Fui la mujer perfecta
En la oscuridad descubrí el placer, descubrí que mis piernas no eran para cerrar, que mi lengua podía acariciar y herir con el mismo arte.
Aprendí a gemir con rabia y a dominar con las caderas.
Ahora regreso. Con vestidos de seda y piel perfumada, con un cuerpo que aprendí a usar como un arma.
Él cree que vuelvo para cumplir aquella promesa. Cree que aún soy suya.
La mujer perfecta ha muerto. Lo que queda… es una diosa del placer y la venganza.
No viene a buscar amor. Viene a cobrar.
NovelToon tiene autorización de Gloria Escober para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Métele ideas nuevas en la cabeza.
Narra Débora
Estoy acostada en la cama, pero no puedo dormir. El recuerdo de Dimitri viene a mi mente. Recuerdo la manera en la que me tomó... El sexo con él es tal y como me lo imaginé: rudo, fuerte, un animal. Recuerdo la forma en que tomó mis caderas y cómo se movía dentro de mí. No puedo evitar tocarme mientras recuerdo sus movimientos. Hubiera sido un amante perfecto, pero el imbécil me habría destruido.
Me levanto de la cama y, de forma sigilosa, salgo de la habitación. Sé por qué pasillos caminar hasta no ser descubierta. Llego con mucho cuidado hasta la habitación de Iván. Abro la puerta y ahí está, dormido, con su torso desnudo. Me acerco a él y lo toco. Iván despierta y me mira.
—Débora, ¿qué sucede? ¿Qué haces aquí?
—Todo esto es muy fuerte... La muerte de Yegor. Aunque no lo amaba, lo quería como a un padre. Te necesito, Iván. Necesito olvidar que estoy sola —le digo con la mirada un poco triste.
Él me abraza y comienza a besar mi cuello. Todo hombre necesita sentirse protector. Desliza sus manos de manera suave, pero yo necesito que saque su lado salvaje.
Entonces me subo encima de él y lo comienzo a besar de forma apasionada. Comienzo a quitarme la ropa de forma rápida; él hace lo mismo, hasta que ambos estamos desnudos. Me acerco al oído de Iván.
—Quiero que me hagas olvidar. Hazlo salvaje, Iván —le digo mientras lamo su oreja.
Eso lo enciende, y comienza a moverse dentro de mí de forma feroz.
Si hay algo que me dé más placer que el sexo, es tener sexo con un hombre sabiendo que hace poco tuve a otro dentro.
Fin de la narración
Después de estar con Iván, Débora volvió a su habitación.
Día siguiente…
Débora abrió los ojos. Era de mañana. Escuchó cómo la puerta sonó.
—Adelante.
—Señora, el desayuno está servido. ¿Desea que se lo traigamos a la habitación?
—Sí, por favor.
La empleada salió de la habitación, mientras ella se quedó mirando hacia la ventana. Se levantó. En ese momento, su celular sonó.
—Bueno...
Manu: —¿Es cierto? ¿Está muerto?
Débora: —Sí, está muerto.
Manu: —Estoy en camino a Rusia.
Débora: —Muy bien, te espero. Realmente te necesito.
Manu: —Estoy para vos, y lo sabés.
Débora: —Lo sé. Siempre has estado conmigo, aun cuando los demás se fueron.
Manu: —Creo que pude haber hecho más...
Débora: —Hiciste lo que podías, con lo que tenías.
Manu: —Pude haber hecho más, Angeline...
Débora: —Ya no soy Angeline. Soy Débora. Angeline murió.
Manu: —Ok, Débora. Estaré en Rusia pronto. No estás sola.
Débora: —Bien. Te voy a esperar.
Después de que la llamada se cortó, Débora se alistó y bajó a la casa, que aún estaba de luto. Dio instrucciones a los empleados, luego llamó a Iván al despacho.
—Te mandé a llamar porque muy pronto me iré de Rusia. Necesito despejarme. Deseo llevar una vida tranquila, por eso no creo contar más con tus servicios. Voy a darte muy buenas prestaciones, y si lo deseas, puedo recomendarte con uno de los amigos de Yegor.
Iván: —Débora, deseo permanecer a tu lado.
Débora: —Lo lamento, Iván, pero me siento tan culpable... No puedo controlar mi deseo por ti, y eso hace que le falte a la memoria de Yegor.
Iván se acercó a ella y la abrazó.
Iván: —Yo te amo, Débora. Déjame estar contigo.
Débora: —Por favor, entiende. Necesito paz. Me iré lejos, donde pueda reconstruirme. ¿Entiendes? Necesito estar sola.
Iván: —Voy a esperarte el tiempo que sea necesario.
Débora: —No quiero que pierdas oportunidades por esperarme.
Iván: —Eso no importa.
Después de que Iván saliera del estudio, Débora dio un suspiro y se recostó en el asiento. Ahora tenía un problema: debía cortar por lo sano con Iván.
—No debí acostarme con él anoche —pensó.
Por otro lado, Irene se encontraba en su mansión llorando. Había recibido el mensaje de Dimitri, y además había confirmado que su esposo le había dejado 150 millones.
Irina: —Ese maldito hombre no solo me engañó con esa perra... ¡Se fue con ella!
Ivanka: —Amiga, pero míralo por el lado bueno: te dejó una gran fortuna. ¡Ciento cincuenta millones de dólares! Eres millonaria. Incluso, hasta donde tengo entendido, tu esposo era socio de Yegor, y si él se fue, quizás a ti te puedan dar algo de las acciones. Hubiera sido desastroso que ese idiota se fuera y te dejara en la calle.
Irina: —Lo sé, pero me da rabia. El maldito se escapó con su amante, y no le importó dejarme casi todo su dinero. Es mi orgullo lo que está herido. ¡Ivanka, no le importó dejar todo por irse con esa perra!
Ivanka: —Tu orgullo se puede curar con joyas, viajes, hoteles... Con todo el dinero que te dejó Dimitri. Incluso puedes conseguirte un hombre mucho mejor.
Irina: —Espero que le haya dejado dinero a su maldita madre, porque yo no le daré ni un centavo a esa miserable. ¡Soy millonaria! Tengo 150 millones de dólares, y haré que la maldita de Débora me dé la mitad del negocio que tenía Dimitri con Yegor. Y si se opone... la acabaré.
Ivanka: —Muy bien, esa es la actitud. Amiga, no puedes echarte para atrás. Ahora comienza una vida llena de lujos para ti, llena de libertad.
Irina: —Tienes razón. ¡Que se vaya ese imbécil a revolcar con esa zorra! Lo primero que voy a hacer es pasar ese dinero a mi cuenta —no vaya a ser que el maldito se arrepienta— y mañana mismo iré a ver a la zorra de Débora. Lo puedo vender. Las acciones... necesito saber cómo está eso, y saber qué puedo sacar.
Ivanka: —Esa es la actitud, amiga.
Por otro lado, Débora estaba en su despacho, acostada en el sillón, cuando de pronto su celular sonó.
—Bueno...
Ivanka: —Está hecho. La convencí.
Débora: —Muy bien. Sigue siendo su amiga. Métele ideas nuevas en la cabeza.
Ivanka: —Así será.
Victor a tenido paciencia con Angeline está enamorado realmente o siente culpa por lo que le pasó.
Son muchas interrogantes y ya uno siente ansiedad por saber.
Porque ese suspenso que nos tienen como fue y porque se transformó en Débora y no siguió siendo Angeline.
Que tendrá que ver Victor y su hermana
🤔🤔🤔🤔🤔❓❓❓❓❓