¿Qué harías si el personaje que creaste se materializa en tu habitación? bueno eso mismo le paso a nuestra querida Arianna... quien aun no sé explica como es que eso sucedió.
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capítulo 8
La noche cayó, y aunque el príncipe se encontraba mejor gracias a los medicamentos, terminó quedándose dormido en el sofá. Sin hacer ruido, Arianna se levantó, apagó la televisión y se dirigió a la cocina, como lo hacía cada noche.
Al llegar, se encontró con su hermano, quien la esperaba con el rostro serio y el ceño semi fruncido. Al verlo, Arianna solo puso los ojos en blanco. Víctor no esperó a que ella dijera nada para hablar:
—¿Ya se fue?
—No… está dormido.
—¿En tu cama?
—Ay, ya deja de comportarte así. Se durmió viendo televisión…
—Pues despiértalo y dile que se vaya. ¿O es que acaso no tiene hogar?
—Lo tiene… pero muy lejos de aquí —murmuró lo último, como si aún no pudiera superar el hecho de que el personaje secundario de su segundo libro hubiera cobrado vida.
—Hermana, me preocupas. Desde que cancelaste tu boda con Mauricio, ya no eres la misma. Viniste a vivir a la mansión familiar, te has vuelto más antisocial, te encierras día y noche en tu habitación… y de pronto apareces con este supuesto novio, que por lo visto ni ropa tiene.
Arianna bufó, cruzándose de brazos.
—Se mojó la suya y por eso le presté algo tuyo. Pero si te molesta, puedo decirle que ande como Dios lo trajo al mundo…
Víctor le lanzó una mirada de advertencia. Odiaba cuando ella se ponía a la defensiva atacando con arrogancia.
—Lo siento —cedió Arianna, bajando un poco la guardia—. Debí decirte que él vendría. Por eso estaba tan distraída hoy. Sabía que llegaría a buscarme, y yo no estaba aquí…
Decidió inventar algo creíble, porque su hermano no la dejaría ir sin unas cuantas preguntas más.
—Ya veo… ¿Y quién es este sujeto? ¿A qué se dedica?
—Es… —*piensa rápido, Arianna*, se dijo a sí misma mientras buscaba una profesión creíble para Caleb—. Es modelo.
—¿Modelo?
—Y actor. Sí, un modelo y actor. Lo conocí en un casting. Tenía que buscar la figura masculina para las fotos de portada de mi libro… y ahí lo conocí.
—¿Y ya lo trajiste a nuestra casa?
—Lo conozco desde hace meses, pero cuando sucedió el incidente con Mauricio, decidí darle una oportunidad…
Víctor la observó con detenimiento, con una ceja levantada.
—Sé que hay mucho que no me estás diciendo, pero voy a estar vigilándote. Procura que esto no se vuelva un escándalo. E infórmale a nuestro padre sobre este tipo antes de que se entere como yo. No creo que le haga gracia. Aún tenía esperanzas de que tú y Mauricio…
—Esa relación no tiene retorno, y se lo dije desde el día en que descubrí su traición. No voy a quedarme al lado de un hombre que no me respeta.
—Pues tal parece que ninguno de los dos lo hacía —murmuró Víctor, aún sorprendido por la aparición repentina de Caleb en la vida de su hermana.
Arianna, sin querer entrar en más discusiones, zanjó el tema:
—Bueno, hermano, si eso era todo… me voy a descansar. Mañana tengo un día muy largo.
—Recuerda que por la tarde tienes la cita con el consorcio energético, el tema de la licitación del bloque petrolero.
—Lo sé, a las dos. Llegaré antes de eso.
—Me gustaría que llegaras puntual, como solías hacerlo. En serio, Arianna… te estás convirtiendo en una persona que no me agrada mucho. Empieza a poner tu vida en orden.
Sin decir más, Víctor se marchó, dejando a Arianna pensativa.
Él y su padre la habían cobijado tras la ruptura con Mauricio, intentando protegerla del escándalo y de las consecuencias mediáticas. Por eso le habían permitido dejar de asistir a la empresa y participar solo de forma parcial en los proyectos. Pero ver que ella parecía estar abusando de esa cortesía le molestaba profundamente. Él estaba tapado de trabajo por su culpa… y ella, aparentemente, tenía tiempo para citas.
Por su parte, Arianna intentó calmarse. Podía comprender el enojo de Víctor. Aun así, no podía explicarle la verdadera razón de por qué Caleb estaba allí… ni siquiera ella misma lo entendía del todo.
Regresó a su habitación con un sándwich de jamón y queso y una taza de café caliente. No tenía mucha hambre, así que decidió cenar eso y descansar. Mientras comía frente al computador, como hacía casi todas las noches, comenzó a buscar en la web algo que le indicara cómo era posible que Caleb se hubiera materializado en su mundo.
Frustrada al no encontrar nada que tuviera sentido, se acostó en la cama. Miró de reojo hacia el sofá, donde Caleb dormía profundamente, con el pecho subiendo y bajando de forma tranquila.
Arianna cerró los ojos y, finalmente, cayó rendida al sueño.
Gracias por esto...
La Felicito Autora.