Ella solo quiere terminar sus estudios y cubrir todas las deudas de su padre.
Él la desea y hará hasta lo imposible por tenerla.
Un contrato, una historia y rosas amarillas que marcaran el principio de un nuevo capitulo para ambos.
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La Gala
Definitivamente ante los ojos de Alma ese lugar era en extremo elegante, durante sus primeros
diez años pudo disfrutar de una buena vida, pero jamás había alcanzado
deleitarse con tanta delicadeza y riqueza.
Los pisos eran de un mármol blanco deslumbrante al punto que su figura se reflejaba
a la perfección, ni hablar de las distinguidas arañas que colgaban en los
lugares estratégicos de ese enorme lugar.
-Bienvenidas.-
Una joven mujer, con un traje entallado blanco camino apresurada a recibirlas,
Elizabeth fue quien hablo primero.
-Oh querida Beatriz ¿Cómo has estado?
-Muy bien, Señora Colins, Natacha las está esperando, sígame por favor.- La joven
camino contoneando sus caderas.
A medida que avanzaban Alma abría aún más sus ojos cuando se vio rodeada de
hermosos vestidos, por otro lado, lulú se movía por el lugar con total soltura
como si estuviera en una hermosa casa de muñecas.
-Elizabeth, bienvenida, pasen por favor - una voz femenina casi chillona despertó a la
joven de hermosos ojos color miel.
-Natacha, querida es un placer volver a verte-
-Bueno el placer es mío, me puse muy feliz al enterarme que tendría el honor de vestir
a la mujer de Lion, ¿Dónde está la afortunada?
Elizabeth volteo a buscar a Alma que estaba detrás, extendido su mano, esta la sujeto
para luego acercarse tímidamente, a tan elegante mujer.
-Aquí esta, Natacha te presento a Alma el tesoro de Lion.
Alma sonrió avergonzada y saludo.
-¡¡Dios mío!!- grito la mujer, arrebato la mano de la joven que aún se sostenía fuertemente
de Elizabeth- eres hermosa, ahora entiendo por qué Lion te mantenía oculta, serás
lo más codiciado de la gala y por obvias razones- señalando de arriba abajo el
agraciado cuerpo de la joven- la envía de muchas.
-Muchas gracias, señora.
Dime Natacha, corazón, estoy aquí para dejarte más bella, si acaso eso es posible- acariciando
las rosadas mejillas de Alma-
-Bueno, basta de presentaciones, solo dime que buscas y hare magia-
-Alma busco a Elizabeth con la mirada aturdida y la mujer sonrió entendiendo el pánico
de su nuera.
- ¡¡Solo has que mi hermano se vuelva aún más loco por ella!!
-Lulú- grito Elizabeth llamado la atención de la jovencita que corrió a sentarse en uno
de los sillones del salón.
-Esa niña me encanta- Aseguro Natacha.
Elizabeth negó con una sutil sonrisa y continúo hablando, queremos un vestido elegante,
que resalte sus curvas, pero que sea sensual sin rosar lo burdo.
-Querida todo aquí es elegante y sensual, solo dame un par de minutos y disfrutaran de
lo mejor.
-Ven corazón, es hora de hacer magia- tomo de la mano a Alma, que aún seguía aturdida
por tanta belleza a su alrededor y la jalo a los probadores.
Durante tres horas Alma desfilo infinidad de vestidos, todos eran bellos, pero ninguno
lograba convencer a las tres mujeres que hacían de jurado mientras la joven
esposa solo sonría disfrutando de la situación.
Alma por un momento quedo observando a Elizabeth y se imaginó como seria si su madre
estuviera con ella en estos momentos disfrutando de cada detalle y suceso en su
vida.
-¡¡Ese!! – gritaron las tres al unísono y fue suficiente para que Alma amara el refinado
vestido que se reflejaba en el gran espejo frente a ella.
Luego de terminar de pagar fue arrastrada a una joyería, de allí a una zapatería y
por ultimo visitaron un salón de belleza donde contrataron el personal que arreglaría
a la joven esposa para la gala.
