Trata de una chica universitaria que trabaja para solventar los gastos de su hogar, sus padres se enfermaron pero se enamora de un chico rico ¿Que pasará?
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Capitulo N°9
Leonardo no era un hombre que creyera en coincidencias. Su vida siempre había sido regida por la lógica, la estrategia y la planificación. Sin embargo, al ver el nombre de Evangelina en la lista de postulantes a la beca de investigación en su empresa, no pudo evitar sentir que el destino estaba jugando con él.
Se recostó en su silla de cuero y deslizó los dedos por el borde del expediente. ¿Qué debía hacer? La respuesta era obvia: actuar como siempre, con profesionalismo y sin dejar que un impulso irracional interfiriera en su trabajo. Y aún así, una parte de él no podía evitar preguntarse si esta era una oportunidad que debía aprovechar.
Su abuela, con su eterna sabiduría y mirada perspicaz, se lo había dicho antes de que se fuera de su casa aquel día:
—No dejes que tu terquedad te ciegue. A veces, las cosas más importantes aparecen cuando menos lo esperas.
Y Evangelina había aparecido en su vida sin previo aviso, quitando algo dentro de él que ni siquiera sabía que existía.
Mientras tanto, Evangelina…
Evangelina había dejado la mansión con el corazón lleno de gratitud. Su tiempo trabajando en los jardines de la señora Devereux le había dado estabilidad en momentos difíciles, pero ahora debía enfocarse completamente en su futuro.
Cuando recibió la confirmación de que su postulación a la beca de investigación había sido aceptada para la última fase de evaluación, sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que competiría con los mejores, y debía demostrar que era digno de la oportunidad.
El día de la entrevista llegó más rápido de lo esperado. Vestida con su atuendo más profesional, con una carpeta en mano y su mente enfocada en sus objetivos, entró al imponente edificio de la empresa. La estructura moderna y elegante le intimidaba un poco, pero no iba a dejar que eso la afectara.
Se presentó en la recepción y esperó su turno. Cuando su nombre fue llamado, tomó una bocanada de aire y entró en la sala de reuniones.
Lo que no esperaba era ver allí, sentado al otro lado de la mesa, al mismo hombre que había visto de lejos en la mansión de su antigua jefa.
Leonardo Devereux.
Su mirada se encontró con la de él, y por un instante, el tiempo pareció detenerse.
Evangelina sintió que su corazón daba un vuelco al reconocer al hombre que estaba sentado frente a ella. Aunque lo había visto solo de reojo en la mansión de la señora Devereux, ahora que estaba tan cerca de él, podía notar cada detalle con claridad: su puerta imponente, la elegancia con la que vestía y la intensidad de su mirada.
Leonardo, por su parte, no pudo evitar una ligera sorpresa al verla entrar. A pesar de que había leído su expediente y sabía que ella era una de las finalistas, no esperaba que la realidad le impactara tanto. Ella era aún más hermosa de lo que recordaba, pero lo que realmente capturó su atención fue la seguridad con la que se paró ante él, sin titubear a pesar de la evidente tensión en el ambiente.
—Señorita Evangelina Rios —dijo una voz a su derecha, sacándolos a ambos de su trance. Era el director del departamento de investigación, quien también formaba parte del comité de selección—. Toma asiento, por favor.
Ella ascendió y se sentó, procurando mantener la compostura. Su objetivo estaba claro: conseguir esa beca y demostrar su capacidad. No iba a permitir que la presencia de Leonardo la desconcentrara.
La entrevista comenzó con preguntas técnicas sobre su área de estudio, sus habilidades y su experiencia previa. Evangelina respondió con firmeza y convicción, demostrando que se había preparado para ese momento. Cada vez que hablaba, Leonardo no podía evitar analizarla más allá de sus respuestas. Había algo en ella que lo intrigaba, una luz en sus ojos que hablaba de esfuerzo, sacrificio y determinación.
Cuando llegó su turno de hacer preguntas, él se inclinó ligeramente hacia adelante y fijó su mirada en la suya.
—Señorita Montes —dijo con voz firme—, según su expediente, ha trabajado en distintos empleos mientras estudiaba, incluyendo jardinería. ¿Cómo cree que esa experiencia puede aportar a su desarrollo en este proyecto?
Evangelina sintió un leve cosquilleo en su estómago. Sabía que él se refería, en parte, a su trabajo en la mansión de su abuela, pero no iba a dejar que eso la afectara.
—Creo que todas las experiencias aportan de alguna manera, señor Devereux —respondió con tranquilidad—. Trabajar mientras estudio me ha enseñado disciplina, responsabilidad y gestión del tiempo. También me ha dado la oportunidad de desarrollar habilidades como la observación y la creatividad, que pueden aplicarse en cualquier campo, incluida la investigación.
Leonardo sostuvo su mirada por un segundo más y luego asintió con aprobación.
La entrevista continuó durante algunos minutos más, hasta que finalmente se dio por concluida.
—Muchas gracias por su tiempo, señorita Rios —dijo el director—. Pronto le comunicaremos nuestra decisión.
Evangelina se levantó, agradeció cortésmente y salió de la sala.
Leonardo no pudo apartar la vista de ella hasta que la puerta se cerró.
—Es impresionante —comentó el director, revisando las notas que había tomado—. Su perfil es sólido y su determinación es notable.
Leonardo no respondió de inmediato. Estaba perdido en sus propios pensamientos.
Evangelina, por otro lado, salió del edificio con una sensación extraña en el pecho.
Había dado lo mejor de sí en la entrevista, pero no podía dejar de preguntarse si su presencia en la empresa de Leonardo Devereux influiría en la decisión final. Lo que no sabía era que, sin darse cuenta, había despertado el interés de un hombre que jamás había permitido que alguien se acercara demasiado a su mundo.