Saga: Una Familia De Extraños: NUESTRO AMOR PROHIBIDO (I)

Al llegar a la mansión, Jen fue a recostarse luego de decirnos todo lo que sucedió junto a Katherina que estaba un poco más alterada

—Yo contactaré a mis padres —dijo Katherina después de un rato y se alejó del lugar un poco.

—Jen debe tener guardaespaldas desde ahora

—Lo sé, pensé que no debía tomar tantas medidas desde ya, no tenemos muchos enemigos y tenemos suficiente poder para que nos teman

—Hoy en día son más osados. Todos nuestros allegados deben tener seguridad —agregó Matt mirando de reojo a Katherina

—Sí, a Katherina también hay que colocarle guardaespaldas. Habla con sus padres y diles que se los colocaremos por precaución. Sus padres son de escasos recursos y no pueden contratar uno para su hija-Matt asintió y se fue, pero Katherina lo detuvo y se fue con él, que dando solo mi padre y yo

—Y tú… ¿Qué haré contigo?—preguntó después de mirarme fijamente, me sentí totalmente expuesto

—¿De qué hablas?

—Tú sabrás… ¿Cuándo piensas casarte? Tienes prácticamente veintiséis, ¿vas a dedicarte a vivir para mí toda tu vida?

—¿Disculpa?

— Nick, hijo, que no me meta en tus asuntos, no quiere decir que no los sepa. Tenemos un legado, pero es lo suficientemente sólido como para mantenerse solo de vez en cuando. Haz tu vida también, lo necesitas. ¿No piensas tener una propia familia?

—… No me interesa tenerla. Ya los tengo a ustedes

— Sabes a lo que me refiero. Te presentaré a un joven. Su padre es amigo mío y ella es muy amable, tiene una buena reputación, también tienen dinero, no es importante, pero entonces no les será tan difícil estar juntos. Hoy en día las personas critican todo.

—No es necesario padre

—Yo creo que sí lo es — dio por zanjada la conversación y se levantó abrochando su traje, pero antes de irse me tomó del hombro— Sé que tienes muchas dudas sobre ti, tu pasado e incluso futuro, pero tienes una familia que te apoya, no lo olvides. Así que si tienes problemas, dime y te ayudaré. Me enteré de lo del jardinero del orfanato, me enteré por Mark, que literalmente rebuscó por años lo sucedido una otra vez. Dime, ¿algún día planeabas decírmelo o lo ibas a guardar toda tu vida? —tragué saliva instintivamente y evité su mirada

—Eso ya no me afecta, padre. Es mejor enterrar todo en vez, no sirve de nada revolver las arenas del pasado.

—Los malos deben pagar por sus errores, y eso es imperdonable… o dime, ¿los perdonaste?

Guardé silencio sin saber qué decir, entonces fingí tranquilidad y me acomodé el traje

—No tengo por qué perdonarlos, pero no me afecta. Es el pasado, prácticamente lo olvidé

—Algo así no se olvida, y el que no hables de ello no significa que no te duela

—BUENO, PUES PARA MI SÍ —lo corté un poco más exaltado—Si no hablo de ello a de ser porque trato de olvidarlo, ¿¡no lo crees!? Así que deja ese asunto en paz y no te metas de más —él retrocedió un poco de manera incómoda. Apreté los puños tratando de calmarme, respiré dos veces y entonces me arrepentí de hablarle así

— Disculpa, padre, yo…

Negó con la cabeza y se acercó de nuevo tomándome por los hombros

—Perdóname a mí por presionarte, hijo, de verdad lo lamento. Solo recuerda que cuando vives solo para los demás, terminas olvidando vivir para ti. Debes vivir tu propia vida. Y no me debes nada, jamás te adopté para que fueras mi sirviente o devoto de por vida.

—Lo sé, no te preocupes. Ahora con tu permiso, volveré a la oficina. Debo resolver algunos asuntos

—Claro, adelante —salí del lugar lo más rápido que pude apretando el volante tan fuerte como pude pero no tenía cabeza para ir a la oficina, así que me dirigí al gimnasio que queda en un lugar alejado casi a las afueras de la ciudad, es bastante vanguardista y común, pero es el sitio ideal para desestresarme en este momento

Me coloqué un buso y unas bermudas, luego me vendé los nudillos y me dirigí al saco de boxeo. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Cabeza en blanco. Me repito una y otra vez. Pensar en el pasado es una tortura que me juré no volver a vivir. Es lo mejor.

— ¡Ey! Monroe —me saludó a lo mejor Tanner al acercarse. Tanner es de las pocas cosas del pasado que dejé quedarse en mi vida. Es aquel chico que me golpeaba en ese lugar, y extrañamente es el mismo que ayudó a que me adoptaran. Él lo niega, pero sé que fue él quien abrió la puerta del ático y se encargó de todo para que me adoptaran.

—No pensé que el gran Monroe tuviera tiempo de venir con los humildes —ironizó al arrojar una botella de agua que atrapé en el aire

— Necesitaba un respiro

— ¿Tanto dinero en tu cuenta bancaria te asfixia?

