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Deseo Entre Las Sombras

Deseo Entre Las Sombras

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Traiciones y engaños / Diferencia de edad / Mujeriego enamorado
Popularitas:9.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Ashly Rijo

Alana se siente atrapada en una relación sin pasión con Javier. Todo cambia cuando conoce a Darían , el carismático hermano de su novio, cuya mirada intensa despierta en ella un amor inesperado. A medida que Alana se adentra en el torbellino de sus sentimientos, deberá enfrentarse a la lealtad, la traición y el dilema de seguir su corazón o proteger a aquellos que ama.

NovelToon tiene autorización de Ashly Rijo para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Un golpe bajo

El día después de haberme tomado ese tiempo para mí, me sentía un poco más tranquila. Las cosas seguían siendo confusas en mi cabeza, pero al menos había logrado alejarme un poco de los pensamientos que me abrumaban. Hoy, sin embargo, iba a ver a Javier. Me había escrito temprano diciendo que estaría en casa por la tarde, así que decidí pasar a visitarlo.

Me puse ropa cómoda, algo casual pero presentable. El día estaba despejado y agradable, perfecto para caminar hasta su casa. Mientras avanzaba, sentía una ligera emoción por verlo. Quería contarle sobre mi día anterior, lo que había hecho su hermano. Aun así, lo dejé de lado mientras me acercaba.

Al llegar, toqué la puerta y esperé. Desde afuera, la casa se veía tranquila, no había mucho movimiento, pero eso no era raro. Después de unos segundos, la puerta se abrió, y para mi sorpresa, no fue Javier quien apareció.

Darian.

Mi corazón dio un vuelco al verlo. Estaba ahí, apoyado contra el marco de la puerta, mirándome con esa mezcla de indiferencia y algo más que no podía descifrar.

—Hola, Alana —dijo, su voz como siempre, relajada y segura.

—Hola —respondí, tratando de sonar normal, aunque ya sentía los nervios comenzar a formarse en mi estómago—. ¿Está Javier?

Darian hizo una pausa, cruzando los brazos sobre el pecho mientras me observaba con detenimiento.

—No está. Salió hace un rato —dijo, y algo en su tono me hizo pensar que estaba disfrutando de mi incomodidad—. Pero puedes esperarlo aquí si quieres. No creo que tarde mucho.

Dudé por un momento. No tenía ganas de quedarme a solas con él, no después de todo lo que había pasado. Pero también sabía que si me iba ahora, probablemente tendría que volver más tarde, y la idea de caminar de nuevo hasta allí no me emocionaba.

—Está bien —respondí finalmente, entrando en la casa con cierta incomodidad.

Darian se apartó para dejarme pasar, y sentí su mirada fija en mí mientras lo hacía. Me dirigí al sofá del salón, intentando actuar con naturalidad. Me senté, esperando que Javier no tardara demasiado, mientras Darian cerraba la puerta detrás de mí.

El silencio entre nosotros era palpable. El se quedó de pie por un momento, observándome, antes de caminar hacia la cocina. Lo escuché trastear con algo, pero no me giré para verlo. Estaba demasiado concentrada en evitar cualquier tipo de interacción que pudiera hacerme sentir más incómoda.

Al cabo de unos minutos, regresó con una botella de agua en la mano y se dejó caer en el sofá frente a mí. Se recostó con una postura relajada, como si esto fuera lo más normal del mundo.

—¿Qué tal te va? —preguntó, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

Lo miré un segundo, intentando decidir cómo responder. La forma en que me hablaba, tan casual, como si nada extraño hubiera ocurrido entre nosotros, me desconcertaba. ¿Por qué actuaba como si todo estuviera perfectamente bien?

—Bien, supongo —contesté, algo evasiva, jugueteando con el borde de mi camiseta—. Ayer me tomé el día para descansar.

Darian asintió, aparentemente sin mucho interés. Luego, su mirada se volvió un poco más incisiva, como si estuviera evaluando algo en mi expresión.

