Sofía tiene una nueva oportunidad de vida y está dispuesta a tomarla para cambiar su trágico destino, de paso descubrirá lo que significa el amor verdadero y cuan equivocada estaba con las decisiones que tomó en su anterior vida, actuando de manera diferente, pero sin cambiar su esencia.
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10. Vestido negro entallado
Estoy en el cumpleaños de mi hermano Mauricio, dándome cuenta cómo es realmente mi familia, por fin entendí porqué Andrea apagó su ímpetu de querer las cosas a su manera para solo seguir la voluntad de mi padre; tan absorta como estaba en mi vida casi de ensueño no pude ver lo que ocurría a mi alrededor.
De repente alguien se acercó tomándome de la mano, volteé a mirar y me di cuenta que era Melanie, estaba usando un vestido negro entallado, que sinceramente dejaba muy poco a la imaginación, que combinaba con sus negros ojos, contrastando con su cabello rojo, rizado y alborotado.
- "Amiga, porqué no respondes ni mis mensajes, ni mis llamadas, te extraño mucho”, me dijo sonriendo, con la típica voz que hacía y que después de mi muerte me molesta tanto.
En mi mente pensé “como quieres que te hable si te acostaste con mi marido y luego junto a él me mataron”; sin embargo, no puedo responderle eso porque la que tengo en frente no es realmente la que hizo eso, y seguí preguntándome desde cuándo me engañaban, ¿en este tiempo ya estarán juntos?, era mi duda.
- "He estado muy ocupada Melanie, y creo que va a ser así por mucho tiempo”, le manifesté mientras volví a tomar otro vaso con whisky y me lo bebí como si de agua se tratara.
De nuevo apareció Fabián y me tomó de la cintura, no recuerdo la manera en que lo miré, pero debió ser de completo enojo, si soy sincera empecé a sentirme muy mareada.
- "Ya no estés molesta conmigo Sofi, busquemos un lugar más privado para hablar”, me dijo amablemente.
- "Voy con ustedes”, expresó Melanie.
- "No es necesario, estaremos bien solos”, replicó Fabián en seco y con una voz más grave.
Nunca me había sentido así antes, es que tampoco había bebido así antes, una sola copa de champagne era la cantidad máxima que tomaba en cualquier evento. Quizás por eso tenía un poco nublado mis sentidos, así que salí abrazada con Fabián a la parte más alejada del jardín, sentándonos en una banca.
- "No deberías tomar así Sofi, al menos no lo hagas si yo no estoy”, expresó Fabián mientras acariciaba lentamente mi pierna.
- "Basta, solo quiero descansar un rato para que se me pase esto, es mas déjame sola”, le repliqué mientras frenaba su mano y la apartaba de mí.
- "Eres mi novia Sofi, y por alguna razón tu cambio me agrada mucho y me estás gustando demasiado”, me dijo susurrándome al oído.
Cuando me di cuenta de sus intenciones, me puse de pie y aún mareada empecé a regresar para ingresar nuevamente al salón, aunque realmente pude avanzar muy poco, ya que Fabián me abrazó por la espalda pegándome a él.
- "Vamos mejor te llevo a mi departamento, está muy cerca de acá, te aseguro que te va a gustar”, me dijo susurrando al oído para luego besarme el cuello.
Jamás me imaginé que Fabián alguna vez fuera tan “expresivo” conmigo, tratando de volver en mí, le di un fuerte pisotón en su pie izquierdo que lo obligó a soltarme, Lucía me había dicho que debía defenderme, deseé que las clases del amigo de Cristóbal empezaran antes; temía que al estar tan lejos del centro de la reunión nadie pudiera escuchar mis gritos si pedía ayuda; me saqué mis zapatos y con ellos en mano empecé a correr rumbo al salón, como me encontraba mareada me imagino que iba en zigzag porque sentía que no avanzaba lo suficiente, igual hice mi último intento; y crucé por una de las puertas y me paré detrás de una columna respirando agitadamente.
