Zoe Carson, es una chica que ha tenido una vida muy tranquila a sus cortos diecisiete años, aunque todo eso esta por cambiar al enterarse que su padre es un hombre lobo y su madre una hechicera y ahora que esta por cumplir su mayoría de edad, obtendrá a su loba y su primer celo, por lo que es necesario que se consagre a la manada donde su padre ahora es el nuevo Alfa, tras la muerte de su abuelo.
Toda su tranquila vida se verá alterada con la llegada de su consagración en donde tuvo una visión, dos lobos blancos, dos hombres de ojos azules como el mar, ellos se convertirán en su nuevo destino.
Secuela de Reina Luna, aventura de sus herederos.
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Sira y los Trillizos Beta
En el palacio Greyson, la capital del país del norte, una chica corría desesperada por el bosque, quería huir, alejarse del palacio y de quienes la perseguían, no quería estar ahí, había sido una mala idea viajar por su cuenta a ese lugar, sin imaginarse que se encontraría con ellos, se detuvo al llegar a una laguna, su respiración estaba agitada, había corrido mucho.
- No puedes huir de ellos- Le dijo su loba, la chica de cabellos negro azulado suspiró, su loba tenía razón, pero aun así no quería estar cerca de ellos, eran unos molestos y siempre se burlaban de ella.
- Bu – Dijo un hombre de cabellos castaños y ojos color avellana, saltando de un árbol frente a ella, la chica retrocedió asustada y se tropezó con una piedra y cayó dentro del lago, el hombre comenzó a reír ante lo sucedido, ella solo soltó un gruñido.
- Idiota…- Gruño la chica aun dentro del lago, su cabello negro azulado incluso se había mojado, su ropa ahora mojada se ceñía a su esbelto cuerpo.
- Oye, deberías respetar a tus mayores y superiores- Llegó otro hombre de ojos color avellana, ella suspiró con pesadez. – Ven fiericita – Extendió su mano a ella de manera divertida, pero aquella chica se puso de pie por sí sola, los dos hombres quedaron embelesados por el cuerpo de esa chica, tenía buenas proporciones que se hacían notar con su ropa mojada, su blusa se pegaba a su cuerpo entallando sus perfectos y grandes senos, sus caderas eran anchas y hermosas a sus ojos, era baja de estatura, tenía unos muslos gruesos y firmes, los dos hombres no podían dejar de verla, tragaron en seco y comenzaron a acercarse a ella como si estuvieran hipnotizados.
- ¡No se acerquen! ¡Se los advierto! - Los amenazó molesta, los hombres no obedecieron ya estaban a un paso de ella, sin importarles se habían metido al lago, la chica mordió su labio inferior y coloco sus manos alrededor de su propio cuello, los dos castaños fruncieron el ceño por lo que hacía.
- Ya déjenla – Escucharon la voz de otro hombre, los castaños se giraron y miraron a aquel hombre parecido a él, solo que su mirada era un poco más profunda y seria- Regresa al palacio, no tenemos tiempo para estar cuidando de ti - Dijo el tercer hombre de ojos avellana, ella lo miró y suspiró, de los tres era el que era más indiferente con ella.
- Vamos, fierecita- Dijo uno de ellos tratando de tomar su mano.
- Puedo sola, Elek – Ella se negó a darle su mano y paso por a lado de él, sintió que alguien le dio una nalgada, su rostro se puso rojo de ira y se giró, Elek se encogió de hombros y señalo al tipo que estaba a su lado, que sonreía de oreja a oreja- ¡Te voy a matar, Edris! – Se lanzó contra el chico que le dio la nalgada, pero antes de llegar a él, fue detenida por el tercer hombre.
- Basta ya, Sira- Dijo amenazante aquel hombre mientras la sujetada del brazo, ella lo miró con el ceño fruncido, de los tres era al que le tenía miedo, siempre se comportaba tan serio y autoritario con ella.
- Eilam, no la asustes- Hablo Edris acercándose a ellos, conocía a su hermano sabía que era demasiado serio que asustaba a Sira, aunque ella no lo demostrara.
- Si, Eilam, Sira es nuestra pareja destinada, no seas cruel con ella- Ahora hablo Elek, Sira puso los ojos en blanco, hace unos momentos se burlaban de ella y ahora la defendían por la forma en la que Eilam le hablaba.
- Si y sigue sin aceptar el vínculo que nos une – La soltó Eilam, Sira suspiró, si era cierto, no aceptaba estar unida a esos tres, eran guapos y sexis, los conocía desde que era una niña, pero tenían una debilidad.
- Sira, deja de rechazarnos- Hablo Edris, recargando su cabeza sobre su hombro, ella suspiró.
-Nos lastimas- Ahora fue Elek quien hablo, haciendo lo mismo en el hombro libre de ella, miro a Eilam quien cruzo los brazos, él no necesitaba decirle nada con aquella mirada entendía todo, tal vez debería aceptarlos, no eran malos, tenían un buen estatus y sabía que ellos la cuidarían siempre.
- Yo…- Susurró, pero callo al sentir las caricias en sus glúteos y sus senos, bajo la mirada, las manos de Edris y Elek, acariciaban cada uno de sus senos, su rostro se puso totalmente rojo de vergüenza e ira, levantó de nuevo su mirada y ahí estaba, la sonrisa de orgullo de Eilam, disfrutando lo que veía.
