En Mí Habitación

Desperté sola en una habitación, al inicio desperté algo desorientada, pero me tomó solo unos segundos volver a mi realidad actual, al revisarme no estaba ni vendada, ni atada, estaba cómodamente sobre una cama. Lo primero que hice fue inspeccionarme a fondo en busca de algún signo de violencia o algo más grave, pero nada, todo estaba bien conmigo. Al parecer no había pasado nada raro, más allá de que fuí trasladada por la fuerza hacia otro lugar, no me habían lastimado.

Al verme allí encerrada recordé a mi madrecita y todo lo que me había advertido sobre los peligros de internet y de hablar con un desconocido, busque rápidamente mi teléfono para escribirle, para pedir ayuda , pero no tenía el teléfono encima, tampoco estaba en mi habitación, al parecer lo habían tomado cuando me hicieron dormir a la fuerza.

No podía creer que Liam fuera capaz de esto, no podía creer que sus palabras fueran en vano, sus sentimientos mentira, solo palabras vacías y malintencionadas con el objetivo de llevarme a esto, sentí mucha irá contra él, si lo tuvieses delante creo que le daría unas buenas bofetadas. Creo que comenzaría gritarle tanto, pero tanto hasta quedarme sin voz.

Cuanta razón tenía mi madre sobre el internet, yo la traicioné, traicione su confianza a pesar de que nunca me ha prohibido tener una relación, ella estaba dispuesta a aceptarla en cuanto yo quisiera, no iba a cuestionarme nada, siempre me lo dijo una y mil veces, su única condición era que lo llevará a la casa.

Hoy por hacerle caso a Liam en vez de mi madre estoy acá, en esta habitación, en espera de quién sabe que, caí en el cuento del lobo disfrazado de oveja, que ingenua fui. Trato de buscar por la habitación alguna posibilidad de escape, debo intentarlo al menos, pero todos mis intentos son fallidos, nada, no hay ni la más mínima oportunidad de tener éxito.

Escucho unos pasos que se acercan a la habitación donde me encuentro, voy hacia un rincón y me siento, abrazo mis rodillas y sin otra opción, ignoró a mi corazón y miro hacia la puerta en espera de mi captor para ver que será lo próximo.

- Perdón por como te he traído. Dice el padre de Liam nada más abrió la puerta y entro.

Lo miro pero no digo nada, aún no se sus intenciones.

- Jamás te haría daño, no te haré nada malo lo juro.

Lo sigo con la mirada y aún no digo ni una palabra, solo prestó atención a sus movimientos, estoy alerta para intentar defenderme al menos.

- Te traje por Liam, se encuentra mal, no podía arriesgarme a pedirlo y que decidieras no venir por las buenas. Me dijo.

Esto último captó más mi atención, logró que me interesara y bajara un poco la guardia.

- Liam no si lo sabes tuvo un accidente de automovilismo, yo iba manejando ese día y no hay día en que maldiga a ese conductor que se saltó el semáforo. Me explica su padre.

Recuerdo que Liam me comentó algo de ese accidente.

- El auto nos embistió por el lado derecho, mi esposa iba a mi lado y murió al instante, Liam sufrió múltiples golpes, pero la peor parte fue en su pierna derecha, hubo que amputar, esto sumado a la pedida de su madre y que su novia de ese entonces lo dejara le produjo una gran depresión, desde entonces no sale de casa, pidió estudiar acá y cedí. Se niega a probar alternativas para retomar su vida como antes, ya que con una prótesis puede retomar su vida de manera normal y andar, hacer ejercicios que tanto le gustaba.

Por eso sentía ese sentimiento de tristeza en sus palabras, no es nada fácil lo que me tocó vivir. Pensaba, aún no era capaz de decir nada, estaba procesando todo lo que decía su padre.

- Bueno yo tomé su móvil, ya que desde el día de la video llamada con tu madre, recuerdas que yo me presenté brevemente, no se que pudo suceder pero no ha probado bocado alguno y no se ha levantado de la cama, solo para ir al baño. Al parecer tú eres importante para él, lo noté por qué desde que comenzaron hablar algo en él cambió para bien, pero al parecer como se iban a conocer en persona, temió que no lo aceptaras o algo así por su condición, es mi teoría de su estado actual.

Luego de un rato entendí el actuar de su padre y me ofrecí a verlo, la verdad me gustaba y daba igual si tenía algún problema en su físico, eso no iba a cambiar mi deseo de conocerlo y ver hasta dónde nos llevaba este sentimiento.

Su padre me agradeció una y mil veces mi madurez, mi empatía, solo le pedí un favor llamar a mi madre, a estas hora ya faltaba poco por notar mi ausencia y esto la volvería loca, no podía dejar que pasara por ese mal rato.