Tras la pérdida de de su persona amada Ethan decide buscarlo en un nuevo universo. Precisamente en ese universo está la persona indicada pero el pasado oscuro lo persigue no quedará libre de los pecados sucedidos en su propio mundo, la destrucción de su propio amor
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Fantasmas del pasado
El mundo a su alrededor seguía desmoronándose, y Ethan sintió que estaba siendo arrastrado hacia el abismo. Intentó gritar, pero su voz no salía. La desesperación lo envolvía, y sentía que estaba perdiendo el control.
De repente, se encontró en un pasillo oscuro y estrecho. Las paredes estaban cubiertas de moho y el aire era pesado y opresivo. Ethan avanzó con cautela, sus pasos resonando en el silencio. A medida que avanzaba, el pasillo parecía alargarse interminablemente, como si nunca fuera a llegar al final.
Las sombras en las paredes parecían moverse, y Ethan sintió que estaba siendo observado. Su respiración se volvió más rápida y su corazón latía con fuerza. De repente, una figura apareció al final del pasillo. Era Lian, pero su apariencia era aún más aterradora. Su piel estaba pálida y sus ojos eran dos pozos oscuros y vacíos.
—¿Por qué me dejaste? —preguntó Lian, su voz resonando en el pasillo.
Ethan intentó retroceder, pero sus pies parecían pegados al suelo. La figura de Lian se acercaba lentamente, y el miedo de Ethan crecía con cada paso.
—No puedes escapar de tu culpa —dijo Lian, su voz ahora un susurro—. Siempre te perseguirá.
Ethan cerró los ojos, tratando de bloquear las palabras de Lian, pero no podía. La culpa y el dolor lo envolvían, y sentía que estaba siendo arrastrado hacia la oscuridad. Cuando abrió los ojos de nuevo, Lian había desaparecido, pero el pasillo seguía allí, interminable y opresivo.
De repente, el pasillo se transformó en un bosque oscuro y denso. Los árboles eran altos y retorcidos, y el suelo estaba cubierto de hojas secas y ramas rotas. Ethan avanzó con cautela, sus pasos resonando en el silencio. A medida que avanzaba, el bosque parecía cerrarse a su alrededor, como si estuviera atrapado en una trampa.
Las sombras en los árboles parecían moverse, y Ethan sintió que estaba siendo observado. Su respiración se volvió más rápida y su corazón latía con fuerza. De repente, una figura apareció entre los árboles. Era Lian, pero su apariencia era aún más aterradora. Su piel estaba pálida y sus ojos eran dos pozos oscuros y vacíos.
—¿Por qué me dejaste? —preguntó Lian, su voz resonando en el bosque.
Ethan intentó retroceder, pero sus pies parecían pegados al suelo. La figura de Lian se acercaba lentamente, y el miedo de Ethan crecía con cada paso.
—No puedes escapar de mi —dijo Lian.
De repente, el bosque se transformó en una ciudad desierta y en ruinas. Los edificios estaban en ruinas, el cielo era de un gris opresivo y el aire estaba cargado de un olor metálico y acre. Ethan avanzó con cautela, sus pasos resonando en el silencio. A medida que avanzaba, la ciudad parecía desmoronarse a su alrededor, como si estuviera atrapado en una pesadilla sin fin.
Las sombras en los edificios parecían moverse, y Ethan sintió que estaba siendo observado. Su respiración se volvió más rápida y su corazón latía con fuerza. De repente, una figura apareció entre los escombros. Era Lian, pero su apariencia era aún más aterradora. Su piel estaba pálida y sus ojos eran dos pozos oscuros y vacíos.
—¿Por qué lo buscas a el dejaste? —preguntó Lian.
Ya con una gran deseperación Ethan se despertó, estaba aterrado, por una parte estaba totalmente desperado por saber de Lian y por otra parte totalmete aterrado por la pesadilla con su ex-novio.
Mientras Ethan refrescaba de su sueño Lian, aún con la mente nublada por los eventos recientes, decidió que necesitaba un respiro. La mañana había sido larga y llena de emociones encontradas, y su estómago rugía de hambre. Decidió ir a su cafetería favorita, un pequeño lugar acogedor donde solía encontrar algo de paz al tomar café con leche.
