Akira un día despertó en el cuerpo de Mei, una princesa ignorada por su esposo el segundo príncipe, ahora Mei dejará de lado a ese esposo suyo y buscará liberarse de ese matrimonio y unirse al ejército de su padre.
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capítulo 7- ayuda
Keiko había presenciado todo lo sucedido entre Mei y aquellos soldados, así que regreso rápidamente a la mansión del príncipe, para informarle todo lo que vio, esta segura que con eso, el príncipe la castigará y esta vez, no podrá escapar de su castigo, Jiro por supuesto que se enojó y apenas escucho que la princesa había regresado se apresuro a ir hasta la entrada donde ella ya se había bajado del carruaje, se le podía ver la ropa llena de tierra y todo el cabello desarreglado.
- ¿acaso quieres causarme vergüenza ante el emperador?
Mei chasquea la lengua ante la presencia del príncipe y ella que solo quería llegar, cambiarse y ponerse a practicar con su nueva adquisición.
- no tengo tiempo de escuchar sus tonterías, principito.
- ¿tonterías? No haces más que dejar en vergüenza esta casa.
- ¿eh? ¿De que habla?
Se mira así misma, supone que el príncipe lo dice porque está sucia y desarreglada.
- oh! Esto, solo me caí, ahora si me disculpa, tengo mejores cosas que hacer que perder mi tiempo con usted.
El príncipe la sujeta del la muñeca con fuerza, ante esto, Mei le mira con molestia y cierra los puños.
- si haces esto para llamar mi atención, solo harás que te deteste aun más.
- ¿llamar su atención?
Sin poder contenerse, Mei se puso a reír sin parar, los sirvientes cerca, solo desvían la mirada.
- que engreído eres ¿yo para que quiero la atención de un tipo como tú?
Mei sigue riendo, cosa que causa mayor enojo al príncipe y este levanta la mano a punto de pegarle.
- princesa! Aquí esta...
Sumi llegó corriendo trayendo consigo un Kimono, Jiro se detiene, pero se extraña de la presencia de Sumi pues no la había visto, en toda la mañana. Sumi se acerca le aparta la mano del príncipe.
- no la regañe alteza, la princesa esta así porque me ayudo.
- ¿que? ¿De que hablas? Ella estuvo peleando con soldados, es una humillación para mi.
- no alteza, la princesa y yo, nos vimos en la ciudad, un hombre ebrio estaba molestandome y la princesa me ayudó.
- pero que...es así...
- ¿no me cree? Estuve a punto de ser llevada, si no fuese por ella, no se que sería de mi.
Sumi baja la cabeza mostrando los ojos llorosos.
- ella resultó herido por protegerme y usted quiere castigarla...
Mei se había quedado callada, parece que entre las concubinas, esa chica es un poco más considerada, ya que intenta ayudarla.
- alteza, yo se lo que vi, la princesa estaba sola peleando con esos hombres.
- ¿me dice mentirosa, concubina Keiko?
Keiko no puede decir nada más, ir en contra de Sumi sería hacer enojar aun más al príncipe, pero ahora por su culpa, ella va quedar como mentirosa.
- esta bien, Sumi, vamos, debió ser terrible para ti.
Jiro estaba por tomar de la mano a Sumi pero esta se acerca a la princesa y le sujeta de los brazos.
- iré con la princesa, la ayudare con sus heridas, es lo menos que puedo hacer por su ayuda.
- pero Sumi...
Sumi ignora al príncipe y se lleva a Mei en dirección a su salón. Keiko se acerca al príncipe.
- alteza, tiene que creerme, yo se lo que vi.
Jiro empuja a Keiko y se va de regreso a su salón, casi castiga a la princesa por culpa de esa mujer, cuando en realidad solo ayudo a su amada Sumi.
En el salón de loto, Sumi le entrega un kimono limpió a la princesa, lo llevo, porque escucho también lo sucedido y se apresuró para ayudarla, a diferencia de las otras concubinas, a ella no le interesa enemistarse con la princesa, por el contrario, le gustaría llevarse bien, quiere que la princesa entienda, que ella no desea quitarle su lugar como esposa.
- agradezco su intervención...Sumi-san...¿cierto?
- si, no es nada, no se que paso, pero es injusto que esa Keiko-san, busque fastidiarla.
- si, esa Oiran, no se que le pasa, a mi nisiquiera me interesa la atención del príncipe ese.
Sumi se sorprende de escuchar esas palabras, pues las pocas veces que la vio desde que llego a esa casa, la princesa siempre buscaba la manera de acercarse al príncipe, pero ahora, es totalmente diferente, incluso ha escuchado a los sirvientes hablar del enorme cambio de la princesa, después de haberse recuperado de una fiebre alta, si, eso fue lo dicho por sus sirvientes, para ocultar que la princesa quiso suicidarse.
- entonces usted ¿no desea el amor del príncipe?
- ¿que? No, no, eso ya paso, ahora me gustaría librarme del matrimonio. He escuchado que eres amada por él, si me voy te podrías convertir en la esposa.
- no! Yo no deseo algo así, el príncipe dice quererme, pero el sentimiento no es mutuo.
- con que es así.
Pobre principito, aunque, pensando bien las cosas, por quien debe sentir lástima, es por Sumi, ya que esta obligada a ser la concubina del príncipe, sin poder oponerse a ello.
- ojalá pudiera ayudarte, imagino que te hubiera gustado, elegir con quien casarte.
- eso es algo que toda mujer quisiera, pero estamos obligadas a servir a un hombre que no queremos.
Que triste es la vida de una chica en estas épocas, pero, ella no piensa quedarse quieta, se va liberar de ese matrimonio y si es posible, ayudará a Sumi, pues parece una buena chica y no merece estar en esa casa, con ese príncipe que solo piensa en si mismo y no se pregunta por los sentimientos de su concubina favorito, a la que según ama tanto.