—¿Y cómo te ha ido con Javier? —preguntó, y había algo en su tono que me hizo fruncir el ceño ligeramente. Parecía una pregunta normal, pero algo en la forma en que la formuló me hizo sentir que había más detrás de ella.

—Bien —repetí, intentando no darle demasiada importancia—. Todo bien con él.

Darian se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en las rodillas, y su mirada se clavó en la mía. Ese gesto tan casual no coincidía con la intensidad de su mirada.

—Me alegra escuchar eso —dijo, aunque su voz no sonaba del todo sincera—. Sabes, es bueno que te tomes tiempo para ti de vez en cuando. A veces, es necesario alejarse un poco de todo.

Tragué saliva, incómoda por cómo la conversación se había desviado. No quería discutir mis sentimientos con él, y mucho menos después de lo que había pasado. Intenté desviar la mirada, pero la intensidad de su presencia era imposible de ignorar.

—Sí, supongo que sí —contesté, casi en un murmullo.

Darian se levantó de repente, rompiendo el incómodo momento. Caminó hacia la ventana y se quedó mirando hacia afuera por un segundo, como si estuviera pensando en algo.

—Javier no debería tardar mucho —dijo de repente, su tono más neutral, como si volviera a ponerse la máscara de hermano mayor despreocupado—. Pero si quieres, puedo llamarlo y ver dónde está.

—No hace falta —respondí rápidamente—. Lo esperaré.

Asintió y se volvió hacia mí, pero esta vez no dijo nada más. El silencio entre nosotros se extendió por lo que parecieron minutos interminables. Sentí una opresión en el pecho, como si cada segundo que pasaba sola con él aumentara la tensión en el aire. No entendía cómo podía afectar tanto mi estado de ánimo, cómo una simple mirada suya podía revolverme por dentro.

Finalmente, el sonido de una puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. Javier apareció en la entrada con una sonrisa despreocupada, completamente ajeno a la tensión que había en la habitación.

—¡Alana! No sabía que ya habías llegado —dijo, acercándose para darme un beso en la frente. Su presencia me devolvió un poco de calma, aunque mi cuerpo seguía tenso.

—Sí, tu hermano me dijo que habías salido, así que decidí esperarte —respondí, sonriendo débilmente.

—Perdón, solo tuve que hacer un par de cosas rápidas. ¿Quieres que salgamos a caminar o prefieres quedarte aquí un rato? —preguntó Javier, completamente ajeno a la incomodidad que me había embargado.

Miré de reojo a Darian, quien ya no nos prestaba atención y volvía a dirigirse a la cocina. Sentí un alivio al pensar que ya no tendría que estar a solas con él, al menos por un tiempo.

—Prefiero salir a caminar —respondí rápidamente, levantándome del sofá—. Necesito un poco de aire fresco.

Javier asintió y me tomó de la mano. Mientras nos dirigíamos a la puerta, sentí la mirada de él sobre mí una vez más, pero me negué a voltear. No quería darle más espacio en mi cabeza. Al menos, no hoy.

Salimos al exterior, y el aire fresco me golpeó con un alivio inmediato. Mientras caminábamos, intenté concentrarme en Javier, en su compañía tranquila y reconfortante, pero la sensación de inquietud que su hermano había dejado en mí seguía ahí, latente, como un eco que se negaba a desaparecer.

Mientras caminábamos, el nudo en mi estómago no dejaba de crecer. Sabía que tenía que decirle a Javier lo que había pasado aquella noche, no podía seguir guardándomelo. Él merecía saber la verdad, aunque me aterraba cómo podría reaccionar. Respiré hondo, intentando calmar el temblor en mis manos, mientras nuestras pisadas resonaban en la acera.

—Javi… —empecé, y él volteó a verme, con esa mirada tranquila que siempre me daba—. Necesito hablar contigo de algo.

Él frunció ligeramente el ceño, notando la tensión en mi voz.

—¿Qué pasa, Alana? —preguntó, deteniéndose. Me tomó de las manos, entrelazando sus dedos con los míos, lo que solo hizo que me sintiera aún más culpable.

—Es sobre tu hermano… —dije, y vi cómo sus ojos se oscurecían al instante.

