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CECIL EL FINAL DE LA VILLANA

CECIL EL FINAL DE LA VILLANA

Status: Terminada
Genre:Completas / Traiciones y engaños / Secuestro y encarcelamiento
Popularitas:14.4k
Nilai: 5
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

Cecil Moreau estaba destinada a una vida de privilegios. Criada en una familia acomodada, con una belleza que giraba cabezas y un carácter tan afilado como su inteligencia, siempre obtuvo lo que quería. Pero la perfección era una máscara que ocultaba un corazón vulnerable y sediento de amor. Su vida dio un vuelco la noche en que descubrió que el hombre al que había entregado su alma, no solo la había traicionado, sino que lo había hecho con la mujer que ella consideraba su amiga.

NovelToon tiene autorización de CINTHIA VANESSA BARROS para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 19

Capítulo 19.

Adrien miraba por la ventana del avión mientras el paisaje se extendía bajo él, un mosaico de nubes y montañas que parecía inmutable, al contrario de lo que sentía en su interior. El entusiasmo por su inminente boda con Cecil se mezclaba con un nudo en el pecho. Regresar a su ciudad natal era como abrir una vieja herida que nunca había terminado de cicatrizar.

Cuando le propuso a Cecil adelantar la boda a un mes, su felicidad había sido absoluta. Ella había aceptado con esa sonrisa que lo desarmaba, y juntos planearon los detalles básicos. Vivirían en la mansión familiar de Cecil, algo que él aceptó sin dudar. La conexión de Cecil con su tía Mathilde era especial, y Adrien entendía que su lugar estaba al lado de su futura esposa, donde ella se sintiera plena.

Sin embargo, había algo que no podía ignorar: el peso de su propio pasado. Sabía que, si quería un futuro honesto con Cecil, tenía que enfrentar ciertas sombras que aún lo seguían. Por eso decidió hacer el viaje, aunque significara remover recuerdos dolorosos.

Su corazón estaba dividido entre la emoción de casarse con Cecil y la tensión de regresar a su ciudad natal, un lugar que le traía recuerdos tan hermosos como dolorosos. Había dejado atrás mucho más que una ciudad al decidir vivir una vida sencilla. Adrien provenía de una de las familias más acaudaladas del país, una dinastía cuyo legado estaba inscrito en los pilares de la economía nacional. Tras la muerte de sus abuelos y el inesperado fallecimiento de su hermana mayor, Adrien había heredado una inmensa fortuna y la responsabilidad de dirigir los negocios familiares. Sin embargo, la pérdida de su familia lo había devastado, dejándolo vacío.

En un intento por seguir adelante, su madre había intentado empujarlo a casarse por conveniencia pocos meses después, seleccionando una mujer que encajara en el perfil ideal para mantener el prestigio familiar. Esa presión fue la gota que colmó el vaso. Adrien rechazó el plan, cortó lazos y dejó atrás todo: la fortuna, las empresas, y el peso de un apellido ilustre. Había elegido una vida modesta, lejos de los recuerdos dolorosos y de las expectativas imposibles.

Ahora, regresaba a enfrentar a sus padres, consciente de que la noticia de su boda con Cecil no sería bien recibida.

Al llegar a su ciudad natal, Adrien sintió el peso de cada paso que daba. El taxi lo llevó hasta la entrada de la mansión familiar, una imponente construcción rodeada de jardines perfectamente cuidados. La puerta se abrió antes de que pudiera tocar, y su madre, elegante como siempre, lo recibió con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.

—Adrien, hijo mío. —Su tono era cálido, pero había un matiz de reserva.

Dentro, su padre lo esperaba con un semblante serio, sentado en uno de los sofás de cuero del gran salón. Las paredes estaban adornadas con retratos de la familia, y el ambiente estaba cargado de la misma formalidad que Adrien siempre había asociado con ese lugar.

La conversación inicial fue superficial, llena de cortesías que parecían más un intercambio obligado que una reunión familiar. Pero Adrien no podía seguir evadiendo el tema principal.

—Mamá, papá, vine porque tengo algo importante que decirles —comenzó, mirándolos directamente a los ojos.

