La Gavia una emblemática hacienda llena de historia cerca de la capital del país, la cual solo puede ser heredada por un Sámano. A veces pensamos que es solo casualidad que sucedan los mismos infortunios para el heredero, terminando solo y consagrado a favor de mantenerla en pie. Es la segunda parte de La gavia, aquí conoceremos el destino de Matías Sámano. Sobre todo las decisiones y el cambio de Cecilia. También la traición y el engaño de parte del esposo de Cecilia, creando una enemistad con otra familia importante de la comunidad. En la guerra y el amor todo es posible, es ahí donde nace el amor entre Matías y Paulina. Sin saber el porqué de la rivalidad entre sus familias. Poco a poco quedará al descubierto la causa del conflicto entre ellos.
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La caída
Capítulo 23
Pasaban los días, poco a poco se volvía un infierno en la gavia, ya que para Cecilia el estar bajo el mismo techo con su aún esposo no era sencillo, aunque Alejandro hijo trató de sacar a su padre no funcionó, Cecilia le suplicó paciencia. Tarde o temprano se tenía que ir.
Pero un día todo cambiaría, estaba en el comedor Cecilia cuando bajó Alejandro a desayunar con ella, aunque a ella no le parecía la compañía no iba a dejar sus alimentos solo por no estar cerca de él. No pudo ignorar los golpes que tenía en el rostro.
—Tal parece no es a la única que has hecho enojar, vaya que si te dieron hasta para llevar.—decía Cecilia burlándose
—Esto se lo debo a tu hijo, felicidades ahora si pusiste en contra mía a mis hijos, es lo más bajo que alguien puede hacer.—
—A mi no me vas a colgar tus milagritos, aquí el único culpable eres tú. Si mi hijo reaccionó así es porque él sí es un hombre decente, de buenos principios y no una basura como tú.—
—Pues no me arrepiento de nada, porque desde Romina hasta Chantal han sido unas verdaderas mujeres, no como tú que era una verdadera flojera estar contigo en la misma cama.—Cecilia se levantó de la mesa y se acercó a él, ella lo abofeteó
—Eres una basura, pero la verdad es que siempre te compare en la cama con Said y ni a los talones le llegas.—Alejandro la sujetó del brazo con fuerza, se contuvo de golpearla.—Anda tócame un pelo y será lo último que hagas.—
Las confrontaciones entre ellos subían de tono, volviéndose cada vez más y más agresivas. Más tarde Alejandro estaba trabajando en el despacho de su esposa mientras Cecilia andaba en los sembradíos supervisando la cosecha. En ese momento entró la llamada de la asistente del notario que era de confianza de Cecilia.
📲—Si diga.—
📲—Buen día busco a la señora Cecilia Sámano, podría comunicarme con ella.—
📲—Lo siento está en los sembradíos, gusta dejar el recado. Soy su esposo.—
📲—Si por favor, dígale que ya puede pasar por las nuevas escrituras y los tramites que solicitó cambiar a nombre de sus hijos. O que si lo prefiere que se lo podemos enviar.—
📲—Gracias, yo le digo que se comunique.—
Alejandro estalló en ira, era una realidad su esposa había cambiado todo a nombre de sus hijos. En el divorcio no podría pelear absolutamente nada, salió deprisa a confrontarla.
—Juan ensilla mi caballo. Rápido!!—de inmediato el encargado de las caballerizas lo obedeció
—Aquí tiene señor.—
—¿Sigue Cecilia en los sembradíos?—
—Si, dijo que iba a estar en los cañaverales.—
Alejandro salió a todo galope para encontrar a Cecilia para así exigirle una explicación, buscó a lo largo y ancho de los cañaverales. Hasta que arriba de la colina la observó que andaba en su caballo a todo galope.
—Cecilia!—ella detuvo su caballo al verlo acercarse, él bajó y se acercó para reclamarle
—¿Ahora que quieres?—
—Eres un maldita desgraciada, sacrifique mi vida y mi tiempo para mantener la grandeza de la gavia durante veinticuatro años. Tu simplemente cambias la escritura de dueño, no solo eso todas las empresas. Te llamo el notario para que pases por los nuevos documentos, y con eso prácticamente me estás diciendo que me voy a ir sin un solo centavo.—
—Seré todo lo que quieras, pero no una estúpida. Crees que tus engaños y la forma en que me humillaste merecía un pago. No querido y agradece que no te peleo Ojo de Agua, y si es verdad la gavia es legalmente de Matías, desde que regresó hice el trámite, a ver si ahora si te largas de la casa de mi hijo. Porque no verás un solo centavo de los Sámano, así que deja de reclamarme estupideces.—
—Te vas a morir.—Alejandro arrojó una piedra contra el caballo de Cecilia asustándolo, ella trató de controlarlo pero al final la hizo caer arrastrándola por la colina
Alejandro no podía creer que había tenido el valor de atentar en contra de ella, más adelante se soltó el cuerpo de Cecilia de la silla mientras el caballo seguía corriendo desbocado, él corrió rápidamente para ver si seguía con vida. Aunque estaba muy lastimada e inconsciente seguía viva, no lo pensó dos veces levantó una piedra del piso para acabar con ella de una vez arrojándosela en la cabeza, estaba a punto de ejecutar su plan cuando escuchó a unos trabajadores que se acercaban. Pensó, tal vez muera con el golpe de la caída, de pronto cambió el plan y comenzó a pedir ayuda.
