El Trato, ¿Venganza O Amor?

Qué bueno mi niña, me alegra escuchar eso. – Sonríe Enrique, de verdad quiere creerle.

Isabella revisa que Rafael está lejos y no los escucha para hablar con Enrique.

- Tito, ¿Cómo están las cosas? – Pregunta en susurro Isabella, aun cuando Rafael está bastante alejado, no quiere correr riesgos.

- Todo está como lo indicaste hija, solo esperando tus indicaciones. – Responde Ernesto en el mismo tono de voz.

- Muy bien, entonces creo que es momento de dar marcha al segundo paso del plan. – Sonríe Isabella, ha esperado mucho tiempo por esto y ahora está más cerca de su objetivo, aunque claro los riesgos también aumentan.

- Ten cuidado mi niña, ahora no solo tienes que preocuparte por Guillermo Castillo, sino también por Alessandro, que puede ser mucho peor que su padre. – Le recuerda Ernesto, Isabella debe tener mucho cuidado de como jugar sus cartas o se puede ganar un enemigo aún peor.

- Tranquilo Tito, lo tengo claro, pero por lo que se, Alessandro aun siendo terriblemente cruel y despiadado, es un hombre justo, por eso se ha ganado el respeto que hoy tiene, así que vere como manejar la situación en su momento, por ahora la prioridad es otra y él es mi mejor aliado. – Afirma Isabella. – Pero bueno, dime, ¿Qué ha dicho el doctor?, ¿cuándo despertara mamá? – Pregunta Isabella cambiando de tema pues vio que Rafael se acerca.

- El doctor dice que lo más probable es que antes de que termine la semana. – Sonríe Enrique al recordar las noticias del doctor.

- ¿Enserio? – Se emociona Isabella, que su mamá este bien es lo más importante para ella.

- Señora, disculpe que la interrumpa, el señor pregunta si llegara a comer. – Interviene Rafael respetuosamente.

- Si Rafael, ya nos vamos. – Responde Isabella.

- Listo Señora. – Dice Rafael para alejarse y darles privacidad.

- Muy bien Tito, me voy, cuídate mucho, llámame cualquier cosa. – Recomienda Isabella.

- Claro hija, ve con cuidado y no olvides mis palabras. – Le recuerda Ernesto, aunque sabe que sus palabras caerán en saco roto, aun así, no está demás intentarlo.

En la mansión Castillo, otro es el panorama, Irene acaba de salir dejando pensativo a Federico. La verdad es que debe admitir que el plan de ella es muy bueno, para alguien como Alessandro que es un hombre de negocios, sería muy provechoso lo que ofrece Irene, pero ahora se cuestiona si es lo correcto, él quiere este compromiso porque sabe que Irene está enamorada de Alessandro, pero si este solo acepta porque ve un buen negocio, no está seguro si es lo que él realmente quiere para su nieto. Aunque piensa que con el tiempo puede surgir el amor entre ellos.

- Dime Walter, honestamente, ¿no crees que Irene sería una excelente esposa para Alessandro? – Consulta Federico a su mayordomo y gran amigo, está seguro él le dirá lo que piensa en realidad, siempre ha sido así, es como su conciencia.

- Señor, no sé por qué me lo pregunta, si ya conoce la respuesta, la señorita Irene es una mujer educada, de buena familia, muy inteligente que podría ser de mucha ayuda para el niño Alex, pero no me creo su actitud de niña buena, además, él no la quiere, obligarlo a pasar su vida con alguien por quien no siente nada más que fastidio, porque créame eso es lo que veo en el joven Alex cuando está cerca de ella, creo que eso sería muy cruel. – Expresa sinceramente Walter.

- Tenías que ser tan honesto. – Suspira Federico. – Querido amigo entiendo lo que dices, pero Alessandro siempre ha sido muy cerrado, indiferente y frio, no tiene ni siquiera amigos, dime si sigue así, una vez yo muera, ¿no se quedara solo en este mundo? – Cuestiona con tristeza Federico.

- Señor, creo que debería hablar con, además él dijo que se había casado. – Le recuerda Walter.

- Que tontería, eso solo lo dijo para que no lo presionara con lo del compromiso, ves hasta dónde puede llegar, por eso es que me preocupa, sé que es lo suficientemente fuerte para defenderse de su padre, Victoria, Cristian, o cualquiera que quiera luchar contra él, pero dime, ¿Quién se quedara junto a él para acompañarlo en sus luchas?, ¿Al final no terminara solo, sin que nada de eso haya valido la pena? – Piensa con pesar Federico, a su edad puede saber que vale realmente la pena y entiende que aun cuando tenga todo el poder y dinero del mundo, si no es feliz no tendrá nada.

- Debería expresarle todo esto al joven Alex, que sepa cuanto se preocupa por él, quizás de esa manera, ceda en buscar una compañera de vida. – Recomienda Walter.

- Sabes lo difícil que es hablar con él, además después de lo sucedido seguro que, si lo mando llamar, quien sabe cuándo se le dará la gana de venir.

- Eso es verdad, entonces porque no va usted. – Dice Walter dándole una gran idea a Federico, de hecho, nunca ha visitado a su nieto desde que se mudó nuevamente al país, aunque sabe que casi nunca está en casa, no está de más probar suerte.

- Tienes razón querido amigo, vamos acompáñame. – Se decide Federico.