Mi Vida, En Una Flor?

La rosas se veían hermosas, la primavera había llegado con su cálido sol y el pasto se encajaba ligeramente en mis piernas. Me gustaba quedarme en mi círculo rosal cuando me sentía intranquila o abrumada con cuestiones del reino y cuando estaba más calmada con intenciones de volver a mis asuntos escuché que alguien gritaba.

-Clara, clara, sal por favor, clara. -No sabía a quién buscaban pero se notaba que el grito provenía de afuera de mi rosal así que me levanté, sacudí la poca tierra que mi vestido rojo de torso blanco y decorados plateados en el pecho así como en las mangas había agarrado tras el tiempo que permanecí hincada. Con mi mano hice una puerta de arco para poder salir pero antes de llegar a ella un joven entro corriendo y sin pedir permiso me abrazo efusivamente como si me conociera. No comprendía cómo ese abrazo se sentía cálido, familiar y me provocaba nostalgia, no sentía aquella sensación desde que mi padre nos había dejado.

-Por fin te encuentro clara, no sabes lo preocupados que hemos estado. No vuelvas a hacernos eso y vámonos. Tu familia se va a alegrar cuando te vean. -Familia?, si yo no tenía familia alguna, salvo mi difunto padre, el rey William.

-Lamento contradecirlo joven pero yo no le conozco y debe estarme confundiendo con alguien más. Yo soy la princesa Violet I, hija del difunto rey William Cerezty Robleto y no la señorita clara por quien estaba usted gritando hace unos instantes además quisiera saber quién es usted si no es imprudencia. -Aparte al joven de cabello negro alborotado que vestía ropa de pueblo así que posiblemente estuviera perdido y buscará a alguien que se parecía a mi pero conocía a toda la gente así como ellos a mi.

-Clara, porque dices cosas tan extrañas?, admito que tú vestido es bonito pero ya debemos volver porque no se ni donde estamos o como llegue hasta aquí, así que andando. -Tomo mi mano y empezó a jalarme hasta salir del círculo de rosas pero safe mi mano, lo inmovilice y obligue a contarme toda la verdad.

-Dices que tengo familia, que no sabes cómo llegaste o donde estamos, así que a dónde quieres llevarme o será que eres un infiltrado del príncipe Billy con intenciones de robar el cetro floral. -La cara del joven estaba confundida, forcejeo ligeramente y comenzó a hablar sin gritar o enojarse.

-Clara, no se que haya pasado pero nos conocemos desde hace 3 años ya que trabajábamos juntos. Somos mejores amigos y me llevo muy bien con tu familia. Si,tienes una familia, tu mamá,tu abuela y un hermano pequeño pero no entiendo porque no los recuerdas así como tú propio nombre. No volviste el día de ayer a tu casa así que fui al lugar que tu familia me comentó querías visitar y bueno,llegué aquí. - Entonces no era huérfana, no estaba sola y es la razón por la que mi padre no pudo contarme nada de mi antes de conocernos.

-Dices que no volví el día de ayer a mi casa pero yo llevo aquí 8 años así que no es posible aunque la verdad es que cuando llegue el rey me encontró con amnesia, no sabía ni como había llegado así como lo mencionas tu. Así que deberás quedarte hasta descubrir lo que ha pasado y como llegaste hasta aquí porque únicamente se puede llegar por barco u holograficamente pero mencionas que no usaste ninguna de esas opciones así que es un misterio. - libere al chico e hice que me siguiera hasta el palacio.

Entramos hacia el salón que daba al trono, el piso era blanco marmoleados con líneas doradas y una amplia alfombra azul se deslizaba por las escaleras. No subí hasta el trono dorado con azul, me quedé parada al inicio de las escaleras y me gire de nuevo al muchacho.

-Bien, quiero saber tu nombre, de dónde provienes y mi historia lo más resumida que puedas. -Su cara confundida me hacía dudar pero era la única persona que decía conocerme después de tanto tiempo, no tenía nada que perder y quizás mucho que aprender.

-Mi nombre es Adam, de dónde provengo pues de México aunque por como lo dijiste que creo la repuesta correcta sería de la Tierra y creo necesitamos ver un mapa para saber dónde estamos los dos ahora mismo porque posiblemente sea un lugar oculto como muchos otros y no se mucho de tu historia salvo que te gusta el anime, el color rosa, adoras el sushi y te gustan mucho los abrazos en especial los míos. - No tenía idea de las cosas que nombraba pero sonaba interesante.

-Si eso es lo que me gusta lo quiero ahora en este momento chico llamado Adam. -Me comento que no podía darme los porque no sabía dónde conseguirlos en este lugar, que solo existían de dónde venía pero no sabía cómo volver.

-Dijiste que quieres un mapa, de acuerdo, vamos con David. Es el genio y mejor científico de todo Cerezo. - La puerta blanca se delizo a la izquierdo dándonos acceso al laboratorio de color chocolate donde cada estante tenía meticulosamente acomodados los frascos, libros o tabletas de investigación.

-David, adoro tu trabajo pero te necesito un momento ya que nos ha surgido una duda muy inquietante.- Sus ojos azul luminoso pasaron de mi a Adam como un rayo, David se levantó de su silla y nos condujo a la pared donde holograficamente apareció el mapa de cerezo seguido del mapa de las flores para seguir con la galaxia.

-No, esto está mal, la... La... La Tierra no es así, donde está el sol y los planetas casi en línea recta. Dime dónde estamos Clara, porque definitivamente no estamos en la galaxia correcta. -Los ojos verdes hielo de Adam pasaban de la pantalla a mi y viceversa. Parecía en shock, comenzó a caminar de un lado a otro sin sentido mientras David buscaba a lo que Adam llamaba "Tierra".

-Princesa Violet he encontrado la galaxia que su amigo perdido nos ha comentado pero está a 10 millones de años luz de aquí, eso supone mucho esfuerzo para el cuerpo humano por lo que científicamente no debería estar aquí al menos en una pieza. - Eran muchos años para que hubiera llegado por arte de magia aunque claro eso existía el dijo no saber la forma de su llegada.

-Adam calmate, no se cómo llegaste pero se que David va a averiguar cómo regresar te pero mientras que te parece si comes algo. -Dejamos a David en su computadora y solo pude ver su larga cabellera rojo rosado ondearse para ir a su escritorio a hacer sus múltiples cálculos, lo adoraba.