Solo faltaban dos días para el evento, pero Alma ya se sentía realmente agotada…
Siendo las nueve de la noche atravesó el recibidor con un centenar de regalos de
Elizabeth, aunque su cuerpo estaba cansado su corazón era feliz, la habían tratado
con tanto amor, que por horas había olvidado cuales fueron los motivos por los
que era parte de esa familia.
-Bienvenida Señora Alma.
-Buenas noches Pierre, ¿El señor llego?
-Si hace una hora, pero mi bella esposa no se encontraba- la voz de Lion sobresalto
el corazón de Alma cuando sus ojos se encontraron con un hombre extremadamente
guapo recostado en el marco de la puerta que daba a la sala, llevaba su camisa
arremangada hasta los codos, tres botones de la misma se habían soltado dejando
ver sutilmente su pecho firme, pero lo que más había hipnotizado a Alma era esa
hermosa sonrisa que se dibujaba en su rostro.
-Buenas noches – la voz casi ineludible de Alma hizo sonreír aún más a Lion que camino
como cazador a su presa, tomo algunas bolsas y beso la frente de su esposa.
-Espero te hayas divertido.
El mayordomo al ver tal tierna escena se retiró en total silencio.
-A decir verdad, este día fue muy divertido- Alma hablo con entusiasmo
-Eso es bueno, amo verte feliz. Ven llevemos esto al cuarto, refréscate y luego
seguimos con la charla, hoy solo quiero escuchar lo que hace feliz a mi esposa.
-Alma asintió feliz, aun resonaba en su cabeza esa tierna
frase que Lion acababa de decir “Amo verte feliz”
Dos días pasaron y la gran noche llego, Alma trataba de controlar sus nervios, un
equipo de cinco personas que llegaron muy temprano se ocuparon de hacer que
todo su cuerpo se vea y se sienta aún mas delicado.
-Señorita Alma hemos terminado- El hombre que aun sostenía unas brochas en su mano, elevó
un espejo para que pudiera ver como su rostro con un sutil maquillaje irradiaba
luz-
-Me encanta, muchas gracias Tomas.
-Ha sido un placer trabajar para usted, esta noche usted va a deslumbrar.
El sonido de alguien golpeando la puerta interrumpió.
-Adelante-
La puerta se abrió y la imagen de Pierre apareció, siempre tan tranquila y con un
toque de sostificación,
-Señorita Alma, el Señor Lion acaba de informar que la espera en la gala, una serie de
contratiempos no le permitieron llegar aquí, Víctor la escoltara hasta el
lugar.
-Alma trago en seco, el solo pensar que llegaría sola, había echo que sus nervios se
multipliquen.
Luego de hablar Pierre parecía abandonar la habitación, pero se detuvo para verla detenidamente
y sonrió- Hoy se ve más bella, el Señor Lion realmente estará preocupado.
-¿Preocupado?
Pregunto inocentemente Alma.
-Sí, preocupado, no cualquiera está a la altura de su belleza Señora.
-Alma se sonrojo- Gracias Pierre enseguida bajo.
-Permiso- Pierre abandono el cuarto luego hacer una sutil
reverencia.
La limusina llego a su destino una multitud de curiosos se agolpaba fuera del
lugar, periodistas de distintas editoriales buscaban sacar la mejor fotografía para
la tapa del día próximo y el desfiles de personas importantes en el medio
empresarial y artístico dejaba a más de uno sin aliento, en especial a la joven
mujer que se negaba abandonar tan elegante coche.
-Señorita Alma, solo respire y sonría, el Señor Lion la espera en la entrada.
-Víctor y si mejor me llevas a la casa, no creo poder.
Víctor soltó una risa y volvió su mirada atrás para encontrarse con esa hermosa mujer
asustada- Usted es una mujer fuerte, ha podido domar al gran Lion Colins esto
no es nada comparado a lo que ya ha enfrentado.
Alma rio por la ocurrencia del chofer-
-Por favor no comente esto con el señor, aun amo mi trabajo –
-Tranquilo Víctor tu secreto está a salvo conmigo.
