Está es la historia de Esmeralda y Cristina ambas Jovenes tienen dieciocho años , hay un lazo muy fuerte que las une, una de ellas se crío desde la edad de cinco años en un campamento secreto militar y la otra en un orfanato.
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EL PLAN DIÓ RESULTADOS
No quiero salir ningún lado, me siento como si fuera una criatura que tienen que cuidar para no lastimarme, un recuerdo me viene a la memoria que hace unos años, la prima de mi Nana me regaló un libro, esa prima era algo extraña, Pero jamás ví el contenido de ese libro, cojo el libro y me tumbó a mi cama, el encabezado dice Espiritismo y algo más, que extraño nombre me digo yo misma.
Ya que este libro es de espiritismo, voy a buscar el significado de los sucesos que me han pasado últimamente, busco hoja tras hoja, encuentro un mantra que me llama la atención, tanto es mi curiosidad que lo recito e invoco tres veces lo que manda el mantra, siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo e incluso un fuerte viento hace que las ventanas de mi habitación se abran espontáneamente.
No sé que invoque, Pero tengo mucho miedo, cojo el libro y me dirijo a la sala, enciendo la chimenea y tiro el libro al fuego, observo que se queme a su totalidad, espero que con esta accion no suceda nada.
MÁS TARDE
Me siento algo rara, bajo a cenar y encuentro a mi abuelo cenando, lo saludo y él no contesta mi saludo, me siento a la mesa a cenar, mi Nana me trae un plato de ensalada de frutas, mi vaso de leche y tostadas, luego de terminar mi cena ligera, me levanto de la mesa para dirigirme a mi habitación, mi abuelo se levanta de improviso muy furioso.
_ ¡Esmeralda eres una grosera! ¡Cómo te atreves a retirarte de la mesa, si aún no he culminado de cenar!! ¡Que me puedo esperar de una buena para nada! Ni siquiera pudiste mantener con vida a tu marido, no aprendiste nada de mi adorada Luciana, por tu culpa mi hija y su marido murieron en aquel accidente, por tu capricho de festejar tu cumpleaños mi hija y Alfonso murieron ¡Por cumplir tus caprichos! _ Grita enfurecido David.
Abuelo como me puedes decir eso. _ Entre lágrimas expreso mi dolor, por fin sé por qué mi abuelo David me odia, es porque pedí a mis padres que estén presentes en mi cumpleaños, yo no quería que ellos murieran, no entiendo por qué me culpa mi abuelo.
Con lágrimas en mis ojos subo por las escaleras, me dirijo a mi habitación y pongo seguro en la puerta, me tumbó en mi cama para continuar llorando, mi abuelo removió viejas heridas que Abdel se encargó de cicatrizar, Papá, mamá, Abdel, suegro ¡Llévenme por favor!
Abuelo porque eres tan cruel conmigo, acaso no te das cuenta de que me lastimas, mi corazón sangra de dolor, ya no deseo vivir.
Abro mi ropero para buscar una chamarra y unos pantalones que hacen juego, saco mis tenis color blanco, cojo mi cartera y salgo de la casa sin que nadie se dé cuenta, evado a todo los agentes de seguridad.
Me dirijo a una farmacia, pido a la farmacéutica dos frascos de pastillas para dormir, en primeras no me quiso vender, Pero le doy una buena propina fácil me la vendió.
Llegó a casa felizmente no encuentro a nadie en la sala, mi Nana de seguro se fue a dormir, subo por las escaleras para dirigirme a mi habitación, al ingresar cierro la puerta y enseguida me sirvo un vaso de agua, depósito las pastillas en mano, son como veinte pastillas y me las voy tomando pastilla por pastilla, hasta terminarlas todas como todavía no me hace efecto, me quitó mis tenis y me acuesto a esperar que los seres que más amo me vengan a recoger
*****ÚRSULA
La gente que contraté me comunican que ya todo lo tienen listo, Cristina ya se encuentra en el auto de Gustavo y solo espera la orden de accionar, así que doy la orden que enciendan el auto, les pido que se aseguren de que el plan salga bien.
Media hora después, recibo la noticia que tanto esperé, me comunican que el auto de Gustavo chocó y quedó empotrado en un camión, Cristina quedó irreconocible, esa noticia me llena de felicidad, por fin me deshice de ese bicho raro.
