Diana es una chica muda, que es obligada por su tío a casarse con un hombre muy poderoso, qué le va ayudar a salvar su empresas de la ruina... Al poco tiempo de casados Edwin termina por enamorarse de Diana, aunque la chica no puede hablar, se da cuenta de que es diferente al resto de las otra mujeres, Diana es dulce, amorosa, y respetuosa con los ancianos. Sin embargo, descubre que le queda muy poco tiempo de vida y prefiere alejarla por su bien.
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El regresó de Sara
Sara no esperaba que a su regresó, se iba a encontrar a Edwin, casado con otra mujer. Sara sacrificó tanto para convertirse en una mujer exitosa, que estuviera al mismo nivel que Edwin, para cuando se tuviera que presentar a la familia de Edwin, ellos pusieran darse cuenta de que era la mujer ideal para Edwin.
Sara conocía muy bien a los abuelos de Edwin, también conocía a los padres de Edwin, sabía la manera en la que ellos pensaban, y fue muy difícil para ella convertirse en la mujer que era ahora.
Sara no estaba dispuesta a darse por vencida tan fácilmente, ella regresó con un propósito, y no se iba a rendir hasta conseguir convertirse en la esposa de Edwin.
Sara se apresuró a dar un paso a delante, dejó caer sus lágrimas, causando un sentimiento confuso en el corazón de Edwin...
Por muchos años Edwin amo intensamente a Sara, la chica era lo más maravilloso que le había pasado en toda su vida, hacer el amor con ella, era de las experiencias más satisfactoria que pudo experimentar, sin embargo, un día sin decir nada, Sara desapareció de su vida, solo dejó una nota que decía.
"Edwin te amo con todas mis fuerzas, pero no puedo quedarme a tu lado"...
Después de eso Edwin experimentó un dolor que jamás quería volver a vivir, le había entregado no solo su corazón a Sara, sino hasta su alma, Sara era lo que por muchos años Edwin amo con tanta intensidad.
Ahora solamente sentía una mezcla de sentimientos, de los cuales era muy difícil describir uno solo... Edwin se volvió un hombre frío, jamás volvió a entregarle el corazón a ninguna otra mujer, por lo cual su familia lo estaba presionando a casarse con cualquier mujer.
_ Edwin... _ Sara susurró con una voz lastimosa.
Edwin, solamente, miró a la mujer delante de él, Sara no había cambiado nada, al contrario, su belleza se fue haciendo mucho más grande con el tiempo.
_ Sara Chop... _ Edwin apretó los dientes, y soltó sus manos del cuerpo de Diana.
Al ver a Edwin soltar a Diana, Sara sintió una enorme felicidad dentro de su corazón.
_ Podemos hablar un segundo... _ Sara continuó dando varios pasos, hasta llegar al lado derecho de Edwin.
_ No. _ La frialdad en la que Edwin rechazó la petición de Sara, provoco, que las ilusiones que se acababa de hacer se cayeran.
Sara no se dio por vencida, de reojo miró a Diana, la chica parecía tan poca cosa para un hombre como lo era Edwin. Diana tan solo era una niña, al lado de un verdadero hombre como lo era Edwin.
Sin perder la oportunidad, Sara puso su mano lentamente, en el brazo de Edwin. Las manos de Sara eran suaves, no como las de Diana, ya que al haber trabajado duramente por tantos años como sirvienta en la casa de sus tíos, las manos de Diana se encontraban muy maltratadas, a comparación de las manos de Sara, la mujer las cuidaba muy bien, para mostrar que era una mujer delicada.
En ningún momento Sara dejó de llorar, sus lágrimas cayeron como cascadas de agua salada. Provocando que más de uno sintiera lástima por ella.
_ Edwin, no seas tan cruel conmigo, dame la oportunidad de darte una explicación. Hace años no pude hacelo, porque no tuve el valor suficiente para enfrentarme a ti... _ El ambiente dentro de la oficina se volvió más frío que un témpano de hielo.
Edwin se sacudió la mano de Sara, dio un ligero paso hacia delante, tomando bruscamente la mano de Diana.
_ No tengo nada que hablar contigo. Ahora son un hombre casado... _ Edwin le mostró el anillo en su dedo.
_ Edwin, sabes que no la amas a ella. ¡No puedes mentirte a ti mismo!...
_ ¿Dime entonces a quién amo?... _ Se burló Edwin.
_ Es a mí, ¡Solamente, yo soy capaz de hacer lo que ninguna otra mujer ha podido lograr en ti!... _ Sara acarició el labio de Edwin con su dedo pulgar.
Sara quería trasladar a Edwin al pasado, y recordará los momentos tan hermosos que ambos vivieron.
_ Lo que un día hubo entre tú y yo, se quedó en el pasado. Ya supéralo. _ Contestó Edwin quitando la mano de Sara de él.
Sara se resistía a darse por vencida, miró con furia a Diana, culpándola a ella de robarle a Edwin.
_ debemos irnos... _ Ordenó Edwin empujando sin ninguna piedad a la pobre chica a su lado.
Diana no entendía nada, solamente, era como una muñeca de trapo a la que todos manejaban a su antojo. Al llegar al auto, Edwin abrió la puerta, y empujó a Diana al interior sin importarle que ella se pudiera lastimar.
Edwin también subió al auto, pero tenía una cara distorsionada. Sus manos se apretaron en dos puños, y sus mandíbulas se contrajeron.
Diana bajó la cabeza, dejando caer sus lágrimas discretamente, no se esperaba la llegada de la exnovia de Edwin a su boda, por la manera en la que Edwin ha reaccionado, era obvio qué todavía sentía amor por ella.
El chofer notó el mal humor de Edwin, no sabía lo que había ocurrido al interior del registro Civil, así que culpo a Diana del mal humor de su Jefe.
_ Señor, a la vieja mansión... _ El chofer susurró en voz baja.
_ Al departamento... _ Edwin le ordenó al chofer, ya no estaba de tan buen humor para visitar a los abuelos, y mucho menos a sus padres.
_ La Señora Flor habló hace un momento, preguntó ansiosa, qué si era verdad lo que estaba pasando en las revistas...
Edwin sacó su móvil, le echó un vistazo a las notas más recientes. La noticia de su boda con la chica misteriosa, era todo un escándalo.
_ Encárgate de eliminar esta nota, y de hacer pagar a los culpables... _ Edwin le ordeno a su chofer.
El chofer, solamente, hizo un gesto de aprobación, sin embargo, no se imaginó que la nota hiciera molestar tanto a Edwin.
Diana volteó a ver a través del cristal del auto, sus lágrimas caían una tras otra, sin poder detenerse.