Un acuerdo nada convencional. Bryan Roignz, un famoso empresario y abogado, es un hombre apuesto y deseado por muchas, por su dinero, belleza, fama y poder. Sin mencionar que su apellido ya tiene su propia fama. Él ve una gran oportunidad, pero necesita ayuda. Samantha, una mujer fuerte, decidida y con habilidades únicas, se encuentra sin nada. De un día para otro, su vida da un giro total. Él necesita un acuerdo y ella dinero. El destino decide ponerlos cara a cara. Ven conmigo, viajemos juntos en esta historia de amor, comedia, superación y fe...
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Capítulo 20
Bryan
Llamo a Mari y la hago venir.
Marisol – ¿Me llamó, señor?
Bryan – Sí, Mari. Llama a recepción y avisa que Samantha, mi esposa, vendrá a hablar conmigo. No importa la hora a la que llegue, puedes dejarla entrar.
Marisol (sonriendo) – Puede dejarlo.
Marisol (pensando)
¡Le gusta, y mucho! Ni siquiera la conozco y me arriesgo a decir que nunca ha estado tan enamorado.
Mejor hago lo que me pidió.
Samantha
Salgo y primero voy a ver las salas, luego paso a buscar la tarjeta con Bryan.
Me encuentro con la agente inmobiliaria en una de las salas, es muy amable.
Nos presentamos y me mostró la sala.
Selena – ¿Qué le ha parecido?
Samantha – Sinceramente, no me ha gustado.
Selena – De acuerdo, tengo otras para enseñarle, y es buena su sinceridad, así es más fácil.
Samantha – Necesito una sala más grande.
Selena – El señor Leo me comentó que usted va a montar un gimnasio femenino.
Samantha – Sí.
Selena – ¡Me encanta! Seguro que seré su clienta, apuesto a que al Dr. Bryan le encantó la idea de que sea solo para mujeres.
Samantha (pensando) ¿¿¿Cómo??? No me importa eso, si ella supiera la verdadera razón por la que quiero poner un espacio solo para mujeres...
Samantha – Sí, le gustó.
Selena muestra las otras salas y hubo una que...
Samantha – ¡Esta es perfecta! ¿El propietario aceptaría poner una piscina?
Selena – Puedo consultarlo con él.
Samantha – ¡Estupendo! Si acepta, me quedo con esta.
Selena – ¡Qué bien! También habrá natación.
Samantha – ¡Desde lucha, defensa personal, pilates, yoga... ¡Completísimo!
Selena (sonriendo y muy animada) – ¡Wow! Ya me lo imagino, tengo muchas ganas de que abra pronto.
Samantha – Haré todo lo posible para agilizarlo.
Ellas siguen conversando y al rato se despiden.
Samantha
¡Me ha encantado una de las salas! Si el propietario acepta poner la piscina, seguro que es esa.
Ahora voy al despacho del Dr. Bryan, es extraño llamarlo "doctor", seguro que estudió mucho para eso.
Cojo el móvil y miro la ubicación, no está lejos de la sala en la que estoy.
Cuando llego... ¡Wow! ¿Qué es esto? ¡Un edificio muy elegante! Todo acristalado, imponente.
Bajo y, cuando entro, hay un silencio. Hay dos mujeres muy bien vestidas, con traje de chaqueta, moño y maquillaje...
Recepcionista – Buenos días, ¿en qué puedo ayudarla?
Samantha – Vengo a ver a Bryan, soy Samantha.
Se miran y...
Recepcionista (Frida) – Claro, el señor Bryan la espera. Puede subir, está en la última planta. ¿Quiere que la acompañe?
Samantha (sonriendo) – No hace falta, y puede llamarme Sam.
Recepcionista (sonriendo) – Insisto en acompañarla.
Samantha
Entramos en el ascensor. Es amable, le pregunté por las otras plantas y va a contármelo.
Frida – Cada planta es una especialización, tenemos derecho civil, penal, tributario, de familia... – y sigue hablando.
Samantha – Vaya, qué guay, y debe de haber mucha gente trabajando.
Frida – Sí, ya hemos llegado. Esta es la sala del señor Bryan. Ha sido un placer conocerla, estoy a su disposición.
Samantha – Gracias, es usted muy amable.
Ella se va y...
Marisol – ¡Buenos días! Debe de ser Samantha.
Samantha – ¡Buenos días! Sí.
Marisol – Encantada, soy Marisol, y por favor, llámame Mari. Soy la secretaria del señor Bryan.
Samantha (dándole la mano y sorprendiendo a Marisol) – El placer es mío.
Marisol (pensando) Esta vez el señor Bryan ha acertado.
Samantha – ¿Cómo?
Marisol – Disculpe, pero veo que es una persona muy amable, sencilla y hasta ha permitido que Frida la acompañara. Las he visto conversando.
Samantha – Sí, pero eso es normal.
Marisol (sonriendo) – No para todo el mundo.
Marisol (pensando) Doña Milena ni siquiera nos miraba, imagínese que nos diera la mano, ¡nunca!
Samantha – Qué bonito es esto.
Marisol – Sí, venga a ver las vistas.
Samantha – Me las enseñó y realmente había una hermosa vista de Madrid.
Marisol – Disculpe, me estoy entrometiendo.
Samantha (sonriendo) – Imagínese, me gusta la gente así.
Marisol (sonriendo) – ¡Qué maravilla! El señor Bryan la está esperando, dijo que en cuanto llegara podía entrar.
Samantha – De acuerdo, voy para allá entonces.
Samantha
Llamo a la puerta y entro, levanta la vista y sonríe, estaba concentrado. ¡Y qué despacho!
Bryan
Estaba concentrado intentando entender este rompecabezas que estoy resolviendo, hay mucha gente y nada concreto... Llaman a la puerta y cuando se abre es ella. Sam, estás preciosa, con un mono, ¡qué guapa!
Bryan (sonriendo) – Hola, esposa, pasa.
Samantha (sonriendo) – Hola, espero no haberte interrumpido.
Bryan – No, solo estaba intentando analizar, pero necesito un respiro.
Samantha – Bonito despacho.
Bryan – Gracias – dice él cogiendo la tarjeta y entregándosela –.
Aquí está la cantidad de la que hablamos, disculpa, se me olvidó por completo dejártela esta mañana.
Samantha (riendo) – Supongo que querías que conociera tu despacho.
Bryan – Puede que también.
Samantha – De acuerdo, entonces es mejor que vaya y te deje trabajar.
Bryan
Miro el reloj, ya es la hora de comer y...
Bryan – ¿Ya has comido?
Samantha – Todavía no, estaba mirando las salas.
Bryan – ¿Quieres almorzar conmigo?
Samantha – Siempre y cuando sea en un lugar donde haya bastante comida y que no sea muy elegante, me pierdo, Bryan.
Bryan (riendo) – Conozco un sitio que te va a gustar. Vamos.
Samantha – Vamos.
Samantha
Me coge de la mano y nos vamos.
una también necesita cariñito y me dice cuidado una vaina y yo le respondo lo mismo te digo😂