—¿Darian? —preguntó, soltando mis manos lentamente, como si ya intuyera que no se trataba de algo bueno.

Asentí, y antes de que pudiera detenerme, las palabras empezaron a salir de mi boca, atropelladas, contando lo que había pasado aquella noche. Le conté cómo su hermano había aparecido en mi ventana, cómo había escalado hasta mi habitación, Pero no le conté que su presencia me había hecho sentir cosas extrañas e incómodas. Los ojos de Javier se llenaron de algo que no había visto antes en él, una mezcla de incredulidad y rabia contenida.

Cuando terminé, Javier se quedó en silencio, mirando al suelo. Podía ver cómo apretaba los puños, su mandíbula tensándose cada vez más.

—No puedo creerlo… —dijo, finalmente, su voz apenas un susurro—. ¿Será que? ¿Por qué no me lo dijiste antes?

Intenté acercarme a él, poner una mano en su brazo, pero él se apartó, alejándose de mí como si el simple contacto fuera demasiado.

—Javi, no quise… No sabía cómo decírtelo, no quería que pensaras que… —intenté justificarme, pero él me interrumpió.

—No puedo hacer esto ahora, Alana —dijo, y antes de que pudiera reaccionar, se dio la vuelta y comenzó a caminar rápidamente, alejándose.

—¡Javier! —grité, pero él no volteó. Lo vi desaparecer al doblar la esquina, dejándome sola en la calle. El vacío en mi pecho era insoportable.

Pasé el resto del día intentando llamarlo, enviándole mensajes, pero no obtenía respuesta. Cada vez que el teléfono sonaba, esperaba que fuera él, pero cada vez me encontraba con el mismo silencio. La noche cayó, y mi ansiedad solo aumentaba. No sabía dónde estaba ni qué estaba haciendo. Finalmente, decidí que no podía quedarme esperando más. Fui hasta su casa.

Cuando llegué, la puerta se abrió, era Darian de nuevo.Su rostro mostraba una mezcla de curiosidad y ligera confusión.

—¿Estás buscando a Javier? —preguntó, inclinándose ligeramente hacia la puerta.

—Sí, no responde mis llamadas. ¿Sabes dónde está? —pregunté, intentando mantener la calma, aunque mi voz temblaba.

Darian frunció el ceño, claramente desconcertado por mi urgencia. Me miró por un segundo más antes de sacar su teléfono y mostrarme una historia en redes sociales. En ella, Javier aparecía, claramente borracho, rodeado de amigos en lo que parecía ser una fiesta.

—Está en esa fiesta, cerca de aquí. Pense que tu al fin lo habías motivado a salir. —dijo, con su tono de broma como siempre, pero al ver mi rostro se puso serio.— Si quieres, podemos ir a buscarlo.

—Por favor, y deja tus bromitas para otro dia—respondí, sintiendo un nudo en la garganta.

Subí al coche con el, y el viaje fue tenso y en silencio. Mi cabeza no paraba de dar vueltas, pensando en cómo habría llegado Javier a ese punto. Cuando llegamos a la fiesta, lo encontramos apoyado contra una pared, casi tambaleándose, con una botella en la mano.

En cuanto nos vio, su mirada se oscureció.

—¿Qué diablos haces aquí? —gritó, mirando directamente a Darian—. ¿Viniste a molestar, como siempre?

Intenté acercarme a Javier, pero él estaba fuera de sí, empujando a su hermano y balbuceando cosas que apenas tenían sentido.

—Vámonos de aquí chaval, este no es tu lugar—dijo, tratando de mantener la calma, pero Javier no dejaba de empujarlo.

Darian, con más paciencia de la que esperaba, intentó sujetarlo, pero Javier comenzó a golpearle el pecho, lleno de rabia.

—¡Siempre tienes que estar en el medio! ¡Siempre arruinando todo! —gritó, sin control.

Finalmente, Darian logró sujetarlo, manteniéndolo firme a pesar de los intentos de Javier por soltarse. Lo cargó sin dificultad, metiéndolo al auto con fuerza, aunque con cuidado. Subí al asiento trasero, mientras observaba cómo Darian se encargaba de todo, sin decir una palabra más.