Miro de reojo para ver si Fabián venía siguiéndome, pero no lo diviso, al volver me encuentro frente a frente, con el chico elegante que se parecía a Cristóbal, que me sonríe y se encuentra mirando los zapatos que tenía en mi mano, trato de ponérmelos pero como tambaleo el joven me toma de la mano y me ayuda con mi propósito, pienso que huele exactamente como Cristóbal; y me sorprendí aún más cuando me dijo “no sabía que se podía correr en este tipo de fiestas, me hubiese unido a ti”; no era posible me dije, es la voz de Cristóbal.
- “¿Cristóbal?”, expresé sorprendida.
- "Entonces es cierto que me veo muy diferente cuando me visto de etiqueta a lo que uso habitualmente”, me dijo sonriendo.
- “Pues, pensé que eras otro hombre parecido a ti, hasta te peinaste muy bien”, le manifesté.
De pronto, Fabián apareció me tomó del brazo y pretendió llevarme con él, sentí miedo cuando hizo eso, y lo peor de todo es que aún me sentía mareada, diciéndome que no debí tomar esos dos vasos de whisky así de golpe.
- “Sofía, vámonos a casa”, dijo Fabián con expresión seria.
- “Suéltame”, le expresé molesta.
Fabián volvió a jalonearme, pero antes de que me obligara a avanzar, Cristóbal se interpuso y lo obligó a soltarme.
- “Se está metiendo en asuntos que no le competen”, expresó Fabián.
- “Ella le pidió que la soltara y usted pretende llevársela a la fuerza”, respondió Cristóbal, con mirada serena.
- "La señorita es mi novia y la voy a llevar a casa, así que siga con sus asuntos”, replicó Fabián con una cara visible de molestia.
- “No soy tu novia entiéndelo”, expresé molesta.
- “Resolvamos nuestros asuntos a solas, no frente a un extraño”, dijo Fabián aguantando la rabia, sus venas se habían ensanchado y ya no me trataba con amabilidad.
- "No es ningún extraño para mí”, le expresé tomando la mano de Cristóbal, “vámonos de acá por favor”, le dije a Cristóbal con una mirada suplicante, lo único que quería hacer era salir de ahí rápidamente.
Avanzamos un par de metros, pero Fabián me jaló con fuerza, no pude equilibrar mis pasos y caí al piso, botando uno de los jarrones, salpicando una astilla haciéndome sangrar la mano, las miradas de las personas cercanas al lugar, poco a poco se iban posicionando donde nosotros estábamos, pude notar como los ojos de Cristóbal se llenaban de indignación; hasta ese momento, no sabía lo que esa imagen evocó en los recuerdos del amigo de Ignacio, pero puedo entender porqué se le fue encima a Fabián, quien no se quedó para nada quieto y con ello empezó la pelea de puños, que le daba una ligera ventaja a Cristóbal.
Andrea y Melanie se acercaron a mí, ayudándome a parar, mi hermana envolvió con su pañuelo de seda mi mano.
- “Basta, ya basta”, dije desesperada.
Cristóbal se detuvo por un momento, ante mi pedido Fabián se le iba a ir encima nuevamente, pero me puse en medio de ellos.
- "¿Qué es lo que está pasando acá Sofía?”, expresó mi hermano Mauricio, con mirada inquisidora.
- “Lo siento Mauricio, pero este sujeto se estaba propasando con mi novia y no podía permitirlo”, manifestó Fabián cambiando la historia como si fuera un gallardo caballero.
Cristóbal hizo una sonrisa que solo podía calificar la hipocresía de Fabián, tal situación me molestó muchísimo.
- "Sofía controla esto, antes de que más personas se enteren, menos mal que mi papá está reunido con importantes personas en otro salón, sino se molestaría profundamente”, manifestó Mauricio indicando con gestos que sacaran a Cristóbal del lugar.
Antes de que eso sucediera, me acerqué a Cristóbal y tomándolo de la mano, me disponía a salir de ese lugar, Fabián y todos los que suponían que seguíamos siendo novios se quedaron sorprendidos; mientras avanzábamos a la salida.
- "Perdóname si esto te causa problema con el señor con quien viniste, seguro estabas también buscando una inversión”, le dije avergonzada.
- "Jamás aceptaría el dinero de don Rafael para invertir en mi empresa”, expresó Cristóbal parándose en seco y mirándome a los ojos.
