EL AMOR DE SEBASTIÁN

Una vez en la oficina de servicio social se dispone a buscar a quien corresponda el trámite de adopción.

Akira - Buenas tardes, señorita, podría ayudarme con la persona encargada de registrar una adopción.

Señorita - un momento por favor.

Unos minutos después.

- Sígame por favor.

"No puedo permitir que me quiten a mis hermanos, por ellos estoy dispuesta hacer lo que sea, menos casarme con ese patán"

Pase señorita, pronto vendrá la persona indicada.

Minutos después...

- Buenas tardes, soy Juan, dígame en que puedo ayudarle? - Hablo un hombre de mediana edad.

Akira - Estoy aquí porque quiero saber que puedo hacer para adoptar a mis hermanos. - al minuto siguiente le explica la situación, dando así una sólida conclusión de los trámites a seguir.

Juan - Lamento mucho decirle esto señorita, veo que se ha esforzado mucho por ellos, pero lamentablemente las normas y reglas no son tan fáciles; dos niños huérfanos a cargo de una abuela y una mujer soltera, es imposible que se le pueda entregar así la custodia de sus hermanos, además por versiones de moradores, sabemos que usted lleva una vida inapropiada, dejando a merced de una mujer mayor, por lo que usted está descartada para adoptar a los niños, a menos que........

Akira — A menos que? Dígame, no se quede callado.

Juan - A menos que contraiga matrimonio y presente su solicitud de adopción, dentro del tiempo establecido máximo una semana, si en esos días no lo hace, la trabajadora social irá por ellos y se los enviará a una casa hogar.

Akira - El matrimonio es la única solución?

Juan - Lamento decirle que si! Vuelva a casa y piense en ellos, tome la mejor decisión.

Salió de la oficina con lágrimas en sus ojos, desesperada sin saber que hacer ni como enfrentarse a sus hermanos a menos que acepte el matrimonio con Felo.

Por otro lado, Sebastián recibe la llamada de su chófer Gael.

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Sebastián - Dime..

Gael - Señor, le informo que me ha traído al departamento de registro y adopción.

Sebastián - ¿Al departamento de Registro y adopción? - Algo confundido.. ¿Que hace en ese lugar? ¿Puedes averiguar que hace ahí?

Gael - Así es señor, en unos minutos le informare.

Fin de la llamada...

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- Ven a mi oficina.

Cuelga de llamada.

Entrando Eloy a la oficina..

Eloy - ¡Jefe!

Sebastián - Averigua que asunto fue a tratar Akira hoy en el departamento de registro y adopción.

Eloy - ¿Eh? Quizá quiera adoptar a un bebé.

Sebastián - Golpeando el escritorio, con el ceño fruncido... - No vuelvas a decir tales cosas ¿entendido?

Eloy - entendido.

Sebastián - como vas con la investigación del supuesto novio de Akira?

Eloy - En unos minutos te traigo la información.. - sale de la oficina.

Minutos después recibe la llamada de Gael.

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Sebastián- Que averiguaste?

Gael - Al parecer la señorita desea adoptar a unos niños.

Sebastián - Gracias.

Cuelga la llamada lanzando su teléfono contra la pared.

Una hora más tarde.

Toc... toc..

Eloy - Jefe aquí tienes lo que me pediste y el informe del tal Felo.

Sebastián - Muy bien, puedes retirarte y ve a comprarme otro teléfono. - observando su teléfono destruido.

Su secretario sale de la oficina..

Sebastián se dispone a leer punto por punto.

"Así que debes estar casada para poder adoptar a tus hermanos, como dude de ti mi amor pero ¿Quién ha ideado este plan? En estos días no es tan importante estar casada."

"A ver vemos que escondes detrás de esa fachada de novio.

Eres estúpido si piensas que puedes casarte con mi mujer, eso no te lo voy a permitir."

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- Arregla todo para mi ceremonia de bodas.

Cuelga la llamada dejando sin habla al otro lado de la línea.

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- Necesito el teléfono de la señorita Lahos.

- lo siento señor, pero aquí no se registra ningún teléfono.

- Ok.

Corta la llamada algo irritado..

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- Aún se encuentra Akira en el coche.?

Gael - Si señor.

Sebastián - llévala a la dirección que te voy a enviar, no se lo menciones.

Cuelga la llamada.

Media hora después, el coche se estaciona en un restaurante muy lujoso, fuera de la ciudad.

Akira - Gael, ¿que hacemos aquí?

Gael - Solo sigo órdenes señorita.

Akira - Quien te las ha dado? - Pregunta bajando del coche.

Gael - Entre por favor, ahí la esperan.

Akira - si no me lo dices no pienso mover un solo pie de aquí.

Gael - Señorita, no haga mi trabajo más difícil, como le dije, solo sigo órdenes y solo las recibo del señor y de usted.

Akira - Sebastián? - Sonriendo como una adolescente..

Gael - Entre por favor.

El interior del restaurante estaba completamente vacío, rodeado por muchas decoraciones de lujo.

La cuarta parte del mismo contenían cabinas privadas, donde únicamente los altos ejecutivos tenían sus privilegios, pero para Sebastián era como entrar a su casa, donde poseía su propia cabina, ya que el restaurante pertenece a la familia Aristisabal.

Gael - Señorita sígame por favor.

Siguiendo a Gael, llegaron a la cabina con una puerta enorme tallada en roble, bañada en pintura Dorada como el sol, su tallado en un pulido perfecto.

Gael - Solo debe entrar, el señor la espera.

Nerviosamente, abre la puerta y se encuentra con esa espalda ancha, una figura masculina bien tallada por los mismos dioses.

Akira - Hola....

Sebastián - Hola, bienvenida - dándose la vuelta y acercándose.

Akira- Es muy repentino que me hayas hecho venir hasta aquí.

Sebastián- Tomemos asiento - retirando la silla de se amada.

Akira - Gracias - Sonrrojada por tal acción.

Sebastián - Bien, ordenemos,- Dice mientras toma asiento...

Akira - Es un lugar muy hermoso, pero temo que esta vez no pueda quedarme a cenar contigo, tengo que resolver un asunto en casa. - Volviendo a levantarse.

Sebastián - Si me cuentas, pueda que te ayude... ¡Ven siéntate!

Akira - No quisiera abusar, ya has hecho mucho por mí.

Sebastián - ¡Aún no he hecho nada!

Akira - "Me robaste el corazón" Bueno ya me has invitado dos veces a comer, eso ya es demasiado bueno.

Sebastián - No es nada, una comida no es nada... Me gustaría ayudarte, tómalo como una manera de compensarte ante mi falta.

Akira - De acuerdo. - Volviendo a sentarse

Sebastián - Bien, Me gustaría que me permitieras ayudarte sea cual sea la situación.

Akira - ¿Te casarías conmigo?

Sin duda esas palabras directas no las esperaba, por lo que dejo sin habla a nuestro querido Sebastián.