Júlia Mendes se mudó a Nueva York después de la muerte de su madre, después de perder su trabajo, por pura suerte del destino, consigue uno como niñera en la casa del director general. Lincoln es uno de los más grandes CEO de todos los tiempos, después de la separación vive para la empresa y los encuentros casuales. ¿Podrá Júlia, una simple niñera, conquistar el corazón de hielo del director ejecutivo? ¿O el mujeriego CEO se ganará el corazón de oro de nuestra querida Júlia?
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Capítulo 19
Enfin mi primer día libre de verdad, pero no estoy tan emocionada, pero no puedo descuidar mi vida.
Es sábado por la mañana temprano, decidí salir así para que los niños no lloren y yo ceda otro fin de semana para estar con ellos, Lincoln necesita crear responsabilidades, estos días después de lo ocurrido, lo vi viendo el Chavo del 8 varias veces, al principio quise reír pero luego me di cuenta, solo le hablo lo necesario, él está tratando de redimirse con los niños, lo cual me parece bien.
Lincoln - ¿Escapándote escondida, María Julia? - dice mi jefe cuando me encuentra en las escaleras.
Julia - No, señor, solo voy a casa a disfrutar de mi día libre - digo y sigo bajando, él me acompaña.
Lincoln - ¿Fred te va a llevar? - pregunta y yo confirmo.
Julia - Sí, si no te importa - digo mientras sigo caminando hacia la cocina - Buenos días, chicos.
Digo dándole un beso en la frente a Jane y luego a Fred, quien me sonríe. Mi jefe le pide su batido a Jane y ella asiente.
Jane - Come un poco antes de irte, niña - dice, miro a mi jefe que me estaba mirando de reojo disimuladamente.
Julia - No puedo, Jane, tengo que irme antes de que los niños se despierten o no podré salir - digo, ella entiende la situación.
Fred - Voy a encender el coche, niña Julia - el señor Fred besa a su esposa y se va, solo trabajan aquí los fines de semana, solo hasta después del desayuno.
Lincoln - Julia, ¿puedo hablar contigo rápidamente en la oficina? - pregunta algo desconfiado.
Julia - No llego tarde, señor Lincoln - hablo firme y Jane me mira reprendiéndome - Dos minutos.
Él espera a que vaya hacia la oficina, pero voy a la sala y me siento en el sofá, él respira hondo y se sienta también.
Lincoln - ¿Realmente tienes que irte? - pregunta sin mirarme a los ojos, me hace gracia.
Julia - ¿Esa pregunta es en serio, Lincoln? - pregunto enojada.
Lincoln - Sí, lo es - dice sin ninguna vergüenza y ahora me mira - Los niños van a llorar y vamos a extrañarte.
No debería, pero mi corazón se aceleró con lo de "nosotros", pero si él piensa que voy a ser tonta de nuevo, está equivocado.
Julia - Yo también los extrañaré, tú eres el padre, sabrás cómo lidiar con ello.
Lincoln - Pero te necesito, Julia - dice tomando mi mano, tiro de ella con fuerza y me levanto.
Julia - No, Lincoln, necesitas mis servicios como niñera, y solo vienen de lunes a viernes, los hijos son tuyos y la responsabilidad también es tuya - digo, él suspira y se levanta poniéndose frente a mí, es alto, muy alto, me gusta eso.
Lincoln - Tengo miedo de fallarles nuevamente - dice volviendo a sentarse apoyando los codos en las rodillas y las manos en el rostro.
Julia - No tienes que preocuparte por fallarme a mí, Lincoln, preocúpate solo por los niños - digo saliendo de la sala directamente hacia la salida, encuentro el coche estacionado y me subo al asiento del copiloto.
Fred - No te preocupes, estarán bien - dice dándome una sonrisa reconfortante, simplemente asiento apoyando mi cabeza en el cristal de la ventana.
En casa hice una limpieza general en mi habitación, busqué varias cosas para hacer y evitar llamar a Lincoln, Jane o al señor Fred para preguntar por los niños, fue cuando llegó Alisson por la noche que me animé un poco.
Alisson - ¿Por qué no podemos ir a una fiesta? - dice tumbada en el sofá sobre mi regazo, ya hemos cenado, hemos hablado sobre lo que ha hecho en los últimos días - no pares los dedos, acaríciame.
Julia - Mi cariño ahora es solo para los niños - digo, ella resopla, cuando Alisson toca a alguien quiere que le acaricien el pelo y eso es precisamente lo que estoy haciendo.
Alisson - Entonces pellizcaré las mejillas de ellos y tiraré de esos cabellos sedosos - dice haciéndonos reír.
Julia - Y en cuanto a la fiesta, ¿el próximo fin de semana vamos, de acuerdo?
Alisson - Si esos niños no te roban de mí - dice riendo, habla así pero tiene un gran corazón pero teme a los niños, especialmente si piensa en ser uno de ellos - ¿Cuándo los voy a conocer?
Júlia – No sé, el lunes ya vuelven a la escuela y tú trabajas hasta tarde, y para ir a la mansión necesito hablar con Lincoln – Ella dice levantándose.
Alisson – Ahora cara a cara no podrás mentirme, ¿todavía estás enfadada con él? – Mi amiga pregunta refiriéndose a la vez que él estuvo con Soraya, y últimamente si ha estado con alguien no me he enterado, me enfadé porque pienso que él podría haber esperado al menos un día para llevar a otra a su casa, que sé que es suya, pero creo que ese día, en ese momento, fue una falta de respeto.
No estoy locamente enamorada de mi jefe, pero confieso que me gustaría sí, pero después de lo que hizo tal vez no confío en él para tener algo otra vez, ni siquiera un beso.
