Sinopsis:
En una ciudad donde los sueños y los secretos se entrelazan, dos hombres se encuentran en un camino lleno de amor, traición y autodescubrimiento. Tras un encuentro inesperado, Alex, un fotógrafo con miedo a vincularse, y Javier, un apasionado activista, son arrastrados a una intensa relación que desafía sus creencias, sus pasados y su propia identidad. Rodeados de amigos leales pero con problemas propios, y la presión de una sociedad que a menudo no entiende su amor, ambos deberán enfrentarse a sus demonios internos y decidir si están dispuestos a luchar por lo que realmente quieren.
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Capitulo 9: El Regreso de un Fantasma
La vida de Javier y Alex comenzó a restablecerse tras la tormenta que había amenazado con separarlos. Con cada día que pasaba, decidieron forjar un vínculo más fuerte, pero las cicatrices de las heridas pasadas aún eran sensibles. Javier se esforzaba por demostrarle a Alex que su amor era inquebrantable, que había desterrado al fantasma de su ex, Marco, pero a menudo sentía que la sombra de ese pasado acechaba de cerca, esperando el momento adecuado para resurgir.
Con el paso de las semanas, la vida parecía recobrar su curso natural. Javier había comenzado a hablar sobre sus inseguridades con Alex, y por primera vez, se sintió libre. Era un nuevo amanecer para ellos, pero una mañana, mientras revisaba su correo electrónico, un mensaje cambió todo eso. El remitente era inconfundible: Marco.
El corazón de Javier se detuvo por un instante. Había ido a terapia para poder dejar su historia con Marco atrás, pero este regreso lo golpeó como un rayo de viento frío en un día soleado. Con manos temblorosas, abrió el correo electrónico. La pantalla se llenó de palabras que lo hicieron retroceder en el tiempo. Marco hablaba sobre lo mucho que había cambiado, de cómo había estado en contacto con algunos amigos en común, y un par de disculpas redactadas con una caligrafía cuidadosamente elaborada. Pero la línea que más lo hirió fue: “Me gustaría que nos viéramos, necesito hablar contigo”.
“¿Por qué ahora?”, se preguntó. Las viejas inseguridades comenzaron a burbujear dentro de él. La relación entre él y Alex había empezado a estabilizarse, pero esa comunicación directa con Marco era como un bálsamo que ardía en sus heridas. Se sentía atrapado entre el deseo de ignorar el mensaje y la voracidad de sus penas pasadas. Con cada segundo que pasaba, los celos de Javier se avivaban como un fuego.
Se sentó en el sofá con la cabeza entre las manos, cada recuerdo de Marco volviendo en un torrente, cada risa y cada lágrima encajadas en su mente. Javier sabía que no quería volver a ese lugar oscuro, donde el amor que sentía por Alex era opacado por las sombras del pasado. Sin embargo, al mismo tiempo, no podía dejar de pensar en la posibilidad de lo que Marco podría querer, y esa incertidumbre se apoderaba poco a poco de él.
Esa noche, Javier se sentó con Alex en su departamento, rodeados de velas que habían encendido para dar un aire de calidez y confort. Habían hablado de sus días, de cómo se sentían, y Javier se sintió durante un instante tan lleno de amor que olvidó el mensaje que lo atormentaba. Pero a medida que la conversación avanzaba, sus pensamientos comenzaron a divagar nuevamente hacia el correo de Marco.
“¿Qué te pasa, amor?” preguntó Alex, su mirada llena de preocupación. “Te veo distraído.”
“No es nada, solo… estoy pensando en cosas del trabajo,” mintió Javier. Pero el peso en su pecho era cada vez más difícil de soportar.
“Sabes que puedes hablarme de cualquier cosa, ¿verdad?” insistió Alex, su tono lleno de bondad.
Javier sintió que alguna parte de él quería desahogarse, pero los celos lo hicieron dudar. ¿Por qué debería aliviar esa carga en Alex? No podía arrastrarlo a esa oscuridad. “Es solo estrés, de verdad. Estoy bien,” respondió, tratando de esconder su malestar con una tímida sonrisa.
Sin embargo, esa noche no mejoró. La mente de Javier se debatía entre la lucha de la inseguridad y el amor. Sabía que dejárselo atrás significaba confrontar sus miedos, y aunque había hecho avances significativos, el regreso de Marco lo empujaba hacia un mar de dudas que parecía imposible de navegar.
A la mañana siguiente, el mensaje de Marco aún lo atormentaba. Javier decidió que debía contestarle, pero no con el corazón, sino con una frialdad calculada. “Claro, podemos hablar. ¿Te parece mañana?” escribió, intentando que su voz interna no emergiera para gritarle lo estúpido que estaba siendo al abrir la puerta a ese fantasma de su pasado.
Cuando Javier se lo comunicó a Alex, su rostro se endureció. Sabía que su pareja estaba luchando con sus propios demonios. “¿Por qué no me lo dijiste antes?” preguntó Alex con una mezcla de ira y dolor. “Te dije que podías hablarme de cualquier cosa”.
“No quería asustarte,” se defendió Javier, sintiendo que su pecho se oprimía, consciente del error que había cometido al no compartir sus pensamientos más profundos. “Es solo… es Marco. No quiero que te sientas amenazado.”
