Ingrid fue menospreciada por sus padres por ser mujer, es obligada a casarse con el Duque Ibars con el cual tendrá un hijo, al descubrir el gaño de este decide separarse y vivir con quien fue su primer amor, sin saber que caería en una trampa, tras ser asesinada junto a su hijo tiene la oportunidad de volver 3 años atrás de los sucesos que llevan a su muerte ¿logrará cambiar su destino?
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Olivia
Lina (Vizcondesa): su madre nos había mencionado que usted estaba indispuesta, por eso no aparecía en varios eventos.
- Ingrid: es verdad – se sienta en el lugar que le indica la Amelia -, luego de tener a mi hijo mi salud de cayo un poco y después me dedique por completo a él.
- Ruby: es necesario cuidar a nuestros hijos.
- Elizabeth: sobre todo cuando solo se tiene 1 un hijo – mira a su hija.
- Ingrid: madre, usted tiene razón y comprende mi situación a la perfección porque fui hija única por años.
- Lina: ¿Por qué no tiene otro hijo? – pregunta a Ingrid
- Ingrid: con el Duque decidimos esperar un poco más, nuestra prioridad ahora es Thiago.
- Olivia: existían rumores de que usted no salía de su mansión por vergüenza porque solo pudo tener un hijo e incluso que el Duque no la aprecia por lo mismo – hace una reverencia -, señoras siento la tardanza.
- Ingrid: disculpe ¿Quién es usted? – ve a la mujer de cabello negro y largo, delgada y de piel blanca.
- Olivia: lo sabría si saliera más de su hogar.
- Ingrid: distingo a las damas y caballeros importantes del reino, a usted nunca la había visto, es esposa de algún miembro importante de nuestro reino supongo… - Olivia se molesta por el comentario, pero se mantiene serena.
- Olivia: no, yo no me encuentro casada.
- Ingrid: disculpe si la moleste con mi comentario, creo que tiene alrededor de 20 a 25 años y no es común que señoritas de buenas familias estén solteras a su edad.
- Olivia: usted está casada y se dice que su vida matrimonial es un fracaso, por lo menos, yo busco un matrimonio decente, es más ya tengo el candidato ideal, tengo la seguridad de que seremos feliz porque yo sé cómo debe actuar una mujer– sonríe al igual que Elizabeth.
- Ingrid: no debería dejarse llevar por los rumores, mi matrimonio está bien, mi madre lo entiende, de hecho, ayer estuvo en nuestro hogar y se dio cuenta de que nos apoyamos mutuamente – sonríe mientras mira a su madre.
- Olivia: ¿es verdad?
- Elizabeth: si, de hecho, congenian muy bien.
- Ingrid: no entiendo porque duda de mí, si no se dio cuenta soy la Duquesa de Ibars – sonríe -, usted sabe demasiado de mí, en cambio yo no sé ni su nombre ¿Quién es usted?
- Amelia: es Olivia Bell hija del conde Marco Bell y su esposa Emilia. Ahora nos dejó con la intriga quien es un prometido.
- Elizabeth: usted al ser una señorita hermosa, educada, de seguro es un Duque – mira a su hija.
- Olivia: lo anunciaremos con una gran celebración pronto, señoras esperen un poco más, de seguro les sorprende la noticia – mira a Ingrid.
- Ingrid: felicidades por su compromiso. Hoy vine en realidad porque ustedes son buenas amigas de mi madre, se conocen hace tiempo, verdad …
- Ruby: por supuesto.
- Ingrid: madre creo que deberías contarles tu situación actual con mi padre, de seguro estas nobles y educadas damas te ayudaran y apoyaran.
- Lina: claro, Elizabeth por favor no dudes en decirnos que sucede con tu esposo, te ayudaremos en lo que podamos.
- Elizabeth: Ingrid no sé a qué te refieres – Ingrid baja la cabeza un poco y se muestra triste.
- Amelia: Duquesa expliquemos que sucede.
- Ingrid: madre, estoy segura de que te ayudaran, no tengas miedo – Elizabeth la mira desconcertada -, se descubrió que mi padre tiene hijos bastardos – todas se muestran sorprendidas -, quiere reconocerlos, ustedes deben entender que esto es una vergüenza para la familia. Mi madre durante estos años ha sido una esposa comprensiva, devota, un ejemplo de mujer para mí, no me parece justo que ahora mi padre desee reconocer a esos hijos.
- Amelia: lo sentimos tanto Elizabeth, tienes que oponerte, no puedes permitir que eso sucede, los únicos hijos que en realidad existen son los que nacieron dentro del matrimonio.
Durante algunos minutos la Duquesa Amelia, Marquesa Ruby y Vizcondesa Lina dan sus opiniones acerca de la situación concordando en que no puede dejar que su esposo la humille de esa manera, cuando ella ha sido leal a él.
- Ingrid: sabía que ustedes serian un gran apoyo para mi madre, gracias, ahora puedo estar más tranquila sé que ustedes la ayudaran – Elizabeth solo afirma con la cabeza manteniéndose en silencio durante estoy minutos -. Damas me tengo que retirar, mi hijo llegara pronto de la academia y mi esposo me espera para almorzar – se pone de pie.
- Olivia: me gustaría hacerle una petición – mira a Ingrid.
- Dígame, ¿de qué se trata? – cuestiona Ingrid
- Que la próxima reunión que tengamos sea en su casa – ambas sonríen.
- Me parece perfecto, les enviare la invitación y espero su confirmación, Duquesa Amelia agradezco mucho su invitación, no me canso de repetir que es un honor poder compartir tiempo con usted. Permiso.
Cuando Ingrid se encuentra por salir de la residencia, su madre la detiene y se ve furiosa.
- ¡Que acabas de decir! – grita Elizabeth.
- No grite Baronesa no quiere que sus amigas de la nobleza se enteren de la situación.
- Como te atreves a decir que tu padre reconocerá a esos bastardos.
- Dije la verdad – Ingrid sonríe -, quiere apostar… - Elizabeth alza su mano para darle una cachetada a Ingrid, pero ella lo detiene.
- A mí no me vuelve a tocar, que no pienso soportar ninguno más de sus castigos. Para mi usted no es mi madre, entiéndalo de una vez, yo soy una Duquesa y usted una Baronesa – Elizabeth comienza a reír.
- Puedes ser una Duquesa, eso no te quitara las marcas en la espalda, de seguro a tu querido esposo le fascinan, para un hombre jamás serás hermosa, ni para un plebeyo o campesino.
- ¿De qué sirve tener la piel perfecta? Para su esposo usted nunca fue hermosa, por eso tuvo que conseguirse distintas amantes, que lastima, por lo visto nunca pudo complacerlo. Por cierto, no será invitada a la reunión en mi casa si no desea ser expulsada por los guardias, no intente ingresar, invente que está enferma o que tiene que resolver algún asunto urgente, utilice su cerebro para algo.
En cuanto Ingrid se marcha, Olivia sale de su escondite y va junto a la Baronesa quien está molesta; sin embargo, intenta tranquilizarse para volver junto a las demás damas sin que ellas noten algo extraño en ella.
- Pensé que su hija era sumisa y tonta, que la podía controlar por lo que escuché usted no me podrá ayudar – menciona Olivia.
- Mi esposo y yo le garantizamos que se convertiría en Duquesa – responde Elizabeth.
- Su esposo… si es verdad lo que dijo su hija, debe atender mejor su matrimonio.