Logan, el hijo de un poderoso mafioso francés, es obligado por su padre a ir a vivir con un mafioso mayor para satisfacer sus deseos.
Revolté, intenta escapar, pero es capturado y llevado a la casa de ese mafioso. Atado a una cama, es sometido a la más deliciosa de las torturas: la del placer.
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Capítulo 10
La luz de las velas, los besos de Henrique, todo conspira para que me relaje aguardando lo que me espera.
Y es a besos que Henrique me empuja a la cama despacio mientras va abriendo botón por botón de mi camisa.
—No seas tímido, Logan puede abrir los botones de mi camisa también.
Medio torpe mientras él me besa, yo abro botón por botón de su camisa y lo libero de la parte de arriba de la ropa. Lo mismo él hace conmigo y explora mi cuerpo pasando la mano sobre mí mientras susurra palabras dulces a mis oídos.
Delicadamente, él me empuja y yo caigo en la cama, él se acuesta a mi lado, y me besa con intensidad, nuestras lenguas se encuentran en el beso.
Henrique durante el beso consigue quitar mi pantalón y bóxer dejándome desnudo en pocos segundos.
Él, ya experimentado, me liberó de mis ropas mientras me besaba con pasión.
Cuando me doy cuenta, Henrique ya está desnudo a mi lado y mientras me besa estimula mi barandilla que luego se endurece en su mano habilidosa.
Me siento incómodo, pues continúo aprendiendo el arte de amar, o mejor, follar como el propio Henrique dijo.
Siento su barba en mi cuello y eso causa escalofríos y siento que él muerde levemente mi cuello mientras mueve su lengua en círculos, cuando él intensifica el chupón, percibo que Henrique quiere dejar su marca en mí.
Bajando sus besos, él hace camino siempre masajeando mi miembro con la mano, la mano de Henrique es muy caliente y siento mi barandilla palpitar en su mano.
Aún estimulándome, él besa mi boca y con cuidado jala mi lengua para dentro de su boca y durante ese beso siento como si Henrique hiciera de mi lengua un caramelo, y la está chupando gustosamente.
Dejo escapar un gemido en la boca de Henrique.
Pasando con besos por mi cuerpo desnudo, él me dice que está apenas comenzando.
Al llegar a mi zona íntima pasa a mamar con gusto mientras que con el dedo índice masajea la zona entre mi saco y mi trasero.
Mientras me chupa él hace esos movimientos y me lleva a la locura.
Henrique masajea mi barandilla con su boca dando atención a la cabeza de mi miembro haciendo pequeños giros con la lengua en mi glande.
—Henrique, ¡por favor para!
Pero él me ignora y me deja en una desesperación, pues siento que él va a llegar al clímax y yo quiero dar placer a él también.
—¡Ah! Por favor, Henrique, no voy a contenerme.
Pero cuanto más le pido que pare, más invierte en las caricias en mi miembro que siento palpitar en la boca de Henrique.
Gimo sin parar mientras Henrique me mama, quiero que él pare, pero me ignora completamente, él hace aquel oral delicioso y yo no me contengo, siento cuando eyaculo dentro de la boca de Henrique que lo traga todo.
Estoy jadeante, no consigo respirar, Henrique me hace tener sensaciones que desconozco.
—Necesito tenerte Logan y ahora, no tengas miedo, voy a ir despacio, ¿está bien?
Concuerdo en un susurro.
Besando mi cuello, Henrique me vira boca abajo, y besa y araña mi espalda como un gato.
Siento una palmada bien dada en mi trasero y me asusto.
—Logan, ¿cuál es tu límite?
—Mi límite es tu límite, Henrique.
Dije mierda, pero la respuesta salió sin querer.
Henrique me araña la espalda con más voluntad, parece que quiere marcarme como su propiedad.
Gimo, pero no sé si es un gemido de dolor o de placer, admito que soy nuevo aún y no sé identificar las sensaciones que recorren mi cuerpo, aunque la mayoría sean gustosas.
Él se acuesta sobre mí y siento su miembro en reposo en medio de mi trasero.
Siento que besa mi nuca y mi oreja, me estremezco todo, él roza su barba en mi cuello y hace que mi cuerpo se estremezca.
—¡Ah! Llegó la hora Logan, voy a hacerte mío, confía en mí, mi intención es darte placer aunque, algunas veces el placer venga después del dolor.
Siento que Henrique se posiciona en mi entrada y fuerza un poco para dentro, la sensación que tengo es que están reventándome los pliegues, como si fuesen las costuras de una ropa rompiéndose como si estuviese siendo forzada para rasgar.
—Ay para, por favor Henrique está doliendo.
—Shhh! Ahora que comencé voy a terminar, relájate, sé lo que estoy haciendo.
Droga, él no va a parar, resuelvo hacer lo que él me pide y relajarme, siento que él empuja un poco más y a la hora que la cabeza entra siento un dolor horrible, fue imposible no gritar.
—Para Henrique, basta sal de encima de mí, déjame ir.
En vano él tapa mi boca con la mano y empuja el resto de su miembro en mi orificio que deja de ser virgen.
—Disculpa si empujé de una vez Logan, pero gritaste y me excitaste, y en la excitación tapé tu boca y empujé con todo, mi mansión es un lugar que uso para trabajar y ese cuarto no tiene aislamiento acústico, alguien podría oír y seríamos descubiertos.
—¿Te olvidaste de que aquí es una empresa y tengo a mi seguridad?
Mi orificio aún duele, pero Henrique está parado, no se movimenta, y aguardo que él se movimente para que yo sienta más del dolor para luego sentir el placer.
—Logan, me quedé parado algún tiempo, pues entré con todo en ti y tu culo necesita acostumbrarse a mi miembro, que culo apretado tienes Logan.
Claro que iba a ser apretado, yo era virgen hasta que este tipo bien servido de pene entró en mí.
Él pasa a movimentarse sin aviso previo, aún tapando mi boca, al principio siento dolor, pero con los movimientos paso a sentir placer.
Henrique solo quita la mano de mi boca cuando comienzo a gemir de placer.
A cada movimiento de Henrique no siento dolor sino placer como él me había dicho.
Gimemos juntos y cuando Henrique está a punto de llegar allá él sale de mí y me vira de frente y me penetra nuevamente.
—Prepárate Logan que voy a follarte sabroso ahora.