“¿Amenazado? ¡Por supuesto que me siento así!, ¿estás bromeando? Es tu ex, Javier. Deberías haberme dicho que él estaba tratando de volver a entrar en tu vida. Este es el tipo de cosas que arruinan relaciones,” dijo Alex, su tono intensificándose, su mirada llena de fuego.
A medida que la conversación se desarrollaba, los celos de Alex parecían cimentarse en el aire entre ellos. Javier podía ver cómo la sombra de Marco se extendía sobre su relación, destruyendo la paz que habían logrado construir. “No me sientas así. No estoy eligiendo a alguien más, Alex. Estoy tratando de manejar este pasado”, insistió Javier, cada palabra saliendo como si estuviera tratando de demostrar que su amor era verdadero y sincero.
Alex dio un paso atrás, sus brazos cruzados en un gesto de defensa. “¿Y si él se presenta? ¿Qué pasará entonces? ¿Estás seguro de que solo lo verás como un amigo? Porque para mí, él representa inseguridad, y no sé si podré con eso.”
Las palabras de Alex resonaron como un eco desgarrador en el interior de Javier. La tensión se hizo tangible, como un espina que se incrustaba más y más en su corazón. Quería convencer a Alex de que él era el único, que podía reforzar la confianza que habían trabajado juntos, pero los celos habían hecho mella en su relación.
Las horas pasaron entre resentimientos no expresados y miradas cargadas de desconfianza. El momento que Javier había anticipado con Marco se acercaba, y sentía que su mundo se estaba desmoronando. Se preguntó si había tomado la decisión correcta al abrir esa puerta.
Al día siguiente, se encontró con Marco en un café que solían visitar. La familiaridad del lugar trajo consigo una dualidad de emociones, recuerdos de risas felices que ahora se fusionaban con un mar de inseguridades. Marco lo recibió con un abrazo que Javier sintió como una traición a Alex. Pero, al mismo tiempo, se vio obligado a recordar los buenos momentos que habían compartido.
“Me alegra verte, Javier. Ciertamente no ha sido fácil estar lejos de ti,” sostuvo Marco, con la mirada llena de nostalgia.
Javier tragó saliva, sintiendo que su corazón latía con una mezcla de miedo y frustración. “Lo mismo digo, Marco, pero… ya no estoy en el mismo lugar que antes.”
“Lo sé, he estado reflexionando sobre todas las cosas que pasaron entre nosotros. Me di cuenta de que cometí muchos errores,” Marco continuó, su voz cargada de sinceridad. “Quiero disculparme. Pido perdón por la forma en que terminó todo. Me gustaría que volviéramos a ser amigos.”
Esa palabra, “amigos”, resonó en la cabeza de Javier como una broma cruel. “No creo que eso sea posible. Estoy en una nueva relación, y no quiero que esto se convierta en un problema.”
La expresión de Marco se tornó sombría, pero él se mantuvo firme. “Entiendo, pero me gustaría que al menos lo pensases. No quiero interferir en tu vida, pero todavía siento algo por ti. Me gustaría remendar algunas cosas.”
Cada declaración lo hizo sentir impotente, atrapado entre el pasado y el presente. “Marco, no puedo hacer esto,” respondió Javier, su voz incriminándose. “No puedo volver a abrir esas heridas. Hay alguien más en mi vida que me importa mucho, y eso es lo que realmente quiero.”
Cuando finalmente abandonó el café, el peso de los celos que había sentido por la mañana se convirtió en asphalt en su interior. Al regresar a casa, la expresión de Alex lo recibió como un reflejo de sus propias inseguridades. Había una fractura entre ellos, y eso era algo que no podía ignorar. Los celos habían despertado un fantasma que nunca se iría del todo.
El encuentro con Marco lo había dejado afectado, y sabía que no había una solución fácil. Mientras se lanzaban reproches en la dirección del amor, comprendió que ahora cada pequeño gesto, cada palabra de cariño y cada inseguridad en su relación estaban sometidos a la prueba del tiempo. Sin embargo, a pesar de todo, Javier sabía que el amor, aunque desgastado y herido, merecía la pena. Aunque las sombras del pasado eran inevitables, creía que juntos podrían construir una luz que finalmente les ofreciera un futuro sin miedo, sin más celos, sin más fantasmas.
Pero solo el tiempo revelaría si realmente podrían dejar atrás lo que Marco había resurgido. En ese momento, lo único que Javier pudo hacer fue intentar limitar los estragos y encontrar la manera de recomponer su historia con Alex, sin importar lo difícil que esto se volviera.
El Amor entre personas del mismo sexo, sean hombres o mujeres, siempre ha sido muy criticado y mal visto,. Pero también hay quienes como ALEX Y JAVIER a pesar de sus miedos y certeza de que su Amor, no sería fácil de entender, tanto para sus familias como para amigos.
La vulnerabilidad de ambos, fue su centro y en base a eso lograron aceptar que lo más importante era estar juntos en todo y para todo.
AUTOR@ te FELICITO, he leído historias como esta pero en ninguna sea hablado de la aceptación personal. Gracias por compartir tu talento, inspiración y trabajo,, creo que es la primera historia de tu creación qué he encontrado, espero poder leer mas de tu inspirado talento!!!