—Sí, no me imaginas cuánto. ¿Quieres un poco? Tengo de sobra mucho más de lo que a ti te falta

—Con el que envías anónimamente a nombre de personas que no existan para que este lugar siga en pie es suficiente.

—Si no te gusta, inviértelo en algo

—Naaa, el mundo de los negocios no es lo mío. Mejor me lo gasto y espero a que vuelvas a enviar el dinero que finges que nunca envías —negué divertido mientras él me miraba fijamente—¿qué sucedió?

—Nada — Volví a golpear el saco una y otra vez, entonces me frustré al ver que él seguía esperando una respuesta de mi parte —No es nada importante. Solo que a mi hermana hoy casi la secuestran

—Waoooo… esa es otra de las razones por las cuales no quiero ser millonario

— Como si lo fueras solo queriéndolo —ironicé golpeando el saco, entonces de la nada lo alejó y casi le doy un puño en la cara pero lo esquivó a tiempo

—¿Tu hermana de la que estás enamorado o tu hermana la loca revoltosa?

—No estoy enamorado de mi hermana, solo la cuido porque es mi deber

—Sí, claro. Repítelo tantas veces hasta que tú mismo te lo creas, te hace falta. ¿Fue a ella o a tu otra hermana?

—Sí, a ella. Pero llegamos a tiempo

—Es decir, que no estás así por eso. ¿Capturaron a quienes la iban a robar?

—Sí, mis hombres los tienen

—No me gustaría estar en el pellejo de ellos. ¿Les vas a sacar los ojos?

—Claro que no, es más seguro cortarles las manos también. Así entenderán

—¿Tu familia sabe tu ladito oscuro o también finges ser un ángel de blanco junto a ellos?

—Mejor cállate. Solo protejo a mi familia, y por si no lo sabes, siempre hay dos guardaespaldas cuidándote el trasero imbécil. De otra manera, estarías muerto hace mucho

—Lo sé, me toca darles de comer cuando hace frío. Se la pasan relajados fingiendo que entrenan. Ya me gustaría ser un guardaespaldas

—No servirías para el empleo. Ligarías hasta con el poste de Luz y te quedarías dormido en cualquier lugar

—Cierto… mejor espero a tu manutención alimentaria, mamá gallina

—No me llames así, imbécil

—¿Viniste por lo del orfanato?—soltó de la nada y me tensé de pies a cabeza

—No, ya te dije que por qué vine

—Ya… bueno, si no vienes por eso, supongo que aun así querrás escuchar lo que descubrí sobre el imbécil del jardinero

—De hecho, no me importa

—Claro, haré como que te creo por ahora. El desgraciado está en Suramérica

—¿Cómo sabes?

—Sencillo, él es un criminal y yo me relaciono en ese mundo. ¿Se te olvida que yo te encubro tus fechorías?

—No se me olvida, por algo te cuido el tracero de los que te quieren muerto. ¿Cómo sabes qué está en el sur?

—Porque se esconde de ti. Me lo informó un allegado que me debía un favor. Específicamente sé que está en algún lugar de Venezuela, pero no sé en dónde específicamente.

—Qué conveniente

—Tranquilo —me palmeó el hombro—tienes suficiente dinero como para ir y golpear puerta por puerta entre millones de personas hasta dar con él. Solo te llevará algunos años

—Qué gracioso —ironicé volviendo a golpear el saco de box

—O bien puedes mandarlo a matar. ¿No sería lo más lógico?

—Primero quiero encontrarlo, debo preguntarle algunas cosas —dije más para mí mismo que para él

—¿Qué cosas? ¿Quieres saber si tiene hijos para ver si lo mantienes? —ironizó mientras quitaba el saco de box del techo y se tiró al suelo boca arriba. Yo hice lo mismo

—Cosas que no te incumben

—Ya. Aunque lo niegues, soy quien más sabe de tu vida, te guste o no

—Pues no me gusta, así que lárgate

—Ajá. Me largaré cuando tú dejes de cuidarme el trasero —sonrió con altivez, ya que sabe tanto como yo que no lo dejaré de proteger— ¿Me vas a decir o no?

Solté un bufido profundo y me volví a flexionar colocando los antebrazos en mis rodillas separadas, mientras mi pecho subía y bajaba

— Él, una vez en medio de una golpiza dijo que alguien me quería muerto. Que le pagaban para asegurarse de que yo no apareciera. Después de unas semanas lo oí hablar con alguien por teléfono asegurando que yo no sería un problema para los planes de esa persona

—¿Crees que se refería a tu familia o algo así?

