Betsabet Kohler es teniente del ejército de Alemania y ha destacado por su papel en la reacción rápida contra el narcotráfico. Considerada la mejor teniente de su unidad, pasó tres años en Estados Unidos desmantelando grupos dedicados al narcotráfico. Al regresar a su país, su coronel le asigna una misión como infiltrada en la organización liderada por Salvatore Müller. Su tarea consiste en integrarse en su vida y en su hogar para ganarse su confianza y enamorarlo, con el objetivo de obtener pruebas que permitan llevarlo ante la justicia y desmantelar la organización. Sin embargo, lo que comienza como una operación se convierte en un juego peligroso en el que se entrelazan el deseo, la traición, el odio, la demencia y el amor.
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Capítulo 8 una noche calurosa 2/2
Salvatore Müller
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-Esta mujer le encanta hacer alboroto. Fue la primera en provocar que el mesero cayera sobre esa mujer, y ahora había hecho algo con esas mujeres en el baño. En todo el camino hacia su apartamento, la observaba de reojo; estaba callada y sumida en sus pensamientos. Había escuchado las conversaciones que tuvo, una de ellas con lo que imagino que es el coronel, y la otra con otra mujer. Parece que tiene problemas de su pasado; solo la escuchaba llorar. Al llegar, la acompañé a su apartamento. Ella me agradece, pero yo la tomo de la mejilla y le doy un beso en sus labios, que son tan suaves y dulces, por lo que comienzo a succionar su labio inferior. La llevo hacia adentro, cerrando la puerta tras de mí; la cargo y la llevo hacia el cuarto. Se nota que está nerviosa. Al recostarla en la cama, comienzo a besarla en su cuello; su fragancia me envuelve. Solo deseo en este momento hacerla mía. Ese vestido que lleva puesto me hizo desearla aún más toda la noche. Acaricio su piel, que está tan suave. Ella me pide que tomemos alcohol para estar más cómodos, por lo que entiendo que busca algún pretexto. Sé que no quiere intimidad conmigo; no pienso obligarla. Me alejo e intento retirarme, pero ella me detiene y me besa, diciendo qúe únicamente quiere alcohol. Me siento; ella se retira y yo me quedo sentado mirando su habitación por unos segundos, hasta que ella vuelve a entrar y me entrega la copa. Ella comienza a tomar de la suya. Revuelvo la copa y lo huelo; sonrío internamente. Ella le había colocado una droga, olía a una droga específica para dormir. Dejo la copa en la mesa y le miento, diciendo que me da alergia la canela. Le quito la copa y comienzo a besarla mientras bajo la cremallera de su vestido. Mientras la beso, con mis manos le ayudo a bajar las mangas, hasta que el vestido cae al suelo, quedando únicamente en panti. Me retiro lentamente, observando su hermoso cuerpo; se notaba lo bien que trabajaba su cuerpo, sus piernas gruesas y lisas, sus caderas grandes, y unos glúteos bien redondos, su cintura pequeña, sus senos, aunque los tapaba con sus manos, eran grandes y redondos. Muerdo mi labio; hacía tiempo que no veía un cuerpo tan hermoso que esta noche sería completamente mío. La veo nerviosa, sus mejillas ruborizadas por la vergüenza. me acerco ella; con mis mano le quito las manos de sus senos y con la otra mano la tomo del mentón. Le digo-No debes sentir vergüenza, tienes un cuerpo espectacular. Te prometo que lo disfrutarás esta noche; solo dirás mi nombre y olvidarás el tuyo.
-Comienzo a besarla, acorralándola contra la pared. Con mi mano toco su vagina y comienzo a tocarla; siento que está húmeda. Salen pequeños gemidos de su boca. Elofujo su panti a un lado y comienzo a meter un dedo, y luego otro; entre gemidos, ella dice que esto está mal, pero mis movimientos son más rápidos. Noto cómo ella me presiona con fuerza la chaqueta. Me dice, con la voz entrecortada-Señor Salvatore, me estoy llegando.
-Su boca emite un gemido ahogado; yo la beso, me tiendo mi lengua, y ella me la succiona. Ella me aprieta hasta que se viene en mi mano. Saco mis dedos de su interior, los paso por mi boca; su esencia es deliciosa. La tomo y la recuesto en la cama. Yo comienzo a quitarme la chaqueta y luego la camisa. Ella me observa detenidamente. Tomo su mano y la coloco en mi abdomen. Le digo-Esta noche esto será tuyo.
-La beso y comienzo a quitarme los pantalones hasta quedar completamente desnudo. Ella abre los ojos y traga en seco. Ella, en voz baja, dice- No creo que eso entre en mí, es muy grande.
-Sonrío de lado; la tomo de la mano y la traigo hacia mí, dándole un beso la bajo colocándola de rodillas. Ella me mira asustada y le digo-Quiero que te diviertas con él.
-Ella lo toma, cierra los ojos, lo mete a la boca. Su boca es pequeña; siento su humedad en mi pene. Comienza suavemente, cierro los ojos al sentir placer; es algo torpe, pareciera que nunca hubiera estado con un hombre. La tomo del cabello y la muevo al ritmo que quiero. Estoy así por unos minutos hasta que me vengo en su boca. Ella intenta botarlo, pero no lo permito; hago que se lo trague. Ella lo hace. La empujo hacia la cama, retirando su panti. Me posiciono en su centro, pero ella me dice-Por favor, espere, sea delicado, es que...
-La veo girar hacia otro lado, arquéo una ceja y le pregunto-¿Qué pasa? ¿Acaso eres virgen?
-Ella gira la cabeza en señal de que no y dice-Es que tengo años sin estar con alguien.
-No le respondo, solo ubico mi amigo en su centro y comienzo a entrar. Es tan estrecha que me dificulta entrar. ¿De verdad ha estado con otro hombre? ¿Hace cuánto que no lo hacía? La sensación que siento es tan deliciosa. Veo cómo aprieta la sábana mientras hace una mueca de dolor. Cuando entro completamente, comienzo a moverme lentamente. Ella emite gemidos, pero no me aguanto y comienzo a moverme más fuerte. Veo su expresión y sé que lo está disfrutando; ella clava sus uñas en mi espalda. Mis movimientos son más rápidos; ella pronuncia mi nombre pidiendo más.Salgo de ella y la coloco de espaldas, abriendo sus piernas, y vuelvo a penetrarla con movimientos más intensos. Me encanta el sonido al chocar con su cuerpo y la mezcla de sus gemidos pronunciando mi nombre; es una sensación extraordinaria. Hacía tiempo que no me sentía así. muerdo su cuello, mientras presiono su cadera y mi mano explora su centro. Me muevo rápidamente hasta que ambos alcanzamos el clímax juntos. Nuestra respiración es agitada, pero esto apenas comienza; no le permitiré descansar en toda la noche. -