—Ayúdenme!—llegaron los trabajadores de la gavia para ayudar, uno de ellos le sugirió no moverla. Llamaron a Julio y a una ambulancia, de inmediato Julio salió a buscarlos a lo más profundo de la hacienda.
—¿Pero qué fue lo que pasó?—
—Estábamos conversando y el caballo comenzó a relinchar, ella no pudo controlarlo, se cayó, golpeó contra el suelo su cabeza y el caballo la arrastró varios metros.—Julio no estaba muy convencido con la historia, los caballos de Cecilia estaban entrenados y ella era una gran jinete.
—¿Cecilia me escuchas?—preguntaba Julio muy alterado, como pudieron la inmovilizaron para llevarla hasta la casa grande y esperar la ambulancia
Alejandro rogaba porque su esposa muriera antes de que despertara y lo delatara, así se convertiría en su viudo, tal vez así le podría pelear a Matías y sus hijos parte de la herencia. Llegando a la casa ya estaba la ambulancia esperándolos, Rocío estaba muy nerviosa. Los paramédicos trataban de ayudar a Cecilia haciendo los primeros auxilios, la subieron a la ambulancia para trasladarla a la clínica más cercana ya que su estado era crítico.
—Rocío llama a su hijo Alex, y dile lo que ocurrió. Me voy con ella les llamo cuando tenga noticias, estate al pendiente del teléfono.—
—Si señor Julio.—respondió Rocío
—Me corresponde a mí estar a su lado.—dijo Alejandro
—Tal vez en otro tiempo, ahora ya no te necesita. Tu espera a tus hijos y localiza a Matías, por lo que pudiera pasar.—
Julio subió a la ambulancia para acompañarla a la clínica, obvio el culpable tenía miedo de que ella sobreviviera y hablara. Rocío marcó por teléfono a la casa de Alejandro hijo, él estaba con Natalia y Sofía bromeando.
—Joven lamento interrumpirlo, lo llaman de la gavia y Rocío está llorando sin control.—él se alteró al igual que Natalia, sin decir una palabra respondió la llamada
📲—Rocío, ¿Qué pasa?—
📲—Ay niño Alejandro una tragedia, mi niña Cecilia se cayó del caballo y la arrastró varios metros. Estaba inconsciente yo la vi muy mal.—le explicaba sin dejar de llorar
📲—¿A dónde la llevaron?—
📲—A la clínica del pueblo, por favor vaya con ella.—Alejandro no podía creerlo, derramó una lágrima por su madre
—¿Qué sucedió?—preguntó Natalia
—Mi mamá, tuvo un accidente y dicen que está muy mal.—comenzó a llorar como un niño pequeño abrazándose de Natalia
—Ella va a estar bien.—
—Debo estar con ella, tengo que ir con ella.—dijo Alejandro alterado mientras buscaba las llaves de su camioneta, Natalia lo acompañó
Julio esperaba noticias del estado de salud de su mejor amiga, no dejaba de orar para que pronto estuviera bien. Por fin él medico salió.
—¿Usted llegó con la señora Cecilia?—
—Si doctor, ¿cómo está ella?—
—Debido a este accidente, Cecilia sufrió contusión cerebral, varias fracturas, hemorragia cerebral y trauma en la cervical seis. Necesita cirugías con especialistas, aquí no tenemos los recursos para ayudarla. Deben trasladarla a la capital o morirá en menos de veinticuatro horas. Le sugiero conseguir un helicóptero para trasladarla, porque no creo que resista el viaje por carretera—el diagnóstico del médico era grave
En ese momento Natalia y Alejandro llegaron hasta la clínica, estaba muy alterado. Julio trató de calmarlo, pero al decirle cómo se encontraba su mamá se desmoronó. Mientras tanto Alejandro padre no podía con la culpa de lo que acababa de ocasionar, a la vez se sentía optimistamista de haber acabado con la vida de su esposa.