¿Cómo inició? como para terminar de este modo. Frente al Archiduque Maximilian yacía la mujer que creyó muerta.
Aquella dama que todo el mundo creyó muerta. Pero ante la conmoción de todos en aquel banquete Imperial, la voz del principe heredero que no ocultaba su molestia frente a la situación resonó en todo el salón.
«¡¿Cómo te atreves?!»
Él era un hombre que estuvo en la guerra desde hace 15 años, pero lo que los sorprendía no era la cara del principe heredero lleno de un aura asesina, sino el niño pequeño que traía en sus brazos, uno que tenía su mismo cabello blanco.
Y para Maximilian la cara de la dama no era lo que él conocía.
Ella no podía ser Jadella, ella no podría ser su difunta esposa, ella no podía serlo, por qué la Jadella que él conocía... jamás lo miraría con tanto desprecio.
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VOCABULARIO HOSTIL
Ya en la noche de ese mismo día Maximilian había cortado todos los hombres de acero que había en su campo de entrenamiento. Yair lo miraba en silencio, esperó a que sacará toda su ira contenida.
«¿Ya te encuentras mejor?»
Maximilian clavó su espada en la tierra y se sentó en el suelo.
«no, no estoy mejor para nada»
«pues no se que reacción esperabas de la señora»
«qué comprendiera»
«¿Como va a comprender de algo que no tiene ni idea?, y para rematar la encerró en su propia casa, ¿Sabe como estuvo todo ese tiempo?»
«¡¿Qué más se supone que debo hacer?!, ¡Si la descuido por un momento podrían matarla!»
«¡Tu no sabes eso!, además, sólo logras que sus amigas sospechen que algo anormal está pasando, incluso la señora ya sabe que algo le está ocultando»
«maldición»
«sólo déjala hacer lo que siempre hacía»
«no puedo hacerlo, por eso le dejé a Aisha la administración, si los asesinos quieren información de mis tierras la atacaran a ella y no a Jadella»
«aún así, al menos dejela salir libremente»
«estamos hablando de una rebelión contra los Emperadores, Yair, están planeando derrocar el actual gobierno»
«yo la estaré acompañando de día y noche»
«ese es otro problema, dime ¿Qué esposo quiere que su esposa pase todo el tiempo con otro hombre de día y noche?, ¿Quieres que te mate?»
«usted pasa todo el día y a veces noche con la señorita Aisha y la señora no lo ha molestado. Busque una mejor escusa»
***
A la mañana siguiente Yair entró a la habitación de Jadella con un conjunto de ropa de pueblerina.
«mi señora»
Tap.
Jadella que leía un libro cerca a la ventana, cerró la recubierta y dirigió la mirada a su caballero.
«¿Qué ocurre Yair?»
«me pregunté si tal vez quería ir a ver a Cristal»
«¡!»
Ella se levantó con brusquedad de su asiento.
«¿Maximilian me dejará?»
Yair desvió la mirada.
«...bien, él piensa que irá a ver a la señorita Rophelia»
«¿Está bien que le mientas días seguidos?»
«haha..., me pregunto lo mismo» [si se entera me mandará a la guillotina. Ya le mentí dos veces, la tercera es la vencida]
«gracias Yair»
«pero, será la última vez que mentire al señor, así que por favor aproveche y dígame lo que quiere hacer el día de hoy»
Jadella tomó las manos de Yair con una enorme sonrisa que hizo sonrojar al caballero al tenerla tan cerca.
«eres el mejor Yair»
«uhm, s-si»
«me pondré el vestido que me trajiste de inmediato»
Yair desvió la mirada tratando de ya no ver la deslumbrante cara de su señora. Sabía bien que Jadella no era de expresarse mucho, su rostro permanecía impasible en la mayoría de las ocasiones, eras realmente afortunado si podías ver una expresión tan profunda en la cara de la Archiduquesa Reiban.
[Creo que ya puedo morir en paz]
Eso fue lo que pensó el caballero llorando internamente y ahora se enojada más con su señor.
[¿Como puede Maximilian dejarla sola?, era tan fácil hacerla así de felíz tengo ganas de golpearlo]
Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por Jadella quitándole el vestido que había traído.
«de verdad, tenía mucha ganas de ver a Cristal. Me cambiaré rápido»
Se metió a su vestidor y salió de forma hermosa haciendo sonrojar al caballero una vez más que no pudo evitar sonreír.
[Seguro que Cristal gritará de emoción ni bien vea a la señora]
***
Maximilian veía desde la ventana como su esposa se subía a un carruaje junto a Yair.
[Ir con la líder mercenaria es lo más seguro a lo que puede ir a visitar, espero que Yair no se aleje de su lado]
«Maxi»
La voz de Aisha interrumpió los pensamientos de Maximilian. Volteó la mirada con una sonrisa.
