrar al baño de chicas, ¡tu justo ahora eres una chica! Dhaaaaa..
-¿Que dices? Yo ..yo… ¡no lo tengo chiquito es normal, estándar! No sé que clase de mounstros veas tu, ¡Pero el mío es estándar!
-Jajaja si si lo que digas amigo… vamos hemos llegado.
El chico bajo de aquel auto con todo el estilo de una dama que pudo, tratando de no irse de lado con los tacones y con aquel minivestido que llevaba, al bajar y acomodar su delicada peluca pudo sentir que más de un hombre lo miraba, incluso algunas mujeres alfa, Carol sonrió de oreja a oreja
-¡Siii amigo vamos a ligar muchísimo hoy! ¡Quizá hasta dejes de ser virgen..!
-Me largo….
-No no espera Math porfa… solo una hora si, anda si.. solo una hora…….
Mathew solo respiro profundo mientras veía los negros ojos de la Omega
-Solo una hora ok! Y no me des nada de tomar ni comer, no quiero que me den ganas de ir al baño, ¡nunca e entrado al baño de chicas!
-¡¡Hecho!! Vamos.
Carol entro de la mano de Mathew mientras noto que todas las miradas se posaban sobre el chico, sonrió, era bonito ya lo sabía pero de mujer era todavía más bonito.
-Nos están mirando mucho heeee…
-Carol… ¿como me llamaré? No lo sé… no sé ¿cómo me llamaré?
-Ummm Mathy…..
-No me jodas …
-¿Qué?
-¿Podría al menos ser menos obvio?
-Vamos Mathew aquí nadie te conoce, tampoco los verás de nuevo después de esta noche, solo ¡diviértete!..
Mathew aún no se convencía del todo, aunque si lo miraban fijamente era un Omega hermoso aún más vestido de mujer, entro a la mansión con nervios mientras las miradas se posaban en el, o ella, pues en ese momento Mathew era una chica.
En esa misma mansión llegaba Daniel Lombardo, el director ejecutivo de las industrias de diseño más buscadas en Latinoamérica, se dedicaban la mayoría de sus industrias a el diseño de ropa y calzado, en ella trabajaban algunos de los diseñadores más exclusivos del gremio, Daniel era un alfa, alfa Hiperdominante, todos aquellos que lo conocían sabían que Daniel era una persona difícil y diferente, el nunca había tenido una relación pública, si había tenido aventuras las tenía bastante bien escondidas, tampoco era un alfa que estuviera en escandalos o en boca de la gente, si su foto salía en la sección de sociales era solo para renombrar alguno de sus diseños o su éxito en el mundo de la moda. No sé hablaba de su familia ni de sus amistades, su círculo social se reducía solo a el e Isak su mejor amigo y coordinador de comercio en su compañía, de ahí en fuera Daniel no tenía ningún interés en la gente, era frío, indiferente y prepotente, el se repetía a sí mismo que “jamas se enamoraría de nadie” se juraba que el amor era una perdida de tiempo y que el destino, y el lazo de las parejas destinadas era una estupidez, aúnque su madre y padre eran Omega y alfa destinados el se juraba que a él jamás llegaría esa persona en su vida y que podía vivir perfectamente solo el resto de su vida, incluso se reía del destino diciendo que jamás se pondria de rodillas frente a el o la diosa luna, Daniel era un alfa egocéntrico y boluble.
Entre sus preferencias en parejas, el solo buscaba aventuras de una sola noche, y jamás salía con chicos, solo mujeres betas o alfas, si alguna vez se presentaba frente a el una Omega el simplemente la rechazaba aún que fuera hermosa, puesto que quería evitar el sentirse atado o atraído por una feromona, evitar la marca y el nudo, y sobretodo por qué Daniel tenía la condición de “Hipersensibilidad feromonica”, condición que a Daniel le había traído amargura y dolor en su vida. Daniel simplemente quería evitar complicaciones y compromisos en su vida, por eso su lema siempre fue “no omegas, no chicos, solo chicas”, se lo repetía siempre, y se juraba que siempre sería así, el jamás se enamoraría, nunca, de nadie, nadie jamás lo enamoraría y podría jurarlo.