Al llegar, el aroma del café recién hecho y los pasteles recién horneados lo recibieron, brindándole un momento de consuelo. Se sentó en una mesa junto a la ventana y pidió su comida. Mientras esperaba, observaba a la gente pasar, tratando de distraerse de sus pensamientos.
Sin embargo, su tranquilidad no duró mucho. De repente, sintió una presencia familiar y levantó la vista para ver a Yuta, su antiguo amigo, acercándose con una expresión de resentimiento en el rostro. Lian sintió un nudo en el estómago. Sabía que Yuta estaba molesto por algo, aunque él no podía saberlo, no esperaba que lo confrontara de esa manera.
—Lian, tenemos que hablar —dijo Yuta, su voz tensa y llena de ira.
Lian se levantó lentamente, tratando de mantener la calma.
—¿Qué pasa, Yuta? —preguntó, aunque ya tenía una idea de lo que se trataba.
Yuta no respondió de inmediato. En lugar de eso, lo agarró del brazo y lo llevó a un rincón apartado de la cafetería, lejos de las miradas curiosas de los demás clientes. Una vez allí, lo soltó bruscamente y lo miró con furia.
—¿Crees que puedes simplemente ignorar lo que hiciste? —espetó Yuta, su voz temblando de rabia—. ¿Crees que puedes seguir adelante como si nada hubiera pasado?
Lian no podía recordar el evento que había causado tanto resentimiento en Yuta porque él no era el Lian que Yuta conocía, su mente estaba confusa. Antes de que pudiera responder, sintió el primer golpe. Yuta lo había acorralado contra la pared y le había dado un puñetazo en el estómago. Lian se dobló de dolor, tratando de recuperar el aliento.
—¡Yuta, espera! —intentó decir, pero Yuta no estaba dispuesto a escuchar.
—¡No, Lian! —gritó Yuta, levantando el puño para golpearlo de nuevo—. ¡No más excusas!
Antes de que Yuta pudiera dar otro golpe, una figura apareció de la nada. Era Ethan, con el rostro desencajado por la preocupación y la ira. Sin pensarlo dos veces, Ethan le dio una patada a Yuta en la cara, enviándolo contra la pared con un golpe sordo.
Yuta cayó al suelo, aturdido, mientras Ethan se colocaba entre él y Lian, protegiéndolo.
—¡Basta, Yuta! —gritó Ethan, su voz llena de furia—. ¡No permitiré que le hagas daño!
Lian, aún recuperándose del golpe, miró a Ethan con gratitud y sorpresa. No esperaba que apareciera, y mucho menos que lo defendiera de esa manera. Ethan se volvió hacia él, sus ojos llenos de preocupación.
—¿Estás bien? —preguntó, ayudándolo a levantarse.
Lian asintió, aunque todavía sentía el dolor en el estómago.
—Sí, gracias —respondió, su voz débil.
Yuta, recuperándose del golpe, se levantó lentamente, frotándose la mandíbula. Miró a Ethan con odio, pero no hizo ningún movimiento para atacar de nuevo.
—Esto no ha terminado, Lian —dijo Yuta, su voz llena de veneno—. Algún día tendrás que enfrentar lo que hiciste.
Con esas palabras, se dio la vuelta y salió de la cafetería, dejando a Lian y Ethan solos. Ethan se volvió hacia Lian, su expresión suavizándose.
—¿Qué fue todo eso? —preguntó, tratando de entender lo que había sucedido.
Lian suspiró, sintiendo el peso de la culpa y el dolor.
—No se de lo que habla —respondió—. Pero gracias por estar aquí.
Ethan asintió, sabiendo que había mucho más detrás de esas palabras, pues el sabía de sobra que él no era el verdadero Lian de ese lugar. Decidió no presionar a Lian por el momento. En lugar de eso, lo ayudó a sentarse de nuevo y pidió un vaso de agua para él.
—Vamos a salir de aquí —dijo Ethan suavemente—. Necesitas descansar.
Lian asintió, agradecido por la presencia de Ethan. Juntos, salieron de la cafetería, dejando atrás el caos y el dolor. Aunque sabían que había mucho por resolver, en ese momento, lo único que importaba era que estaban juntos y que, de alguna manera, encontrarían la manera de superar todo lo que se interponía en su camino.