—No lo sé, pero sé que algo escondía, y creo que por esa razón la madre superiora se encargaba de que yo muriera poco a poco

—Sí, pero tú de idiota cumplías con todo y eras el niño mudo de ejemplo —lo miré con ganas de estrangularlo y se levantó alzando sus mansos en señal de rendición —. Bien, lo lamento, no lo diré más… Ahora… si de verdad ellos tienen algo que ver con tu familia real, ¿los quieres encontrar?… Digo, si te querían muerto o desaparecido, no es que sean muy amorosos

—Pero al menos sabría quién soy y de dónde soy. Al menos sabría mi apellido y no… —“No tendría que ser hermano de Jen”, pensé…

—Entiendo. Contactaré a personas que me deben favores para tratar de localizarlo. Y miraré si haría una cacería para atraparlo y traértelo en una pieza

—Gracias

—¿Cuáles gracias? Quiero ver mi cuenta bancaria con más dinero de lo que sé contar

—Eso es fácil, llegas hasta el cien —ironicé y él me dio un puño en el hombro

—Quiero cien millones

—Ni en tus sueños. Con ese dinero te volverías loco y todos querían atraparte para robártelo, y el de la cacería serías tú

—¿Estás admitiendo que me cuidas como una mamá gallina?

—Digo que si no te largas ya, consideraré quitarte los guardaespaldas

—Mi error, gran señor Monroe —ironizó haciendo una reverencia mal hecha. Vete a tu mansión, tu novia te espera

—No es mi

—Sé que no lo es, pero los videos del vals de sus quince dicen otra cosa. Te aconsejo que si no vas a hacer nada, te mudes o próximamente no serás reconocido como el soltero más cotizado del país, sino como el hermano más pervertido del mundo enamorado de su hermanita menor

Esas palabras me dejaron pensativo… es verdad, debo mudarme cuento antes y alejarme de todos estos sentimientos innecesarios. Será lo mejor para ella y para mí, para todos. Ella aún tiene una vida por delante

Salí del lugar y me encaminé al auto, ya era de noche. Entonces marqué a Domonic, mi asistente y mano derecha en mi empresa automotriz

—Sí, ¿qué ocurre?

—Quiero que busques un departamento

—¿Qué? ¿Te vas a mudar?

—Sí.

—¡Espera, espera! ¿Vas a cambiar una mansión por un apartamento? ¿Te volviste loco?

—Necesito un lugar con privacidad

—¿Y no encuentras ´privacidad con una casa tan grande como el mismísimo Titanic con más de cincuenta habitaciones?

—Dominic —le advertí, entonces él suspiró —Solo consígueme algún apartamento en un hotel

—Bueno, pero te buscaré una suite presidencial

—No es necesa

—Lo es, no puedes ir por ahí fingiendo que no tienes dinero si prácticamente puedes nadar en él —sin más colgó, dejándome con la palabra en la boca, a veces parezco más empleado yo, que él.

Llegué a la mansión, los portones se abrieron y entré al garaje donde están todos los autos de la familia. Luego abrí la puerta principal y entré a la gran sala, tomé un vaso de jugo y luego me dirigí al estudio de Adrián, casi siempre está ahí.

Lo encontré sentado en un gran sofá que hace masajes, su pijama de seda azul y sus pantuflas favoritas de garras de león. Al verme, levantó la mirada de entre sus lentes

—Ah, volviste.

—Sí, volví. ¿Dónde están todos?

—Brydelis ya se fue de nuevo, volverá después de la graduación

—¿Y Matt?

—Está en su recámara haciendo una planeación de algunos negocios, es más adicto que tú a estar con números y negocios encima, no los entiendo —sonreí de lado y entonces se acercó del todo examinando mis expresiones —¿Qué ocurre?

—¿Dónde está Jen? —pregunté esta vez más directo y él alzó un poco sus cejas, pero entonces sonrió un poco

—Está en su recámara. Katherina le pidió permiso a sus padres para quedarse a dormir con ella. Van a hacer una pijamada. ¿Quieres hablar con ella?

—No… de hecho quería hablar contigo, padre

—Te escucho —se acomodó dejando su libro a un lado y se cruzó de brazos

—Acepto que me presentes a la joven de la que hablaste. Vi un destello de sorpresa en su rostro que trató de ocultar, pero entonces luego sonrió —y también quiero decirte que me voy a mudar de aquí — cambió su expresión por completo y se quitó los lentes dejándolos a un lado

—¿Puedo saber el porqué de tu decisión?

—Solo quiero hacerlo, me mudaré a un lugar más cercano al trabajo… y como dices, ya va siendo hora de casarme y tener mi propia familia. Tal vez las cosas con esa joven vayan bien y nos terminemos casando, para entonces quiero tener mi casa propia para vivir juntos

—… ¿Estás seguro? —preguntó esta vez levantándose, pero la puerta del estudio se abrió de golpe y Jen se calló al suelo, seguramente estaba recostada, escuchando… ¿Cómo se sentirá al oírlo?… Aquel beso y la pregunta que hizo hace unas noches me rondó la cabeza, pero sin importar la respuesta llegaremos a la misma conclusión: lo nuestro es imposible

Ella se levantó de golpe, tenía sus ojos llorosos y se intentó acercar, pero apreté mis puños con fuerza y la vi a los ojos seriamente

—Lo estoy, me mudaré mañana mismo