les contaré mi historia y cómo es que aprendí a amarme después de un divorcio.
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Ya no es mi casa
Mi mamá Cambió de actitud ante el comentario de mi hermano, se puso a llorar y me pidió perdón por no reaccionar como se debía
-Yo no se cómo hubiera reaccionado si su padre me hubiera traicionado de ese modo
-Tál vez igual, suegra, la verdad es que ninguna mujer debería sufrir algo así
-Si, yo pienso que si ya no amas o no eres feliz con tu pareja lo tienes que hablar, antes de lastimar de ese modo
Dice mi hermano con un tono de voz melancólico
-Pero ya verás cuando lo vea, le voy a partir la cara, el piensa que estás sola, pero en realidad no, me tienes a mí y te voy a defender
-No hace falta que le partas nada, fue asunto mío, yo fuí quién pidió el divorcio, no le dí oportunidad a qué me dijera nada, aunque él me estuvo enviando mensajes pidiendo perdón, y una oportunidad para explicarse
-Pero que cínico, todavía que hizo algo tan desagradable como traicionarte quería que lo perdonarás.
Dice mi cuñada muy indignada
-Y ya saco sus cosas de la casa?
Pregunta mi madre
-En realidad fuí yo la que saco sus cosas
Les digo agachando la cabeza, me da vergüenza el haber vendido la casa que me regaló mi padre
-Como?
Preguntan los tres al mismo tiempo
-A él le gusta mucho vivir ahí y yo no quería estar en un lugar que me lo recordará todo el tiempo, así que cuando hizo la oferta de comprarme la casa acepté de inmediato
-Pero te la dió tu papá como regalo de bodas
Mi mamá es muy aprensiva con las cosas, en sí sigue conservando la mayoría de las cosas de papá, piensa que con ellas lo sigue teniendo a él, yo he tratado de hacerle entender que está equivocada, pero no lo acepta
-Si pero si me quedaba ahí, no lo voy a poder superar, por eso se la vendí, esa ya no es mi casa, ahora vivo en un pequeño departamento al sur
-Y hablando de superar, tú cómo estás?, cómo te sientes?
es mi hermano quién cambia de tema, sabe que mi mami se soltara a llorar por esa casa
-La verdad trato de salir, días bien y hay días que recuerdo lo que pasó y me lleno de ira
Les miento, no les digo que he tratado de olvidar con alcohol, en realidad les he omitido muchas cosas, pero no quiero que sufran también, si de hecho se que lo hacen sin saber los pormenores, sí supieran todos los detalles sería peor.
-Hija no tienes porque estar sola en ese departamento, vente a vivir conmigo
-No puedo mami, gracias por tu oferta, pero no es buena idea
No quiero que vea mis altas y bajas, bueno más bajas, aún no salgo del todo y sé que estar aquí en lugar de ayudarme me va a asfixiar
-Ok pero puedes venir y quedarte unos días acá
-Si, sólo deja organizo unas cosas y me vengo un fin de semana, te lo prometo
-Pero también tienes que prometerme que vas a comer bien, estás muy delgada, incluso más que cuando te casaste
-Si, también lo voy a hacer
-Y cuando nos vas a invitar a tu nuevo hogar?
-En uno de estos días, solo termino de acondicionarlo
Otra vez con escusas tontas, pero si no me doy más tiempo, los tendré todos los días sobre mi sin darme oportunidad a nada
Y quiero que cuando ellos vayan este mejor, no quisiera tener una baja como los días pasados y me vean cómo lo hicieron Gaby y Fer, para ellos sería muy doloroso y para mí muy difícil de superar, no los quiero arrastrar conmigo
-Esta bien, cuando te sientas cómoda con nosotros ahí, y ahora vamos a comer que para eso es esta reunión familiar.
Mi cuñada siempre salvandome, ella sabe bien cuando es el momento de cambiar de tema
-Si vamos, yo te ayudo
Le digo, nos ponemos de pie y nos dirigimos a la cocina, vamos a preparar un estofado que a ella le queda delicioso
Y así pasamos el resto del día, olvidamos el motivo por el que los reuní y disfrutamos de una maravillosa comida, después jugamos con los hijos de mi hermano, hasta que llegó la hora de despedirnos, ya que mi hermano y mi cuñada tenían que bañar a los niños y preparar sus cosas para iniciar la semana.
Mi mamá quería que me quedara, pero me negué, le puse otras de mis tontas escusas hasta que se convenció de dejarme ir.
Ese día llegué a casa, un poco mejor, me hacía falta hablar con mi familia y sentir su apoyo, eso me dió un poco más de fuerza.
Les hablo a mis amigos y les cuento los acontecimientos, es una condición que me impusieron para que así ellos se pudieran regresar a su casa tranquilos.