No puedo enamorarme sola, y si sé que me voy a enamorar no me involucro, sobre todo sabiendo que la otra persona no desea lo mismo; sé que no podemos luchar contra lo que sentimos y deseamos, pero vi lo que un amor no correspondido hizo a mi madre, y no quiero ser ella en un futuro cercano.
Júlia – Enfadada no es la palabra correcta, estoy decepcionada – Digo intentando explicar en resumen lo que sentí aquel día.
Alisson – ¿Tu decepción es más porque él decidió abandonar el barco antes de llegar a algo más serio o contigo misma que querías que pasara algo entre ustedes? – Ella dice y la miro furiosa, luego abro la boca y no puedo responderle.
¿Será que es conmigo misma? Porque sí, quería que pasara algo, pero al mismo tiempo no por culpa de los niños, pero si fuera solo por él y por mí, sí quería. Me quedo sorprendida cuando llego a la conclusión de que nunca había deseado tanto a alguien, y cuando eso sucede él prefiere a otra, peor aún, estoy muy enfadada conmigo misma por eso y me odio por desearlo tanto.
Júlia – Yo lo quería – Digo y sonrío – ¿No es irónico que la única persona que he deseado haya preferido a otra?
Alisson – Ah, adolescencia – dice nostálgica, yo revuelvo los ojos, porque así es en la adolescencia, nos gusta un chico que le gusta a otra, y el chico que quiere estar con nosotras, o lo dejamos en la "friendzone" o lo rechazamos, en mi caso siempre fui la rechazada, aunque nunca me interesé realmente por alguien, hasta ahora.
Antes de que hable mi teléfono suena y nos asustamos, contesto y me sorprende que sea una llamada de Lincoln, miro el reloj y son las diez de la noche, contesto con el corazón casi saliendo por la boca, con miedo de que algo haya pasado con los niños.
Júlia – ¿Hola, Lincoln? – Pregunto, la pantalla está en negro y pronto aparecen los ojos azules de mi bebé.
Liam – Mamá Júlia – Mi corazón se acelera cada vez que me llaman así.
Liana – Déjame hablar con mamá Júlia – Mi princesa se queja.
Lincoln – No peleen, solo tienen que alejar el celular de la cara y así podrán vernos a los dos y ustedes verla a ella – Intento no afectarme, pero ver a Lincoln acostado en la cama con los niños me hace desear estar allí – Buenas noches, María Júlia.
Júlia – Buenas noches, niños – Bromeo y él rueda los ojos – ¿Puedo saber por qué los gemelos más lindos del mundo todavía no están durmiendo?
Alisson – El padre también es guapo, misericordia – Mi amiga dice apareciendo detrás de mí y mirando al dios griego acostado en la cama, a su lado están Liana y al lado de ella, Liam, Lincoln tiene el brazo izquierdo detrás de la cabeza, a pesar de llevar una camisa blanca, sus músculos están a la vista, haciendo que sienta un palpitar indeseado en el momento, justo en medio de mis piernas.
Júlia – Misericordia, Alisson, busca algo qué hacer – Digo arrancando risas de Alisson, que se va a su habitación, y de Lincoln, que sonríe hacia mí, maldito jefe.
Lincoln – ¿Por qué te has puesto colorada, Júlia? – Él habla aún sonriendo, yo revuelvo los ojos solo para disimular.
Liana – ¿Qué es coloreada, papá? ¿Por qué mamá Júlia tiene eso? – Mi princesa pregunta frotándose los ojitos.
Liam – ¿Duele o se come? – Mi pequeño pregunta bastante curioso, Lincoln y yo no aguantamos y empezamos a reír.
Júlia - ¿No es hora de dormir, cariño? - pregunto cambiando de tema, lo cual hace que Lincoln ruede los ojos esta vez.
Liana - Quería verte, mamá Júlia - dice casi con los ojitos cerrados.
Liam - Cuéntanos una historia para dormir, mamá - me pide, y comienzo a contar la historia de los tres cerditos, les gusta mucho y en unos diez minutos ya están durmiendo.
Lincoln - Gracias por esto, María Júlia - dice hablando en voz baja mientras se levanta y se dirige al balcón de su habitación. Pienso en terminar la llamada, pero no soy tan fuerte - Lloraron un poco esta mañana cuando se despertaron, pero logré entretenerlos con dibujos y fútbol en la sala. El televisor se quemó, pero nos divertimos mucho.
Júlia - Me alegra que hayas logrado, Lincoln - digo realmente feliz, pero en el fondo quiero formar parte de la diversión.
Lincoln - Me hubiera gustado que estuvieras aquí con nosotros - dice, haciendo que los vellos de mi cuerpo se ericen y mi corazón lata de alegría - Te extrañé, María Júlia.
Júlia - Yo también extrañé a los niños - digo, haciendo que él sonría de lado, sabiendo que estoy bromeando - Me alegra realmente que te haya ido bien, Lincoln, sabes que yo siempre he apoyado eso.
Lincoln - ¿Qué hiciste hoy? - claramente está intentando entablar una conversación, sin querer colgar.
Júlia - Nada - digo encogiéndome de hombros.
Lincoln - Nada más que extrañarme a mí y a los niños - dice, y me pongo colorada, él sonríe.
Júlia - Claro que no, Lincoln, ve a dormir, JEFE - enfatizo la palabra jefe antes de colgar, aún escucho su risa.
Maldito hombre guapo. Mañana iré a la fiesta con Alisson, no es posible que allí no encuentre a un hombre más guapo que mi jefe para sacarlo de mis pensamientos, aunque sé que no tendré oportunidad de tener éxito en esta pequeña misión mía.