Al verlo, noté que en su labio superior brotaba una gota de sangre, la limpie con mi mano y me sentía muy mal, desde que conocí a Cristóbal siempre fue muy amable y considerado conmigo y ahora estaba así por defenderme, su mirada profunda lucía particularmente hermosa aquella noche y aún ya habiendo limpiado la sangre no podía apartar mi mano de sus labios; parecía que se había detenido el tiempo y como si evocara un pasado que no recuerdo siento como si este momento lo hubiese vivido antes; ahí en la puerta antes de salir del salón, dónde estábamos de pie, me hubiese quedado mirándolo por mucho tiempo, sino hubiese sido interrumpida por la ronca voz de Fabián.
- “¿Qué significa esto Sofía?, ¿Porqué te vas con este tipo?”, expresó Fabián con la misma mirada fiera de cuando me atropelló para matarme.
- “Me voy porque quiero y no necesito darte alguna explicación”, dije sorprendentemente tranquila.
- “Eres mi novia y me respetas”, replicó Fabián con furia.
- "¿Cuándo he sido tu novia? Tú y yo no hemos estado nunca comprometidos, ¿ves algún anillo en mi mano?; solo fuimos enamorados y se terminó, continuaré mi vida, deberías hacer lo mismo, hay muchos peces en el agua, ponte a explorar”, me manifesté con tono de burla, para continuar como hubiese actuado Lucía, si tenía que tomar prestada su personalidad por ahora para defenderme lo haría las veces que fuera necesario.
Debí haberlo molestado demasiado porque me tomó de los hombros y empezó a sacudirme “¡Tú no me vas a humillar, tú no me vas a tratar como si fuera un gusano, tú no!”; Cristóbal lo separó de mí porque estaba fuera de sí, mientras que dos amigos de Fabián que habían notado la escena lo sujetaron llevándolo lejos tratando de calmarlo; desde el lado derecho del lugar noté que Miguel, el esposo de mi hermana, miraba la escena intrigado; sentí mi cuerpo temblar, Cristóbal me abrazó poniendo una mano en mi hombro y sacándome de aquel lugar que en ese momento resultaba asfixiante; todos se quedaron adentro mientras que Cristóbal y yo fuimos los únicos que salimos.
Cuando estuvimos ya afuera, el valet parking fue a traer el automóvil de Cristóbal, me sorprendió que no trajeran el carro habitual, sino un Bentley color azul extremadamente elegante, Cristóbal me ayudó a subir en el asiento del copiloto, luego él sube, antes de partir noto que manda un mensaje por su teléfono móvil.
- "¿A dónde te llevo Sofía?”, me pregunta Cristóbal después de haber avanzado varias cuadras.
Había tratado de actuar de la manera más sobria posible, pero reconocí que estaba completamente borracha cuando lo único que hacía en el auto era mirar los labios de Cristóbal y tener la inmensa necesidad de besarlos; así tan elegante como estaba se veía increíblemente guapo.
- "¿Sofía te llevo al departamento de tu amiga o a nuestro departamento?”, me interrogó Cristóbal.
- “No podemos ir a nuestro departamento en este automóvil, es muy peligroso, además Ignacio va a decir te lo dije”, expresé haciendo un puchero.
- “¿Entonces al departamento de tu amiga?”, me respondió Cristóbal.
- “¿Te parezco bonita?”, le pregunté.
- "¿Qué dices?”, me contestó muy sorprendido.
Pude ver esa profunda mirada una vez más, pienso que el alcohol alocó mis sentidos o he vivido reprimida en toda mi vida, porque me sorprendí con lo que le dije después.
- "Si te parezco bonita, llévame a un hotel, y hazme el amor como nunca lo has hecho en tu vida”, le dije poniendo mi mano en una de sus piernas.
Debió sorprenderle lo que le dije porque sentí que perdió el control del carro por un segundo; había olvidado que en este tiempo era una chica virginal, porque en mi mente regresó la escena en aquel hotel donde mi marido sostenía un encuentro sexual con mi mejor amiga; y quería desquitarme, si ellos podían divertirse tanto porqué yo no me pregunté, Cristóbal está muy guapo me vengaré de Fabián con él, veamos si puedo ser tan excitante como Melanie.
...... Melanie Santos ......