" Una Gorda Con Curvas Perfectas" Parte 2.

Narra aldair.......

3 semanas, El tiempo pasa volando, la incertidumbre me estaba matando, Pero simplemente lo deje pasar, puedo entender que no todos hemos tenido una vida tan sencilla, tal vez la vida de arisbeth no fue tan perfecta, como lo fue la mía antes de todo lo que me ocurrió, la vida me ha golpeado un par de veces, pero yo siempre me he sabido levantar, y aunque en mi corazón cada vez hay un poco más de dureza, Mi pequeño hijo lo ensuavisa un poco.

Eider entra de la mano de la ama de llaves, el lleva su pequeño uniforme escolar y su pequeña lonchera azul, su sonrisa es enorme, ayer se entero de que por fin hoy después de la escuela, conocerá a sus tíos, Isaías e Isabella.

Un mes había transcurrido desde que Isaías e Isabella se se habían ido de La mansión, después de ayudar un poco decidieron regresar para conocer a mi pequeño. El viaje Era muy rápido vendrían y se quedarían un par de días, cenaríamos en familia y se quedarían al gran evento de presentación de Arisbeth Bernard, después de un mes de trabajo en nuestra empresa, por fin sería presentada ante los medios como una de las dueñas y socias de mi empresa y de mi imperio, en dos días todos sabrían quién era la mujer más poderosa de Australia, la mujer que me ayudaba a dominar todo es imperio.

Eider: Podemos irnos papi?.

Aldair: Claro hijo.

Mayordomo: Señor Maldonado, el chófer los espera.

Yo lo cargué en mis brazos y camine con el hacia la camioneta, lo subí y lo senté, el no podía parar de sonreír. Al llegar al colegio, lo ayude a bajar y le di un beso.

Aldair: Nos veremos en casa, nos alistaremos para conocer a tus tíos.

El asintió con la cabeza y corrió con mucha emoción hacia su aula, las mamás de los demás niños me veían con mucho coqueteo mientras murmuraban mi apellido y recalcaban que era un padre soltero, pero eso no me importó, el chófer me abrió la puerta de la camioneta y yo subí para dirigirme al trabajo.

Narra Arisbeth.....

El elevador se abrió, sali de el y camine hacia mi oficina mientras todos me saludaban con mucho respeto; Los empleados estaban por todos lados y era la primera vez que veía todo sin control, faltaban un par de días para mí presentación y sabía que todos se estaban volviendo locos con tantos preparativos.

Secretaria: Buenos días Señorita Bernard.

Arisbeth: Buenos días lisa.

Secretaria: Señorita, el jefe manda a preguntar cuál es su color de rosas favorito.

Mi cara cambio por completo a una de confusión.

Arisbeth: Ah que se debe esa pregunta?.

Secretaria: Al parecer se adornará el salón con sus rosas favoritas.

Yo amaba mucho las rosas blancas, pero era muy extraño que alguien se interesará tanto en un evento que era para mí.

Arisbeth: Bien, me gustan las rosas blancas.

Seguí mi camino hacia mi escritorio y me quite mi saco, me senté y enseguida escuché una voz familiar.

Héctor: De verdad quería verte. Te ofrezco una disculpa.

Yo no quería escuchar nada al respecto de ese día, había yo quedado muy mal y seguramente Aldair le había hablado sobre mi llanto. Además de que había prometido alejarme de los Maldonado.

Arisbeth: No es nada, ahora sí me permites tengo mucho trabajo.

El se sentó en mi sofá sin mi autorización y cruzo las piernas.

Héctor: Bien en realidad, vine a ofrecerme para ir al baile contigo.

Mis ojos se abrieron por completo, quien le dijo a él que yo estaba buscando una pareja para ese día? en realidad a mí me interesaba ir solo, yo era muy independiente.

Arisbeth: Lo siento joven Maldonado, ya tengo una pareja para ese día.

Héctor: Ese no es un problema, igual podrías cancelar e ir conmigo.

Aldair: Lo siento, no lo puede Aser, yo no permito cancelaciónes.

Héctor se puso de pie inmediatamente hacia la presencia de su primo y yo no entendía lo que sucedía.

Héctor: Tu la invitaste?.

Aldair: Por su puesto que no la tengo que invitar a una fiesta que yo estoy haciendo en su honor.

Héctor: Bien ahora entiendo todo Arisbeth, no te queda de otra, que ir con el que te está organizando la fiesta.

Héctor salio de la oficina muy molesto y Aldair se acercó y me saludo con un beso en la mano.

Aldair: Perdóname, no quise entrometerme, pero se que el no es santo de tu devoción.

Su cambio muy drástico era muy extraño para mí, no sabía que ocurría con el, de repente era bueno conmigo.

Arisbeth: Te agradezco, en realidad no quería ir con el.

Aldair: Y conmigo?.

Su pregunta fue aún más preocupante, lo hacía por pena?, tal vez nunca debí debilitarme ante el.

Su celular sonó, el miro el comunicador y sonrió.

Aldair: Una disculpa, debo contestar está llamada.

El contesto la llamada y en seguida entendí esa tonta sonrisa.

Narra Aldair......

Mi atrevimiento, tal vez me llevaría a algo malo, pero en realidad no lo podía evitar, justo cuando esperaba su respuesta, mi celular sonó, mire el comunicador y no pude evitar sonreir, era Isaías.

Aldair: Hermano.

Isaías: Como estás hermanito?.

Aldair: Ahora más que bien, y tú?.

Isaías: Aterrizando en Australia, a unas horas de conocer a mi sobrino.

Aldair: Y bella?.

Isabella: Me buscabas?.

Su dulce voz de mi hermana me hizo sonreír aún más, ella hacia que me humor cambiará drásticamente.

Aldair: Como estás hermosa?.

Isabella: Bien hermanito, ansiosa por conocer al pequeño Maldonado.

Isaías: Bien, nos veremos en unas horas, besos.

Colgué la llamada y mire en la dirección en la que ella se encontraba, quería escuchar su respuesta, pero fue inútil, ella simplemente desapareció de mi vista. No importaba, aún me quedaba un día para conversar la.

Narra Arisbeth.......

Me encuentro caminando a toda prisa hacia el baño de damas, justo cuando Aldair contesto esa llamada fue mi momento para huir, pero al parecer era mi destino tener comunicación con algún Maldonado, por qué mi celular sonó.

Arisbeth: Bueno?.

Mía: Arisbeth, querida, que bueno escucharte.

Arisbeth: Hola Señora Maldonado, como se encuentra?.

Mía: Bien cielo, llama para invitarte a cenar hoy por la noche, cuento contigo.

Arisbeth: Claro que quisiera, pero el trabajo....

Mía: No pongas pretextos linda, te espero hoy por la noche.

Ella colgó la llamada y no tenía otra opción que asistir, aunque muy seguramente me encontraría con Héctor y con Aldair.