Su madre ladeó la cabeza, expectante.

—¿De qué se trata, querido?

Adrien respiró hondo.

—Voy a casarme.

El silencio que siguió fue tan denso que parecía llenar toda la habitación. Su madre dejó la taza de té que sostenía y lo miró con incredulidad.

—¿Casarte? —repitió, con una mezcla de sorpresa y desconfianza.

—Sí. Su nombre es Cecil, y es… lo mejor que me ha pasado.

Su padre se inclinó ligeramente hacia adelante, evaluando las palabras de Adrien con una mirada crítica.

—¿Y quién es esta mujer? —preguntó con calma, pero con un tono que denotaba escepticismo.

Adrien explicó, tratando de transmitir lo especial que era Cecil, pero cada palabra parecía encontrar una barrera invisible. Cuando mencionó que vivirían en la mansión de ella, la expresión de su madre se endureció aún más.

—Adrien, entiendo que creas estar enamorado, pero esto es una decisión precipitada —dijo su madre, cruzando las manos con elegancia—. Ya cometiste errores en el pasado al dejar tu lugar aquí. No puedes seguir tomando decisiones impulsivas.

Adrien sintió la tensión en su mandíbula mientras trataba de mantener la calma.

—Esto no es una decisión impulsiva. Amo a Cecil, y ella me ama. No necesito más que eso para saber que estoy haciendo lo correcto.

Su madre chasqueó la lengua, mientras su padre se mantenía en silencio, observándolo con un ceño fruncido.

—Adrien, piénsalo bien. El matrimonio no es algo que puedas tomar a la ligera. ¿Estás seguro de que esta mujer entiende quién eres y lo que has dejado atrás?

—Ella no lo sabe, piensa que soy carpintero, mamá. Y por eso estoy aquí. Quiero que ustedes sean parte de mi felicidad, pero no voy a cambiar mi decisión.

Los padres de Adrien no dijeron más y cada uno dejo el salón con sus propios pensamientos. Esa noche, Adrien caminó por el jardín trasero de la mansión, buscando un momento de tranquilidad. Estar allí, rodeado de los recuerdos de su infancia y juventud, le hacía darse cuenta de lo mucho que había cambiado. Recordó el peso de las expectativas, las discusiones con su madre, la pérdida de su amada familia y la sensación de liberación cuando finalmente se alejó de todo.

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Martha Patricia Henry Anaya
es cierto que la gente puede cambiar pero se está pasando de confiada
Blanca Ramirez
excelente historia
Teresita Milano
Excelente
Anonymus
Cinismo y egoísmo en su máxima expresión 😡
Evelyn Osorio Ramirez
Excelente
Edy
Felicidades aurora a mi me encantó, estubo muy bonita, excelente trama y más que nada la reflexión... Aprende, vive, respeta y continúa ❤️
Ophelia Palafox
y que pasó después??? 😬😬😬😬😬😬
Edy
🙊
Edy
❤️❤️❤️❤️ gracias autora
Edy
pública lo que falta autora porfa, no nos dejes con la intriga, está súper interesante🥺❤️
Edy
🥺su capacidad de perdón es sorprendente
Elizabeth Yesenia Rojas
Excelente
Andrea G
la trama es interésante y un poco diferentes a como suelen ser las novelas de venganza que empieza contando el pasado de la protagonista
Andrea G
Se ve interesante la historia y el prolongo es un atrapante /Smile/
Juana Paz Cabrera
Excelente
America Guzman
atrapada con esta novela /Drool//Drool//Drool//Drool//Drool/
Booteliel Marian: gracias por leer, 😊
total 1 replies
Ophelia Palafox
me encanta tu historia, /Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool//Drool/
Booteliel Marian: gracias por sus comentarios 😊
total 1 replies
Ophelia Palafox
esta capítulo me encantó, sobre todo la frase de la tía matilde, "no se necesita el permiso de nadie para ser feliz "
Ophelia Palafox
ohh!! ¿cual será esa historia de los tres?
Ophelia Palafox
muy buena, me gusta mucho como vas desarrollando la historia
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