El trayecto de vuelta fue silencioso, salvo por los leves gruñidos de Javier, que intentaba volver a pelear incluso en su estado. Cuando llegamos a su casa, Darian lo cargó una vez más hasta su habitación, donde lo dejó caer en la cama, agotado.

Me quedé de pie en la puerta, observando cómo él se inclinaba sobre su hermano, quitándole los zapatos y cubriéndolo con una manta antes de salir de la habitación. No sabía qué decir, mi cabeza estaba llena de una mezcla de culpa, confusión y una ira contenida que no podía controlar.

Bajé las escaleras, queriendo escapar de todo por un momento. Me senté en el sofá de la sala, incapaz de procesar lo que acababa de suceder. Al poco rato, él apareció, su rostro serio, pero había algo diferente en sus ojos. Me miró, y por primera vez, pareció… arrepentido.

—Lo siento, Alana —dijo, su voz baja—. No debería haberme metido en todo esto. Las cosas con Javier...

Esa disculpa, esa actitud arrepentida… me enfureció. Me levanté de golpe, sin siquiera pensarlo, y lo golpeé en el pecho. Lo golpeé con todas mis fuerzas, descargando en él toda la frustración que había acumulado durante días.

—¡Tú lo provocaste! ¡Todo esto es por tu culpa! —grité, sin detenerme.

Darian no se defendió, simplemente me dejó golpearlo una y otra vez. Hasta que, de repente, me tomó de las muñecas, deteniéndome de golpe. Con un movimiento rápido, me empujó suavemente contra la pared, sujetando mis manos con firmeza. Mi respiración se aceleró, al igual que la suya. Estaba tan cerca que podía sentir su calor, su respiración mezclándose con la mía.

Sus ojos se clavaron en los míos, esa intensidad que siempre me desarmaba presente en su mirada. Mi cuerpo entero se estremeció. No sabía si era por la rabia, por la adrenalina o por esa sensación inexplicable que me recorría cada vez que estaba cerca de él.

El silencio entre nosotros era ensordecedor.

1
Alu Baez
Bueno
Gilma Graciano
ami tampoco
Gilma Graciano
autora será que hay una segunda parte
Gilma Graciano
nooo qué tristeza ufffff que malo fue Javier por su culpa su hermano falleció
Zea Mayi Mayi
esperamos q muy pronto puedas subir la segunda temporada de la novela.. está muy bonita.. un amor q nació inesperado me encantó..
Ashly Rijo: Muchas gracias, estos son los comentarios que me encantan ver. Nos vemos pronto en otra temporada.
total 1 replies
yolanda Carrillo
No me gustó el final
Ashly Rijo: A mi tampoco. Pero fue una historia inspirada en una amiga y no quería cambiar el final.
total 1 replies
Andrea González🇻🇪🇻🇪
así no más ? osea que ? ya terminó?
Ashly Rijo: Así no más 😪
total 1 replies
Jose Manuel
maravilloso
Manuela Mercedez
Muy bueno
Roxana Rodriguez
Excelente
Míriam Castro
🫴❤️
Carlos Noa
Me encanta😍😍😍
Estrella Liriano castro
🩷
Estrella Liriano castro
siguiente cap,😭😭🩷
Yandislena Perea Maturana
yo tengo mis hermanas nos respetamos nos apoyamos entre las 4 nunca me pasaría por la mente meterme con alguna pareja de ellas eso seria sucio y ruin.
Ashly Rijo: Creo que nadie haria algo asi. Gracias por comentar.
total 1 replies
Perla_Rose384
Sigue escribiendo con pasión y emoción, ¡estoy segura de que emocionarás a muchas más personas! 💕
Ashly Rijo: Gracias.No sabes lo feliz que me pone leer tu comentario
.
total 1 replies
Dara20_
Por favor, di que tienes un nuevo cap pronto.
Ashly Rijo: Hola. No lo iba hacer, pero me acabas de motivar. En unas horas lanzo los siguiente.
total 1 replies
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