Sombras En La Oscuridad

A medida que Mariana, Pablo, Clara y Javier se acostumbraban a su nueva vida en la ciudad, los días parecían fundirse en una rutina reconfortante. Sin embargo, a pesar de los momentos de felicidad y paz, Mariana no podía evitar sentir que algo le faltaba. Había una sombra en su corazón, una sensación persistente de incomodidad que no podía sacudirse.

Una tarde, mientras caminaba por el parque, Mariana se detuvo frente a un banco y se sentó, dejando que sus pensamientos la envolvieran. Recordó los eventos tumultuosos que habían dejado atrás en Santa Lucía y se preguntó si realmente habían dejado el pasado atrás o si seguían persiguiéndolos en la oscuridad.

Pablo se acercó a ella con una expresión de preocupación. "¿Estás bien, amor?" preguntó, sentándose a su lado.

Mariana asintió, forzando una sonrisa. "Sí, estoy bien. Solo estaba pensando en todo lo que hemos pasado."

Pablo la miró con cariño, comprendiendo la lucha interna que ella enfrentaba. "Sé que no ha sido fácil, pero estamos juntos. Si algo te está molestando, puedes compartirlo conmigo."

Mariana asintió, sintiendo el peso de sus palabras. "Es solo que... a veces siento que el pasado sigue persiguiéndonos. No puedo evitar preguntarme si hicimos lo correcto al dejar Santa Lucía."

Pablo la abrazó con ternura, sintiendo su dolor. "Entiendo cómo te sientes, pero debemos recordar por qué nos fuimos. Estamos aquí para empezar de nuevo, para construir una vida mejor para nosotros. No dejaremos que el pasado nos defina."

Mariana se apoyó en el hombro de Pablo, sintiendo el consuelo de su presencia. Sabía que tenía razón, pero aún así, la sombra persistía en su mente.

Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Mariana no pudo evitar revivir los recuerdos dolorosos que habían dejado atrás en Santa Lucía. El rostro de Fernando aparecía en su mente una y otra vez, recordándole la oscuridad que habían enfrentado juntos. Cerró los ojos con fuerza, tratando de alejar los pensamientos intrusivos de su mente.

Pablo la abrazó con suavidad, sintiendo su angustia. "Estoy aquí, amor. Siempre estaré aquí para ti," murmuró, acariciando su cabello con ternura.

Mariana se aferró a él con fuerza, sintiendo el calor reconfortante de su amor. "Gracias, Pablo. Te amo."

A medida que los días pasaban, Mariana luchaba por encontrar paz en su corazón. A pesar de los esfuerzos de Pablo y sus amigos por ayudarla a superar su pasado, la sombra seguía persiguiéndola, acechándola en cada esquina.

Tú

Pablo la tomó de la mano, leyendo sus pensamientos. "Sabes que hicimos lo que teníamos que hacer, ¿verdad? No podemos cambiar el pasado, pero podemos construir un futuro mejor juntos."

Marido

Esa noche, Mariana se acostó en la cama, sintiendo la calidez reconfortante de Pablo a su lado. Sabía que el camino hacia la sanación sería largo y difícil, pero también sabía que mientras estuviera con él, podría enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

Con una sensación de determinación renovada en su corazón, cerró los ojos y se sumergió en un sueño tranquilo, sabiendo que el amor y la esperanza siempre brillarían en la oscuridad.