«Aisha, te dije que no podías llamarme así»
«pero tu nombre es tan largo y-»
«¿Terminaste los documentos?»
«...claro, aquí»
Maximilian tomó los documentos y los revisó y se las devolvió a Aisha diciendo palabras que oscurecio aún más su semblante.
«están mal, vuelvelo a hacer»
«si...»
Regresó a su escritorio y sacó nuevos papeles, estaba sumamente enojada.
[No importa que me ponga o la posición que haga, Maximilian no me mira ni un poco]
Mordió su uña algo desesperada.
[Debo matar a Jadella o mis planes nunca funcionarán]
***
Cristal estaba regando algunas plantas en su jardín cuando escuchó pisadas detrás suyo.
«¿Si?, ¿Busca alguna flor-»
«Cristal»
Escuchar su nombre ser pronunciado por una voz que jamás olvidaría volteó hacia atrás e hizo caer la regadera que tenía en sus manos.
Sus ojos se dilataron al ver la rubia cabellera de su señora, tan hermosa incluso con un vestido de pueblerina.
No pudo evitar gritar un...
«¡¡Kyya!!, ¡Mi señora es tan hermosa incluso así!»
Jadella no pudo evitar soltar una pequeña carcajada, extrañaba esto, a la enérgica Cristal.
Salió corriendo hacia flores blancas en su jardín e hizo rápidamente una corona de flores que colocó a la cabeza de Jadella con corazones en los ojos.
«¡¡Kyya!!, ahora parece una belleza rural, ¡Una ninfa!, ¡La más hermosa ninfa que jamás haya existido!»
Este tipo de calor, en verdad Jadella extrañaba demasiado esto, tanto que sólo pudo abrazar a Cristal con fuerza sin importarle el estatus social.
«¿Mi señora?»
«lo siento, te despidieron por mi culpa»
«está bien mi señora, me dieron bastante dinero, además era tiempo de un descanso»
«...»
«lo malo es que ya no puedo ver a la señora, ya no puedo vestirla ni peinarla, de verdad, extraño eso»
Sólo entonces se percató de la existencia de Yair y le sonrió al caballero con un...
«bienvenido Yair»
Yair acarició la cabeza de Cristal con cariño.
«no le digas a nadie que vinimos ¿Bien?»
Cristal le guiño el ojo picaramente para demostrar que estaba de acuerdo con no decir nada.
Al final Cristal hizo pasar a la Archiduquesa a su pequeña casa y le sirvió té y bocadillos dejando a Yair vigilando afuera.
Básicamente Jadella se desahogo con Cristal, que al final de contarle lo necesario a su antes doncella empezó a devorar los bocadillos completamente enojada.
«odio al señor, ¿Cómo puede hacerle eso a mi linda ninfa del bosque?, es un desgraciado, ¿Cómo puede traer a una mujer desconocida a la casa donde vive con su esposa?, ¿Es por eso que se fue después de la boda?, ¿A buscar a una zorra cualquiera?, ¿Como podría ser comparado un orangután con mi hermosa señora?»
Jadella no sabía cómo calmar a Cristal, lanzaba insulto tras insulto que le dio miedo el vocabulario que tenía su doncella.
[¿Siempre fue tan agresiva?]
Insultó de todas las formas posibles a Aisha y también a Maximilian pero con menor intensidad hasta que se le acabaron los bocadillos y recién preguntó a Jadella.
«mi señora, pero, ¿Usted aún quiere salvar su matrimonio?»
«si»
«entonces ¿Por qué no van a la cabaña del Norte?»
«¿La cabaña del Norte?»
«si, la familia Reiban tiene una propiedad en el Norte, recuerde, una vez fue allí con el Archiduque a pasar el final de Invierno, si van ustedes solos y el frío los rodea tal vez enciendan nuevamente la llama de la pasión»
La doncella estaba dando muchas idea mientras Jadella estaba sumida en sus pensamientos.
[La cabaña ehh, si, puede ser, intentemoslo una vez más. No quiero... sacar aún los documentos de divorcio, no es fácil olvidar todos los años que estuvimos juntos]
***
En el gremio de asesinos un hombre con cabellos verdes y recubierto totalmente de negro llegó con un gran cofre lleno de piedras preciosas que puso en el mostrador.
La asesina que atendía en el mostrador no cambió su expresión antipática y preguntó:
«¿Cuál es el objetivo?»
«la Archiduquesa Reiban»
La asesina chasqueó los dedos y 50 asesinos aparecieron con una expresión muerta en sus ojos.
«¿Para cuando quiere realizado el trabajo?»
El hombre contestó:
«si es posible, hoy mismo»
Ni bien lo dijo los 50 asesinos desaparecieron para ir tras su objetivo a lo que la asesina preguntó:
«¿Como quiere el obsequio?»
«en un cofre, ponga su corazón»
«hecho»