Luego de escuchar que la calma llego a la voz de Alma, el chofer descendió de la limosina,
elegantemente camino rodeándola para abrir la puerta trasera, y así permitir
que Alma descendiera con la ayuda de su mano.
A unos metros estaba Lion brindando algunas entrevistas, pero cuando noto que el interés
los periodistas se había esfumado por tomar imágenes de la enigmática mujer que
acababa de arribar al lugar, no pudo con la curiosidad y haciéndose lugar sus
ojos se abrieron de par en par.
Allí estaba su esposa, su diosa, la mujer que había robado su corazón años atrás,
con un elegante vestido que detallaba cada cuerva perfecta de su cuerpo y una sutil
trasparencia que recorría parte de su abdomen para acabar en la abertura sobre
su pierna izquierda. Esa mujer no era de esta tierra, solo pudo pensar, y sin
chistar apresuro sus pasos a su encuentro.
Alma por otra parte, camino unos pasos por la alfombra que llevaba a la gran entrada
decorada con arreglos florales, las luces encandilaban sus ojos y solo podía escuchar
ligeros murmullos.
¿Quién es?
¿Es acaso una celebridad?
Es hermosa, su vestido es muy elegante.
¿Sera la esposa o novia de algún empresario?
Sus ojos buscaban desesperadamente el rostro de quien prometió cuidarla, su corazón
se sentía agitado y cuando pensó que sus piernas ya no podían sostenerla, unos
fuertes brazos rodearon su pequeña cintura.
-Estas hermosa, amor.
Esa voz, esa voz, era del hombre dueño de sus pesadillas y de sus sueños, como podían
sentirse tan segura junto a él, todavía era un ministerio difícil de entender
para Alma.
-Lion- dejo salir casi en un susurro., ocultando su rostro el cuello cálido, sus
pulmones se llenaron de ese aroma que ahora era tan familiar para ella, y poco
a poco sintió su corazón calmarse.
Luego de unos segundos, aun rodeados de muchos periodistas ambos se miraron como si
nada existiera.
-Estas preciosa cariño, lamento no haber ido por ti.
-No importa, ahora solo debes prometerme que no soltaras mi mano, Alma sonrió al
decir esto y Lion casi murió de solo escuchar que esta mujer que antes lo quería
lejos esa noche pedía por él-
-Nunca, me oyes, nunca voy a dejarte ir- Lion beso su frente y esta imagen fue
capturada por todos los que lo rodeaban. Luego las preguntas cayeron sobre
ellos como una lluvia torrencial.
¿Señor Colins, quien es, esta hermosa dama para usted?
¿Esta será la mujer que robo el corazón del empresario más codiciado?
¿Cuál es el nombre de esta bella dama?
Lion sonrió y sostuvo fuertemente de la cintura a Alma como si tuviera el temor de que
alguien pudiera robársela.
-Esta hermosa mujer junto a mí, es la dueña de mi corazón.
Aun no quería declararla como su esposa, pero no podía negar antes todos que ella
era quien podía darle vida o quitársela con solo una mirada.
Los gritos no se hicieron esperar, tanto periodista como las personas curiosas del
lugar celebraban tal declaración.
¡¡Beso!!-se escuchó a lo lejos y esto fue suficiente para que todos comenzaran a
insistir con tal demostración de afecto.
Lion, se tensó, si la relación de ambos fuera otra no dudaría en tomar esos labios
que tanto desea, pero aquí estaba ganándose a cuenta gotas la confianza de Alma
y no quería arruinarlo.
Alma por su parte siento la incomodidad del hombre que la apretó más contra su
cuerpo y pudo ver sus ojos pidiendo piedad con una sonrisa fingida tratando de
pasar el momento. No pudo soportar tal escena y sin más extendió sus manos para
tomar el rostro de Lion y girarlo lentamente para que sus ojos se encontraran.
Alma– alcanzo a decir Lion preocupado.
Shhh tranquilo, solo voy a besar a mi esposo, que hay de malo con eso - susurro, y
sin más unió sus labios tímidos con aquellos tan ansiosos.
Muchas felicidades autora.