Mi Chica Mafiosa

"Bi Yati y Rian, ¡síganme! Vamos a comprar útiles escolares y ropa para ustedes", exclamó Reiyana mientras caminaba de nuevo hacia el centro comercial.

"¡Sí, señorita!", respondieron Bi Yati y Rian mientras seguían a Reiyana.

Dentro del centro comercial, muchos visitantes susurraban, mirando con disgusto la presencia de Bi Yati y Rian, cuyas ropas estaban harapientas como las de los mendigos. Los susurros de los visitantes aburrían a Reiyana, hasta que se detuvo en medio del centro comercial.

"¡Si siguen hablando de las personas que están a mi lado, los patearé a todos!", gritó Reiyana en voz alta, sorprendiendo a todos los visitantes.

"¿¡Crees que una niña pequeña nos va a echar de aquí!? ¡No sueñes!", se burló una visitante.

"Ja, ja, sí, es solo una niña pequeña pobre, ¡imposible que nos pueda patear!", respondió otro visitante.

Así eran las palabras de los visitantes que parecían burlarse de Reiyana, pero los visitantes no sabían de quién se estaban burlando.

"¿¿¿Me están desafiando???" preguntó Reiyana con una sonrisa que ya había mostrado.

"¡Sí, te desafiamos, niña!", exclamaron los visitantes.

"Hmm, bien, ¡quien tenga el número de teléfono del dueño de este centro comercial, que lo llame y le diga que lo estoy esperando aquí!", exclamó Reiyana con frialdad.

Uno de los dueños de las tiendas del centro comercial llamó al dueño de este centro comercial. No mucho después, llegó un hombre, que era el dueño del centro comercial.

"¿Por qué tanto alboroto?", preguntó el hombre.

"¡Lo siento, señor! ¡Esta niña quiere patear a nuestros visitantes, señor!", informó uno de los empleados, y todos los visitantes lo confirmaron.

"¿Es cierto eso, niña?", preguntó el hombre adulto amablemente a Reiyana.

"¡Hmm, sí!", respondió Reiyana con frialdad.

"Este es mi centro comercial, así que la niña no tiene derecho a patear a mis visitantes!", dijo el hombre con firmeza pero suavidad.

"¡Lo compraré!", exclamó Reiyana con frialdad, sorprendiendo a todos los presentes.

"¡Una niña pequeña no es un juguete que se pueda comprar barato!", reprendió el hombre.

"¡Lo sé!", respondió Reiyana.

"Entonces, ¿por qué quieres comprar este centro comercial?", preguntó el hombre.

"Porque quiero patear a aquellos que tienen boca pero la usan para insultar a la gente", respondió Reiyana.

"¡Y no acepto rechazos!", añadió Reiyana con una mirada fría mientras le arrojaba una Blackcard al hombre.

Todas las personas dentro del centro comercial se sorprendieron al ver con incredulidad que una niña pequeña poseía una tarjeta que solo tres personas en el mundo poseían. Cabe señalar que el dinero dentro de las tres tarjetas de Reiyana no se agotaría ni siquiera en siete generaciones, aunque se comprara algo muy caro.

"Bien, niña, ¡el precio de este centro comercial es de 500 millones!", reveló el hombre.

"¡Tómalo de esa blackcard!", ordenó Reiyana.

El hombre retiró inmediatamente el dinero correspondiente al precio de compra anterior, no podía desperdiciar la oportunidad de hacerse muy rico.

15 minutos después...

El centro comercial ya había cambiado de nombre a Reiyana Rendra, todos todavía estaban sorprendidos e incrédulos.

"¡Ya he retirado el dinero de la blackcard, señorita, y aquí le devuelvo su blackcard!", dijo el hombre mientras le devolvía la blackcard a Reiyana.

"Hmmm", respondió Reiyana brevemente.

"Y para todos, ¡este centro comercial ya ha cambiado de nombre a la señorita Reiyana Rendra! ¡Me despido porque ya no soy el dueño de este centro comercial!", dijo el hombre mientras se marchaba del lugar.

"Hmm, ¿¿ya han escuchado, verdad?? ¿¿Todavía quieren hablar mal o quieren que los patee??", preguntó Reiyana a los visitantes que antes hablaban con disgusto.

Todos guardaron silencio sin responder a la pregunta de Reiyana, la acción de Reiyana esta vez ciertamente hizo que todos se callaran. Se callaron sin creer que una niña pequeña comprara un centro comercial con tanta facilidad, aunque el precio era muy caro. De lo que habían visto antes, se puede concluir que Reiyana tiene un trasfondo inusual.

"¡Bien, si se callan! Los perdono por lo de antes, pero solo por esta vez, si vuelve a suceder, ¡me aseguraré de que todos ustedes tengan que vérselas conmigo!", advirtió Reiyana a todos los visitantes.

》Continuará《