La princesa Elena Volt, curiosa, poderosa y espontánea tiene ganas de recorrer el mundo...
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
** Todas novelas independientes **
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Teletransportación
Al día siguiente, Elena fue al lugar en el que se hospedaba Bernard, pero usando su capa de invisibilidad… vio como Bernard ayudaba a cargar el carruaje, y trabajaba como todos, como sino fuese el dueño… sin embargo, miraba constantemente hacia la puerta…
- tío ¿a quién buscas?
- jajaja parece que mi tio se enamoro de la mujer de ojos celestes
- jajaja que bien…
Bernard: ustedes… no deberían estar en su carruaje…
- bien, nos vamos… jajaja
Bernard: les deje algo en el carruaje para que coman en el camino…
- ¡si! ¡el tío Bernard es el mejor!
Elena miraba sonriente la situación, aun asi, su corazón se agito cuando vio que el joven tomaba el colgante que ella le habia regalado y lo apretaba con una sorprendente devoción y lo escondia con cuidado bajo su camisa…
[espero que nos volvamos a ver Bernard…]
Esa tarde, la princesa Elena recorrió el ducado y parte de la frontera, le escribió a sus padres y visito a la hora de la cena a la duquesa Wilson… sin embargo, en medio de la cena, a su lado apareció el príncipe Leandro.
Elena: hermano ¿Qué haces aquí?
Leandro: no te veía y el señor perfecto se fue del ducado…
Duquesa Wilson: buenas tardes príncipe
Leandro: dichosos los ojos que la ven duquesa…
Elena: amiga, será mejor que nos vayamos, no quiero que tengas mas problemas con tu esposo…
Leandro: ¿tiene problemas con el duque? permítame decirle que…
Elena: no, ella no te permite nada… vámonos…
Asi, sin mas, los principes dejaron la mansión Wilson.
Tres días después, Elena no dejaba de pensar en el joven Rhys…
[Me duele admitirlo, pero he perdido la fe en los amores a primera vista y en las relaciones fugaces… no quiero vivir lo que pase con Ignacio de nuevo… Recuerdo que cuando suspiraba por él, había creído que era el amor verdadero y al final solo era una ilusión. Recuerdo la sensación de vértigo que me invadía cuando lo conocí, la forma en que mi corazón latía con anticipación, la manera en que mi mente se llenaba de sueños y esperanzas, cuando creí haber encontrado al indicado… la realidad me golpeaba con fuerza, y me dejaba con el corazón roto y la sensación de haber sido engañada. He llegado a la conclusión de que no quiero volver a ilusionarme de esa manera. No quiero volver a creer que alguien puede cambiar por mí, que alguien puede amarme de verdad sin lastimarme. No quiero volver a sentirme vulnerable y expuesta… Quiero aprender a protegerme, a cuidarme, a valorarme. Quiero encontrar una relación que se base en la confianza, el respeto y la comunicación. Quiero sentirme segura, querida y valorada. Pero no quiero volver a creer en los amores a primera vista, no quiero volver a ilusionarme con alguien que no está dispuesto a trabajar por mí, por nosotros. Tal vez suene duro, tal vez suene frío, pero es la realidad... Quiero vivir mi vida de manera tranquila, sin la emoción y el riesgo que conlleva enamorarse de alguien que no vale la pena… aunque sé que Bernard no se puede comparar con Ignacio… me pregunto… ¿Qué estará haciendo ahora? podría ir a verlo en minutos… si uso el hechizo de teletransportación… quizás debería verlo… aunque sea por un tiempo… bien lo haré… pero, cambiare mi apariencia para eso…]
Algunos minutos mas tarde y usando el hechizo de teletransportación, el cual, a las personas con magia, les permitía moverse a un lugar donde estuviese su sangre o algún pariente consanguíneo, moverse en solo minutos, la princesa llegó al ducado Scott, con una apariencia diferente, se dio cuenta que se encontraba en una posada Abbey, por lo que, a pesar de estar con otra apariencia, se cubrió con su capa y se hizo invisible.
[Él trabaja como cualquier persona, nadie podría saber que él es el dueño… me pregunto si Bernard será igual de coqueto que Ignacio y mi hermano]
Casi una hora después, Elena salio de la posada y volvió a entrar, pero ahora sin la capa de invisibilidad, y con el cabello rubio y los ojos negros.
Sin embargo, después de haber pedido varias cosas de comer, Bernard no atendía su mesa.
[bien, me comportaré como mi hermano, ¿Qué tan dificil puede ser?]
Se cumpliría una hora desde que Elena estaba intentando hablarle a Bernard, sin embargo, no tuvo el valor de hacerlo.
[¡ARHG! mi hermano hace verlo tan fácil, lo de hablar con personas desconocidas y coquetear… pero, debo apurarme y volver con él o si no me buscará aquí y Bernard se dará cuenta…]
Finalmente, Elena solo se animo a hablarle a una de las sobrinas de Bernard y preguntarle por él.
Elena: señorita, el joven de camisa azul, ¿es soltero?
- el tío Bernard, no, no lo es…
Elena: ¿de verdad?
- si, tiene una novia
[no lo puedo creer… Bernard tiene novia…]
Elena estuvo a punto de desaparecer, cuando escucho a la jovencita que siguió hablando…
- aunque la novia, no lo sabe
Elena: ¿cómo?
- es una señorita que conoció en el ducado Wilson, hermosa, de ojos celestes, no ha dejado de hablar de ella… mmmm Eledia, Ema, Elsa, Elena o algo asi… por lo que lo lamento señorita… no esta disponible
Elena botó el aire que no sabia que estaba conteniendo y sonrió genuinamente…
Elena: entiendo gracias por la información
Ella se levantó rápido, dejo una generosa y propina y salió de la posada, con el corazón latiendo fuertemente…
[No puedo evitar sonreír. No sé si es tonto emocionarse por algo así, pero cuando supe que habló de mí… se me encendió el corazón. Dijo mi nombre, habló de algo que hice, o de cómo me veía aquel día, o de lo que opiné en esa conversación.... ¿de qué? Y aunque fue algo simple, cotidiano, para mí significa mucho. Porque no es solo que me haya mencionado. Es que pensó en mí. Me tuvo presente. En medio de su mundo, de su rutina, de tantas personas que lo rodean, yo estuve ahí, en sus palabras. Y no sé si se da cuenta del efecto que eso tiene en mí… Me emociona porque me gusta. Y aunque intento mantenerlo en calma, algo en mí vibra diferente cuando recuerdo que él me miraba con esa atención, con esa curiosidad. No necesito grandes gestos, ni declaraciones dramáticas. A veces, que alguien diga tu nombre con cariño basta para iluminarte el día. Hoy, saber que habló de mí fue como una pequeña confirmación de que no soy invisible para él. Y con eso, me basta… al menos por ahora… creo que será tiempo de que visite oficialmente el ducado Scott]