Cambio mi semblante de felicidad a inocencia, me acerco a los padres de Gustavo y les pido que Gustavo me lleve a mi casa, porque me siento cansada.
_ Úrsula no soy tu chófer, pide un taxi para que regreses a tu casa. _ Me dice Gustavo de mala manera, no debo expresar mi malestar, ya la maldita de Cristina está muerta, pronto Gustavo será mío y su fortuna también.
_ ¡Gustavo como es posible que trates de esa manera a tu prometida! _ Grita el padre de Gustavo.
_ Hijo lleva a Úrsula a su casa, ella vino sin su auto, debes de ser as motoso con ella, ya que pronto será tu esposa._ Dice Antonia muy feliz.
_ Mamá no me casaré con Úrsula, porque no la amo, por esta vez llevaré a tu invitada a su casa, Pero por favor no decidas por mí, yo sabré con quién casarme, no porque ustedes me impongan.
Gustavo llama a unos de los encargados del evento y solicita que le traigan su auto.
_ Señor Mendiola hace más de media hora, vino un hombre diciendo que usted solicitaba su auto, a ese hombre entregué su auto. _ Me dice el encargado muy nervioso.
****GUSTAVO
Me encuentro desesperado buscando a Cristina, desde hace un buen rato que no la veo por ningún lado, veo que la zorra de Úrsula se acerca a mi padre y le dice algo, mis padres junto a Úrsula se me acercan y me piden que lleve a Úrsula a su casa, sé dé las intenciones de esta mujer, Pero no volveré a caer en su trampa.
Amo a Cristina, me gusta como ella se coge las orejas cuando está nerviosa o cuando está feliz se coge un mechón de su cabello y enrosca uno de sus dedos, ella es diferente a las demás mujeres.
Si deseas regresar a tu casa pide un taxi, no soy tu maldito chófer, mi padre se enoja conmigo y empieza a gritar, ahora ya me comprometieron me dicen que es mi prometida y futura esposa, cuando le pedí matrimonio a esta mujer.
Accedí llevar a Úrsula a su casa, porque si no lo hacía, mis padres estarían mortificándome toda la noche, solicito al encargado que me traigan mi auto, Pero me dicen que ya me lo entregaron, que lo entregaron a mi chófer.
Eso me causa una furia terrible, quien se atreve a robarme mi auto, esto debe solucionarse en este mismo momento, no pedí a nadie que recoja mu auto, ¡Qué clase de personal de seguridad tiene este evento! Cuando grito reclamando al encargado, escucho la sirena de una patrulla, de dónde bajan dos policías, se acercan a un agente de seguridad, el agente señala en mi dirección.
_ Usted es Gustavo Mendiola. _ Me pregunta uno de los oficiales, de inmediato contesto que sí.
_ Señor Mendiola, ¿Usted conoce a la señorita Cristina Bustamante? _ Me pregunta el otro efectivo policial.
_ Si, señor policía dígame qué pasa con ella.
_ Señor Bustamante la joven bajo el efecto del alcohol y las drogas tuvo un terrible accidente al empotrarse el auto que conducía, en estos momentos se encuentra al borde de la muerte.
_ ¡Que! ¡Díganme por favor donde se encuentra!
_ Grito desesperado.
_ Ella fue derivada al hospital general, déjenme decirle que su situación es grave, no hay esperanza que ella sobreviva.
_ ¡No! ¡No puede ser! Ella hace un momento estaba acá trabajando, no estaba ebria ni drogada, a ella nunca lo he visto bebiendo y no es una drogadicta, por último ella no sabe conducir.
_ Grito desesperado, pido el auto de mis padres, el encargado me lo trae inmediatamente, conduzco como loco, en menos de veinte minutos llego al hospital, ingreso corriendo y me acerco a recepción, solicito información de la paciente que llego grave de un accidente automovilístico, muy rápido me dan información.
Ingreso corriendo a UCI, ahi es donde se encuentra Cristina, Pero soy interceptado por Briggit, ella me agarra a golpes y me culpa por el accidente de Cristina.
(LO LAMENTO, NO ES MI INTENCIÓN, SIMPLEMENTE ES INEVITABLE PARA MIS OJOS, VOLVERÉ POR ESTE APERITIVO CUANDO ESTE MAS GRANDE)