Soy huérfana desde los 6 años, y ahora que estoy apunto de cumplir los 18 años, las cuidadoras me vendieron en matrimonio. Mi nombre es Rouse y fui obligada a casarme con el único hijo de Mrs Hassan... Pero hay algo que no saben... Tengo cáncer en etapa terminal.
NovelToon tiene autorización de leudimar seijas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
El verdadero Cristian
Rouse
Cristian terminó su comida y mientras lo veía me quedé dormida otra vez, ahí entre el calor de sus brazos. Definitivamente siento que esas pastillas para la migraña que trajo Claro me drogaron, porque caí en un sueño tan profundo que no desperté sino hasta las 7:55pm y por supuesto que él no estaba ahí.
De alguna manera sentí que mi cuerpo estaba mejor, así que me bajé de la cama lentamente y me escabullí por mis medicinas, las tragué con esfuerzo y pensé en volver a la cama, pero realmente me provocó un baño caliente, así que decido ir al baño, preparar mi agua y estar en la ducha un buen rato...
Intento poner mis pensamientos en orden, me siento como si estuviera leyendo dos personajes de una novela en un mismo protagonista, ¿O debería decir villano? ¡Cómo sea! Por un lado, tengo al Cristian frío, distante, cortante e hiriente de la inauguración en el restaurante.
Sin embargo, también tengo en el otro lado al Cristian que me dió calor corporal y me dió de comer mientras yo no podía, el Cristian que me bañó para quitarme el jabón y el que me pregunta por los buenos recuerdos de la infancia.
Pero, ¿Acaso estuve soñando aquella noche cuando lo escuché hablar? No tengo ni idea porque ese es otra personalidad de Cristian que yo desconozco, el Cristian perturbado... Señor No Me Afectas Físicamente, ¿Qué es lo que escondes?, me digo para mí misma.
En cierto sentido sé que algo hay dentro de él, sé que hay algo por la forma en la que me mira, ¿Quizás pueda ser lástima? ¡Claro! No olvides que eres la niña del Orfanato, me recuerda mi fuero interno; Sin embargo siento que hay algo más, en mi pecho tengo la sensación de que el verdadero Cristian no es el que tengo ante mis ojos ¿Acaso estoy equivocada?
Salgo del baño cubriéndome con la toalla y como si mis pensamientos cobraran sentido en ese momento, lo veo ahí, sentado a la orilla de la cama, con las manos en sus muslos.
-¿Qué haces aquí?- le pregunto curiosamente, y me siento a su lado en la cama.
-Quería saber cómo estabas- pero lo dice sin mirarme.
-¿Puedo saber qué te pasa?- y entonces él levanta la mirada.
-Cuando me miras, ¿Qué es lo que ves?- me pregunta mirándome a los ojos.
-Además de un egocéntrico...- Yo estaba pensando en bromear pero por su expresión veo que la pregunta es muy seria. -Veo a un hombre que levantó muros a su alrededor para protegerse del dolor- y realmente estoy pensando eso.
-¿No te doy miedo? ¿No te doy asco?- y me mira como si estuviera loca.
-¿Por qué sentiría miedo de ti?- Y busco con la mirada sus ojos. -Cristian, eres un hombre bueno que logró salir del laberinto de la decepción, y puedo verlo porque yo también estuve en ese lugar- y ahora soy yo la que baja la cabeza.
-¿A qué te refieres?- me pregunta Cristian.
-A ese lugar...- Y yo suspiro, y por mero reflejo apoyo mi cabeza en su hombro, y él lo recibe. -En dónde no sabes dónde estás, donde sientes que caminas muchos kilómetros pero se siente aún como en la orilla del mar... A la soledad, me refiero- y vuelvo a suspirar.
-¿Y cómo lograste salir de allí?- me pregunta consternado.
-¿Sinceramente? Sólo caminando Cristian- y eso llama su atención, -Aprendiendo que al final del laberinto sólo te encontrarás a ti mismo, y no a las personas que ya no están- y con eso, decido quedarme en silencio.
-Sabes mucho la vida- y no sé si lo dice por burlarse o porqué. -Sabes mucho de la vida para sólo tener 17 años-, y me mira con la expresión más relajada que puede tener. Y veo que se está quitando los zapatos.
-¿Por qué te quitas los zapatos?- le pregunto frunciendo el ceño.
-Pues porque ya es la hora de dormir- y pone su mirada de "Es obvio".
-Ah, ¿Y quién dijo que eras invitado?- y yo frunzo más el ceño, pero realmente no me molesta que duerma aquí.
-Esa expresión me acaba de dar la confirmación que necesitaba-, y sonríe.
-Bueno, digamos que me ayudas a dormir mejor-, y ahora yo también estoy riendo. -Pero necesito que te voltees porque voy a poner mi pijama- y hago un giro con mi mano para enfatizar.
-Puesss- y saca su sonrisa más reluciente desde que lo conozco. -No es nada que no haya visto ya- y se ríe a carcajadas, mientras se da la vuelta.
-Bueno, ¡Si te volteas ya vas a ver!- le amenazo. Mientras me pongo lo primero que veo en el cajón. Alguien entro y saco la ropa de mi maleta y la puso muy organizada en los cajones.
-¡Uy, qué hará la niñita! Ahhh, sí claro ¡Orinarme encima!- Y sigue riéndose a carcajadas.
-Síguete riendo que pronto vas a ver, ya puedes voltearte-, y cuando se voltea, veo que tiene las facciones corporales relajadas y se ve más joven de lo que es.
Doy la vuelta a la habitación para entrar en mi lado de la cama, y él entra en el suyo. Veo que se escapa con la almohada y yo hago un puchero, él sonríe y me jala a su lado, de forma que volvemos a quedar abrazados como hoy después del almuerzo.
Él apaga la lámpara que está en la mesita de noche, y yo empiezo a tener a frío otra vez, él lo nota y pone mis manos en su pecho, y me abraza con su otro brazo. Nos quedamos en silencio por un buen rato.
Pero mi corazón no deja de pensar: ¿Qué me está pasando con Cristian? ¿Qué sucede? ¿Por qué me siento en casa cuando estoy así, en este momento con él? No puedo evitar alzar mi mirada y ver qué ya se ha quedado dormido, y tiene su cara tan relajada, definitivamente éste no es el mismo Cristian, pero...
¿Será una personalidad más? ¿O acaso este es el verdadero Cristian?