- ¡Váyanse al carajo trillizos estúpidos! - Los apartó de ella con brusquedad tirándolos al lago, Edris y Elek reían de manera divertida. Sira se acercó amenazante a Eilam quien permanecía con los brazos cruzados y con una leve sonrisa, ella le soltó un gruñido y después se alejó de ellos, mientras soltaba una que otra maldición.
- Casi cae…- Hablo Edris mientras se ponía de pie, miro a Elek quien seguía riendo.
- Admítelo Eilam, molestar a Sira es lo mejor- Dijo Elek al ver que Eilam negaba ante las palabras de Edris.
- ¿Cuánto tiempo seguiremos así? Ella no has evadido por varios años- Dijo mirando a sus hermanos, tenían a su pareja destinada desde hace tiempo ya, pero esa chica no dejaba de negarse al vínculo que los unía y eso era frustrante.
- Ella terminará rindiéndose, no debemos preocuparnos por eso- Hablo Edris- Pero en serio, debería dejar de ser tan serio con ella, eso la asusta- Miró a Eilam.
- Y ustedes de tocarla cada que tienen oportunidad- Gruño Eilam dándose la vuelta y dejándolos solos.
- Está tan desesperado como nosotros- Hablo Elek, Edris se encogió de hombros- Oye, ¿Vamos a la ciudad a divertirnos un rato? – Propuso divertido.
- Hecho, pero esta vez me toca elegir primero- Comenzaron a caminar alegremente.
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Sira llegó a la recamará que le pertenecía en el palacio Greyson, había decidido ir por voluntad propia cuando se enteró que los gemelos Greyson necesitaban a su Gamma, pero su hermano mayor tenía otros asuntos que atender, así que no dudo en ofrecerse ella misma, pensó que podría controlar a los trillizos Beta, pero desde que llegó no habían dejado de acosarla y burlarse de ella, comenzó a quitarse la ropa mojada, en serio eran muy molestos, siempre habían sido así de bromistas, deberían ser diferente con ella, es su pareja destinada, pero seguían siendo tan bromista con ella y también pervertidos, no desperdiciaban la oportunidad de tocarla cada que la veían, en el lago estuvo a punto de ceder a sus palabras, dejar de huir del vínculo, suspiró, recordó la mirada de Eilam, no le gustaba para nada, de los tres era el más serio y reservado, pero incluso eso le molestaba mucho a ella.
- Diosa Luna, ¿Por qué me distes unas parejas así? – Se metió al baño, se daría una larga ducha y después dormiría todo el día, no tenía tantos deberes, de todo se encargaban los trillizos, según Eilam era demasiado novata para darle los deberes de un Gamma, por lo que prefirieron tomar el control los tres en la ausencia de los gemelos Greyson, ellos ya estaban desesperados por encontrar a su pareja destinada, los entendía según su padre, el rey cuando no tenía a la reina fácilmente perdía el control, suspiró, ¿Ser pareja de los gemelos hubiera sido mejor? Se preguntó, de inmediato descarto la idea, esos gemelos eran posesivos, incluso daban miedo cuando se enojaban, prefería mil veces a los trillizos Beta, aunque no lo admitiría enfrente de ellos.
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Eilam caminaba por los pasillos del palacio, se dirigía al ala Gamma, sabía que ahí estaba aquella chica, había decidido quedarse ahí en lugar del Ala Beta, donde debía estar con él y sus hermanos, después de todo eran parejas destinadas ¿Por qué seguía negándose a ellos? Los tres eran guapos y sexys, muchas mujeres desearon ser sus parejas destinadas y ella había sido la ganadora, ¿Por qué no estaba feliz? No la entendía, llegó hasta la sala, no había nadie así que decidió ir a la recamará, necesitaba que ella firmara unos documentos, ahora ella asumiría el rol de Gamma, en lo que su hermano mayor arreglaba sus asuntos y pudiera unirse a ellos.
- Sira, necesito que firmes esto- Entró sin siquiera tocar a la recamará, se llevó con la sorpresa de que aquella chica dormía plácidamente en la cama, totalmente desnuda, soltó una maldición, aunque trataba de ser indiferente con ella, la deseaba tanto como sus hermanos, quería hacerla suya y marcarla, suspiró, podía tomarla justo ahora, pero no sería justo para sus hermanos, se acercó a ella y admiró su cuerpo por unos segundos, después la cubrió con las sabanas y suspiró, se inclinó a ella y beso aquellos rosados labios carnosos- Niña tonta- Susurró con una leve sonrisa.
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💕✨NOTA AUTOR✨💕
Hola mis queridos lectores! 👑💞
Bueno esta novela fue solicitada por muchas personitas que querían una continuación de Reina Luna, pues aquí esta, me tarde un poco, pero tenía que decidir bien la trama, espero les vaya a agradar y pues intentaré que no sea larga, no prometo mucho, porque ahora serían un poco mas de personajes 💞👑 En fin, espero estos primeros tres capítulos les guste y, recuerden, que sus likes, comentarios y puntuación ayudarán mucho en el crecimiento de esta novela 👑💞
Pero me emociona mucho ver nuevamente a los protagonistas de la anterior ver a Byron como Aitana como padre aunque dudo que se ponga ruda será tierna al regañarlos y quién me preguntó cómo será regañado Idali al irse del palacio ya que veo que cuidan al conejito jaja será agradable ver a los personajes anteriores me emociona
pero lo más feo es como Tristán se porta con Aeliana pero si me gustaría ver cómo Aeliana le dio celos a Tristán para ver si es su pareja destinada y si él siente algo por el
lo otro que me gustaría saber es ver a sira darle celos a los trillizos y que sufrieran un poco que sintieran un poco más de su medicina