La Sombra Del Mal

La sombra se acercó más a la puerta de la celda donde tenían encerrada a Cecilia. Lentamente, sacando una arma blanca de atrás de su cintura.

La coloca en la cerradura de la celda de la chica y con un solo movimiento la puerta abre.

La luz de afuera aturde a la chica que se encontraba encima de la cama. Al darse cuenta de que estaba en peligro, la chica se levanta sobre la cama.

______ ¡¿Quién eres tú?! _____ Los labios de la muchacha temblaban violentamente, mirando el arma blanca en las manos del asesino.

______ ¡Shiiii! _____ El asesino pone su dedo en sus labios, haciendo un susurro para que la chica se callé.

Cecilia se quedó inmóvil, su cuerpo quedó congelado sin poder moverse. Ella no tenía salida, su muerte podría ser en cualquier momento.

En manos de cualquier Psicópata. La sombra entra a la celda, cerrando la puerta detrás de él. Camina sin ningún problema sobre los afilados cristales, hasta llegar a la cama donde está Cecilia.

La chica quedó sorprendida al ver que no le pasó nada. Sin darle tiempo de reaccionar, la sombra colocó su mano en la boca de la chica.

Aunque, Cecilia intentó defenderse, algo había en el guante del asesino. La chica cayó inconsciente, y la sombra logró sacarla de ahí.

Melissa fue enviada a una habitación VP, por sus mismos compañeros. Una doctora la atendió curando sus heridas.

______ Tranquila, debes descansar unos dos o tres días.

______ ¡No puedo descansar tanto tiempo! Mi vida corre peligro. ____ Melissa empujó las sábanas que cubrían su cuerpo al piso.

_______ Los golpes que recibiste al caer son graves. Debes mantenerte en cama por lo menos dos o tres días. Te daré medicamento para el dolor.

______ ¡Eso es! Dame algo para el dolor. ____ Insistió Melissa temiendo por su vida.

La doctora dejó dos pequeños frascos sobre la mesita de noche. Con los cuales Melissa podía calmar los dolores a causa de los golpes que recibió al caer por las escaleras.

______ Es tu decisión. _____ La doctora sale de la lujosa habitación donde estaba Melissa.

Observando todo, el Conde, apretó sus puños. Las apuestas de los clientes iban cayendo cada vez más.

Necesitaban ver más acción en contra de las chicas. Escuchar sus gritos de dolor, que pidan piedad, cuando les arranquen la piel.

Nada era como antes, nadie gozaba como antes asesinar a sangre fría a las participantes. Ver su llanto, sus gritos eran músicas para los oídos de cada cliente.

Todo cambió luego de que dos agentes encubiertos de la policía se mezclaran entre ellos. Todo tuvo que detenerse por dos años, y ahora que de nuevo comienza, nada era como antes.

Los apostadores esperaban algo más sangriento, más perverso en contra de las chicas.

El Conde dejó caer su mano encima de la mesa. Escuchandose un fuerte golpe en todo el despacho.

_______ En menos de una noche hemos perdido miles de dólares. Hemos bajado la audiencia en un 45%. ¿Qué estamos haciendo mal? ____ En tono de voz suave, el Conde le preguntó a su asistente.

______ Debemos usar a la sombra para ganar dinero y Audiencia. _____ Propuso el asistente del Conde.

_______ Explicate. _____ Ordenó el hombre sin ninguna expresión en su cara.

_______ Apostemos por la sombra. Vistamos a alguien igual que él y matemos a sangre fría a cada una de las participantes.

_____ A la tal Diana, la meteremos con las llenas y a la tal Cecilia hay que dejarla en el nido de las víboras.

_____ Pero comencemos con la tonta de Melissa. No hizo bien su trabajo, hay que darle un castigo ejemplar para que nadie vuelva a fallar.

El Conde sonrió con la idea de su asistente. Era lo menos que podía esperar de su mejor hombre.

_______ Descansemos esta noche, mañana comenzará la cacería.

El Conde se pone de pie, sale del despacho caminando a fuera del despacho. Su asistente se quedó de pie sin moverse hasta que vio al Conde salir.

Luego tomó su celular y envió varios mensajes. Al terminar lo volvió a guardar en su ropa y tomó los documentos de encima del escritorio.

En la celda de Lilit. La chica logró soltar sus piernas de los alambres de púas. Aunque el dolor era intensamente, no se dio por vencida.

Recordaba cada escena que vio aquella noche. Era asfixiante pensar que podría ser una de las otras chicas.

Esforzándose logró levantarse de la cama y dar unos cuantos pasos a la salida. Por suerte, las heridas en sus piernas no eran tan profundas y podía caminar un poco.

Al llegar a la puerta, trata de abrirla. Pero es imposible. Para seguir impidiendo que se escapen, los guardias pusieron cerraduras más reforzadas, luego que la sombra se llevó a Cecilia.

Cansada mentalmente e herida físicamente, Lilit no puede seguir fingiendo estar bien. Tiene un ataque de pánico.

Comenzó a llorar y a gritar, deseando sacar un poco de toda la angustia, el miedo, y la frustración que lleva por dentro.

En ese momento, cree que ya no puede más. Su mentalidad se desmoronó poco a poco. El solo pensar que su hermana enferma se encuentra sola, su angustia se vuelve más intensa.

Lilit golpe sus piernas con fuerza, provocando que gotas de sangre broten de sus heridas. El dolor que sentía no era nada comparado con la rabia y la angustia que sentía por dentro.

Le daban ataques de ansiedad; a los cuales todavía no se lograba acostumbrar... Luego de llorar y gritar por mucho tiempo. Se quedó abrazada a su cuerpo.

El silencio se volvió su mejor compañía. Durante muchas horas, la chica se quedó en la misma posición. Al quererse levantar no sintió más sus piernas.

Estaban endormecidas a causa de estar por horas en la misma posición. Con la ayuda de la pared, trató de ponerse de pie, pero el dolor que sentía al moverlas era bastante incomodo.

Mordió su labio inferior con fuerza. Se quedó de pie, sin moverse. Al pasar los minutos, volvió a sentir sus piernas endurecidas, y caminó hasta la cama.

Quitó las sábanas y las envolvió al rededor de los alambres de púas.