En la ciudad de Solis, un cometa llamado "Eos" trae consigo el despertar de poderes extraordinarios en muchas personas. Axel, un joven de 17 años, descubre que puede controlar varios elementos y hasta puede ser que mas... pero cada uso tiene un alto costo.
Mientras la ciudad se sumerge en el caos y surgen facciones rivales, Axel recluta a un grupo de resistencia para luchar contra una amenaza oscura que busca dominar Solis. La historia aborda la lucha por la supervivencia y el sacrificio en un mundo transformado.
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Capítulo 9: El Camino a las Ruinas
El eco de las palabras de Zarkoc reverberaba en la mente de Axel mientras su equipo se apresuraba a regresar a su escondite. El aire aún cargaba la fría y oscura energía que habían sentido en la plaza. Aunque estaban a salvo por el momento, Axel sabía que el encuentro con Zarkoc solo había sido el comienzo.
"Tenemos que organizarnos ya," dijo Axel, mirando a los demás mientras tomaba un respiro. Camila y Lucas asentían, agotados pero firmes. Kai estaba en silencio, absorto en sus propios pensamientos, probablemente procesando lo que acababan de enfrentar.
"No es como las otras facciones," murmuró Lucas, limpiando el sudor de su frente. "Lo que sea que Zarkoc es, va más allá de cualquier cosa que hemos visto."
Axel miró a su compañero, asintiendo. "Sí, lo sentí también. Zarkoc no solo controla sombras, hay algo más oscuro detrás de su poder. Algo... Maligno."
Camila apagó las últimas brasas que chisporroteaban en sus manos, y su expresión seria se volvió hacia Axel. "No tenemos tiempo. Si Zarkoc está esperando el 'verdadero caos', tenemos que adelantarnos a lo que sea que esté planeando."
Axel sabía que tenía razón. "Por eso necesitamos crear la resistencia. No podemos enfrentarlo solos. Si los Apátridas están detrás del caos en Solis, lo que vimos con Zarkoc es solo una fracción de lo que enfrentaremos."
Kai, que hasta ese momento había permanecido en silencio, finalmente alzó la mirada. "No creo que tengamos mucho tiempo. Zarkoc no nos persiguió porque no quería. Nos dejó ir, como si no fuéramos más que peones en su juego. No sé qué es lo que realmente busca, pero tengo la sensación de que el tiempo no está a nuestro favor."
Axel apretó los dientes. Esa sensación de insignificancia bajo la mirada de Zarkoc lo había golpeado con fuerza. Había luchado contra facciones, había enfrentado Elementales y Psíquicos, pero esto... Zarkoc y los Apátridas eran una amenaza completamente distinta.
Esa noche, mientras descansaban, Axel se dejó llevar por los recuerdos. Soñó con el cometa Eos y el impacto que había cambiado el destino de todos en Solis. Las imágenes de la roca negra destrozando la atmósfera, seguida de un fuego celestial, se mezclaban con figuras de sombra en sus sueños. Entre ellas, Zarkoc, imponente y envuelto en un manto de oscuridad, los observaba.
"Estás jugando con fuerzas que no entiendes, Axel," murmuró Zarkoc en el sueño. "El cometa trajo mucho más que poder a este mundo... trajo a aquellos que siempre han estado esperando su oportunidad."
Axel despertó de golpe, con el corazón acelerado. Sabía que no podía ignorar lo que había visto. El cometa había sido el catalizador de todo, y si Zarkoc estaba vinculado a él, entonces estaban enfrentándose a algo mucho más antiguo de lo que jamás imaginaron.
A la mañana siguiente, Axel reunió a su grupo en un pequeño almacén en ruinas que habían estado usando como refugio temporal. "Hay algo que no les he contado," comenzó, con la voz tensa. "Zarkoc... creo que él y los Apátridas están conectados de alguna manera con el cometa Eos. No sé cómo, pero siento que los poderes que hemos despertado, los Despertados, no son la única consecuencia de su llegada."
Kai lo miró, confuso. "¿Quieres decir que hay más...?"
"Sí," interrumpió Axel. "Zarkoc habló de algo más grande, algo más antiguo. Y creo que está relacionado con el cometa y lo que trajo consigo. Lo que sea que Zarkoc representa, puede que no sea solo un Despertado con poderes oscuros. Es posible que sea un mensajero de algo más siniestro."
Lucas frunció el ceño. "Entonces, ¿qué hacemos? No podemos detener algo que no comprendemos."
Axel apretó los puños. "Tenemos que buscar respuestas. Hay registros antiguos sobre eventos como este, sobre señales y cataclismos que ocurrieron antes de que Solis existiera como la conocemos. Necesitamos encontrarlos. Tal vez allí encontremos la clave para detener a Zarkoc y a los Apátridas."
"¿Por donde empezamos?" preguntó Camila.
Axel se inclinó hacia ellos, sus ojos llenos de determinación. "Hay una antigua biblioteca en las ruinas de la ciudad vieja. Es un lugar que fue devastado durante los primeros días del impacto del cometa. Pero según los rumores, aún guarda registros de las antiguas civilizaciones que estuvieron aquí mucho antes que nosotros."
"¿La ciudad vieja?" repitió Kai, incrédulo. "Ese lugar está completamente en ruinas, y está bajo el control de los Meta. No será fácil entrar."
"Lo sé," dijo Axel. "Pero no tenemos otra opción. Si queremos tener una oportunidad contra Zarkoc y lo que está planeando, necesitamos todas las armas que podamos encontrar. Y eso incluye conocimiento."
El grupo no perdió tiempo. Después de planificar cómo infiltrarse en la ciudad vieja sin atraer demasiada atención, comenzaron su camino hacia el territorio de los Meta. El camino era peligroso, no solo por las facciones que vigilaban las fronteras, sino también por los rumores de criaturas que habitaban las ruinas. Criaturas que no habían existido antes del impacto del cometa.
Mientras caminaban, Axel no podía dejar de pensar en lo que Zarkoc había dicho. "El verdadero caos." Cada palabra del Apátrida resonaba en su mente como una advertencia.
"Axel," la voz de Kai lo sacó de sus pensamientos. "¿Estás seguro de que esto es lo correcto?"
Axel lo miró, con los ojos decididos. "Es nuestra única oportunidad. No vamos a detener a Zarkoc con solo nuestros poderes. Necesitamos entender qué es lo que estamos enfrentando... y cómo detenerlo antes de que sea demasiado tarde."
Camila se adelantó, sus ojos brillando con determinación. "Entonces, no perdamos más tiempo. Las respuestas están en esas ruinas, y nosotros vamos a encontrarlas."
Axel asintió. Sabía que estaban en una carrera contra el tiempo, y que cada segundo que Zarkoc pasaba libre en Solis, el caos que había mencionado se acercaba más. La resistencia tenía que formarse pronto, pero antes, necesitaban el conocimiento para enfrentar a un enemigo que no era de este mundo.