Bajo del auto de manera altiva, miro a su alrededor la fiesta que el mismo había organizado para encontrar “nuevos talentos” en su empresa, a lo lejos miro a la chica que llamaba bastante la atención, Carolina Richsten, hija de Marlon Richsten un famoso diseñador Canadiense de los años 2000, su única hija Omega era bastante reconocida en el medio por sus diseños contemporáneos presentados en Alemania y Ucrania, era un elemento que le convenía a su empresa sin duda, sonrió y tomo una copa para acercarse coqueto a la chica, su lema era no omegas pero la quería en su casa de modas así que un poco de coqueteo no le vendría mal, los negocios eran primero al fin de cuentas y hacía lo que fuera por conseguirlos, aún si eso tratara de ligar con algo que el no toleraba, omegas.… llegó hasta donde la Omega sonreía a los alfas que se le presentaban, sonrió e hizo un ademán de brindis, Carolina sonrió mientras levantó la copa
-Buenas noches señorita, ¿La está pasando bien?
-CEO Lombardo… ¡la estoy pasando bien gracias! ¿Qué tal usted? ¿Es lo que esperaba de esta reunión?
-Ahora lo es, algunos invitados son más gratos que otros 😉
-Si los demás lo escucharan seguro estarían tristes, jejejeje
-Es por eso que solo se lo he dicho a usted señorita jejeje
El alfa siguió hablando de la manera más coqueta posible, Carolina conocia al derecho y al revés la historia del alfa, sabía de sus preferencias y de su carácter, en su mundo el era un alfa difícil y diferente, solo sonrió mientras daba “el avión” a sus palabras, al darse cuenta que Mathew no estaba a su lado se alarmó un poco
-¿Todo bien señorita? -pregunto el alfa al notar a la chica inquieta.
-S.. si, disculpe CEO es solo que mi amiga… no la veo.
-¿Amiga?
-Una peliroja, ojos claros, es la primera vez que la traigo a una reunión…
-Ya veo, si gusta puede ir a buscarla…
-Mil disculpas CEO Lombardo, en un momento regresaré.
Carol salio corriendo mientras Daniel solo asintio, el aroma a jazmines de la chica era agradable, pero como siempre no despertaban en el absolutamente nada e incluso era hostigoso y molesto para Daniel, en cambio miraba a las mujeres alfa que tenía allí, muchas eran hermosas, claro menos delicadas que las Omega pero guapas al fin y al cabo, saco de su bolsillo un cigarro y suspiro para salir a fumarlo al balcon y así aprovechar para respirar el aire fresco y sacar de su nariz la mezcla de aromas que lo tenían fastidiado, incluso el ambiente ya lo tenía tenso, ya había mirado algunos nuevos talentos y pedido a su secretario que se encargara de investigar las condiciones en las que trabajaban esos talentos, después le dijo a Marc su secretario que disfrutará de la fiesta mientras el salía al balcón a fumar, al cruzar la puerta del balcón la brisa nocturna acompañada de la luz de la luna la reflejo, la figura hermosa y delicada de quellas largas y desnudas piernas, de las caderas y nalgas pronunciadas, y el viento que removió el pelirrojo cabello para llevar con el su fragancia, el aroma del dulce de leche que llegó a su nariz y que lo detuvo en seco, sintió su cuerpo moverse involuntariamente hasta llegar a dónde la chica, y encontrarse de frente con los ojos color durazno, con su boca roja como las manzanas prohibidas del paraiso, con su delicada nariz, quiso hablar pero estaba mudo, solo sonrió para saludar y así marcar su primer encuentro.